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» Comercio y Justicia
Fecha: 29/07/2025 13:44
La urbe carioca es una de las ciudades más visitadas por los argentinos y un clásico del turismo regional que se distingue por ser el destino ideal para visitar durante todo el año Sin calor extremo ni lluvias inoportunas, ya que el invierno es la estación seca en el Sudeste y el Centro-Oeste de Brasil, Río de Janeiro, es una buena opción para quienes disfrutan de esta ciudad maravillosa y un clima templado. En este marco, desde el Embratur, Agencia Brasileña de Promoción del Turismo Internacional, destacan las ventajas para visitar este destino considerado uno de los más elegidos por los argentinos, durante los meses de invierno. Frío moderado Salvo algún (eventual) día nublado, el invierno en la “Cidade Maravilhosa” es muy benévolo: soleado y poco ventoso, el rango térmico va de los 18ºC a los 25ºC, en promedio. Para ir al mar es una temperatura agradable, y las multitudes usuales en las playas locales desaparecen; el mejor horario es a la mañana -hasta las 14:00 horas- ya que el sol es benévolo y el viento es mínimo. El agua en Río suele ser fresca, pero el oleaje invernal es menos intenso que en otras épocas del año. En las playas de la zona Sur (Copacabana, Ipanema y Leblon) está toda la movida usual, pero con menos público, salvo los fines de semana. En la línea playera de Barra de Tijuca aparecen bancos de arena que transparentan el agua del mar y la hacen irresistible. Para quienes quieren acercarse a las más limpias playas de Barra de Tijuca, la conexión del Metro desde zona Sur es perfecta para evitar el tránsito, bajando en la estación Jardim Oceânico / Barra da Tijuca. El precio del alquiler de las sillas de playa -en cualquier puesto- a lo largo de la costa, es de unos 2 dólares, y la sombrilla es prescindible: en invierno conviene aprovechar los rayos del sol. En los 27 kilómetros de línea costera de Barra de Tijuca están Grumari, Prainha y Praia da Reserva, distinguidas con la premiación Bandera Azul, entre las más sustentables del mundo. Caminatas sin agobio Hacer turismo cuando el termómetro marca más de 35ºC, como sucede en Río en los meses de verano, puede ser insufrible para más de uno. Y como la otrora capital de Brasil (lo fue hasta 1960) es mucho más que playas y morros (cerros), su invierno benévolo es la temporada perfecta para recorrerla. Viveros urbanos como el Jardín Botánico o miradores como el Corcovado (en anexo a la Vista Chinesa y Mesa del Emperador, todos en el Parque Nacional da Tijuca), el Pão de Açúcar (al que se puede acceder a pie a través del circuito Claudio Coutinho, en Praia Vermelha, para una posterior caminata por el barrio de Urca), Pedra Bonita (en São Conrado, desde donde salen los vuelos en ala delta que son un símbolo de la ciudad), la Pedra da Gávea y la Pedra do Arpoador, en Ipanema, son destinos ideales para descubrir o re-descubrir los clásicos de la ciudad. Otros destinos accesibles en transporte público son el Real Gabinete Portugués de Lectura, la Confitería Colombo y el Centro Cultural Banco do Brasil (en el centro de la ciudad), además de la zona portuaria con sus museos y el Aqua-Rio. Los paseos en barco por la Bahía de Guanabara son otro buen plan y el tour en helicóptero para ver la ciudad desde las alturas se facilita con el buen tiempo y el sol invernal; en todos los casos, conviene llevar un abrigo liviano. Cultura, compras y gastronomía Con una vibrante vida cultural y más de 1020 museos, Río de Janeiro ofrece posibilidades de espectáculos pagos y gratuitos durante el invierno, que suele ser época de festivales musicales con figuras consagradas. Las comedias musicales -más accesibles para quienes no tienen fluidez en portugués- también son una posibilidad divertida; en julio, por ejemplo, se presenta en un teatro de la zona sur un homenaje a la cantante y compositora Rita Lee (1947-1923), y en Barra de Tijuca un musical tributo al músico Djavan, ícono de la música popular brasileña. Cuando el viento aparece y el sol decae, los centros comerciales de la ciudad (Shopping Leblón, Riosul, Fashion Mall o Barra Shopping) son una alternativa. Los shoppings de Río se caracterizan por ofrecer diseño de alto nivel, precios razonables y productos de calidad. Con un rango que incluye tiendas exclusivas y cadenas con precios populares, el tour de compras se puede combinar con buena gastronomía, cines y teatros. En materia de gastronomía, la capital carioca se ha ido renovando en sus propuestas, sin olvidar su herencia cultural. Hay excelentes restaurantes portugueses (conviene siempre compartir porque los platos son abundantes), pero también veganos, japoneses, steakhouses, italianos, mexicanos, árabes, argentinos y botecos, con comida simple y abundante, ideales para acompañar con un chope gelado de cerveza. Desde una pizza a una moqueca (un guiso con pescado y frutos de mar, o de banano, en su versión vegetariana), desde croquetas (bolinhos) a un bife a la Oswaldo Aranha –con arroz, papas y ajo crocante-, todo se puede acompañar con un jugo de frutas recién hecho.
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