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» tn24
Fecha: 31/07/2025 07:52
Crecer profesionalmente, alcanzar metas o recibir elogios puede generar, en muchas personas, una reacción inesperada: sentir que no lo merecen. Esa sensación, conocida como síndrome del impostor, se manifiesta como la creencia de que el éxito propio es una casualidad o que en cualquier momento alguien va a “descubrir” que no somos tan capaces como aparentamos. Para el psicólogo Pablo Melicchio, este fenómeno va en aumento y tiene raíces profundas. Una de ellas es la desconexión con los deseos genuinos, que muchas veces se ven reemplazados por metas impuestas desde la infancia o por mandatos sociales. “Nos cuesta reconocer qué es lo que realmente queremos, y eso genera malestar cuando alcanzamos cosas que, en el fondo, no eran nuestras”, explicó. También alertó sobre los efectos de vivir bajo las reglas de la llamada “sociedad del rendimiento”, donde se valora más la productividad que el bienestar personal. “La perfección puede volverse una carga aplastante. Si el entorno es demasiado exigente, todo parecerá inalcanzable”, advirtió, y remarcó que esta presión constante puede derivar en frustración, ansiedad y agotamiento. El vínculo entre este síndrome y la autoestima es otro eje central. Melicchio sostiene que el camino comienza por el autoconocimiento: “Si conozco quién soy y qué quiero, mis logros tendrán sentido. Pero si busco validación externa para llenar vacíos internos, eso nunca me va a satisfacer”. Finalmente, propuso detenerse, cuestionar las metas ajenas y priorizar el bienestar emocional. “Es más importante ser que tener. Y para sanar, lo primero es reconocer lo que nos está pasando. Solo así se puede empezar a transformar”, concluyó. Fuente: Www.radionordeste.com.ar
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