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» Corrienteshoy
Fecha: 29/07/2025 11:20
¿Quién cuida a quién? El poder del voto del pueblo que no se rinde Por María Antonia Galvaliz Un llamado a no deshumanizarse en tiempos de discursos violentos, promesas vacías y tensiones sociales. “Cuando todo tambalea, la esperanza nace en los vínculos reales y verdaderos, en el mate compartido y en la solidaridad de la comunidad.” Hay momentos en los que parece que todo está al revés, se siente en el aire, en la calle, en los humores o bronca contenida, en los silencios largos de la gente; en estos tiempos donde se habla tanto de política con manoseos y juicios descalificadores, advirtiendo la ausencia de empatía genuina y escucha generosa; es aquí que surge una pregunta que vale la pena hacernos con el corazón en la mano: ¿Quién cuida a quién? Porque mientras se discute el poder en los medios, hay madres que siguen poniendo el plato en la mesa con lo justo, docentes que enseñan con el alma, vecinos que comparten lo poco que tienen, jubilados que estiran la dignidad hasta fin de mes, jóvenes que sueñan a pesar de todo, sin perder las esperanzas de un mundo mejor; y, es ahí donde late el verdadero país: en el pueblo que no se rinde. ¿Qué valores queremos como sociedad? Más allá de los candidatos, de las promesas y de los discursos, hay algo más profundo que necesitamos preguntarnos: ¿Qué tipo de sociedad queremos ser? ¿Una donde gane el más fuerte, el más rápido, el que más grita? ¿O una donde se valore el respeto, la solidaridad, la palabra, la memoria, el cuidado mutuo, el progreso adquirido por derecha, empeño y esfuerzo? Los valores no se votan, se eligen cada día, se enseñan en casa, se muestran con el ejemplo, se cultivan en lo cotidiano. Claro que hay cosas que dependen de quienes gobiernan: - Garantizar salud, educación, trabajo digno. Cuidar los recursos, fomentar la producción, defender los derechos. Acompañar a los que más necesitan. Fomento para emprendedores, empresas y otras tantas más. Pero hay otras cosas que nos tocan a nosotros: - No dejar que nos enfrenten entre vecinos. No caer en el “sálvese quien pueda”. Cuidar nuestras palabras, tender la mano, respetar las diferencias. Elegir con conciencia, no con miedo ni con bronca. Hay que tener presente que el voto es una herramienta, un recurso y una manera de poder para hacernos escuchar, pero, no una solución mágica. Pequeñas grandes preguntas para estos días: ¿Qué país empieza en mi casa, en mi cuadra, en mi gesto? ¿Qué valores estoy transmitiendo con mis palabras, con mis acciones? ¿Qué futuro quiero dejar a mis hijos, a mis nietos? ¿Qué puedo hacer hoy, por más pequeño que parezca, para sembrar algo distinto? Propongo para estos tiempos entrenarnos en cerrar los ojos, escuchar el alma y decidir con amor. El país que soñamos no nace de un día para otro, ni depende de una sola persona, (Ej. el presidente); nace de una conciencia colectiva, de un tejido humano que se teje entre todos, día tras día. Y en ese tejido, cada voto cuenta; pero también cada acto de humanidad en cada encuentro, en cada charla, en los cafés o mateadas con amigos o vecinos, cada decisión debería ser tomada con el corazón abierto y no con intenciones mezquinas. Porque cuando todo tambalea, lo más firme es lo que nos une. En Corrientes, como en tantos rincones del país, todavía hay pueblo, y eso, no se vota. “Se cuida y alimenta”. Somos lo que construimos, por eso es tiempo de recuperar la identidad correntina, nuestro modo de ser con ese espíritu solidario que echa de ver para los costados, ferviente alma chamamecera, actitud de luchadores, corajudos, religiosos, espirituales, etc. conservando nuestras sentidas tradiciones, afirmar que más allá de los gobiernos, hay un pueblo con alma fuerte. Porque pueden cambiar los gobiernos, pero no la esencia de una comunidad que no se rinde ni se negocia. Te regalo preguntas: ¿Cómo cuidamos nuestra cultura, nuestra voz, nuestras raíces? ¿Qué valores no estamos dispuestos a negociar? ¿Quién cuida a los que cuidan? ¿Qué futuro queremos construir desde abajo? ¿Qué aprendimos en los tiempos de crisis? Esta es una oportunidad para votar no solo con la cabeza, sino también con el alma. El futuro no está solamente en una urna, está también en cómo en: cómo educás a tus hijos, cómo tratás a tu vecino o cuáles son tus aportes y compromiso responsable y sostenido con la sociedad. Te mando un beso inmenso TG. IG Tona Galvaliz. FB/LinkedIn. María Antonia Galvaliz. Counselor-Logoterapia- Biodecodificación- Coaching Ontológico y Sistémico- Speaker- PNL- Coaching WingWave- Escritora Columnista- Desarrollo Humano personal y organizacional.
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