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Parana » Informe Digital
Fecha: 29/07/2025 01:13
Durante el acto inaugural de la 137a. Exposición Rural de Palermo, el presidente Javier Milei sorprendió al sector agropecuario con una noticia esperada desde hace tiempo: la reducción permanente de las retenciones a las exportaciones de soja, maíz y otros productos. Esta decisión fue celebrada con entusiasmo por productores y dirigentes, especialmente de la cadena sojera, que enfrentaban una campaña caracterizada por márgenes ajustados y una considerable incertidumbre. El anuncio se produjo en un momento crucial para el mercado. Según estimaciones privadas, aún queda por comercializar entre 10.000 y 11.000 millones de dólares en granos [20 millones de toneladas de soja y 15 millones de toneladas de maíz, destinadas a exportación]. Este volumen debe operarse y liquidarse en los próximos meses para concluir la campaña actual. El pasado sábado, Milei comunicó la disminución de los derechos de exportación del 6,75% al 5% para la carne vacuna de novillo y aviar, del 33% al 26% para la soja, y del 12% al 9,5% para el maíz y el sorgo, entre otros cultivos. Rodolfo Rossi, presidente de la Asociación de la Cadena de la Soja Argentina (Acsoja), calificó esta medida como “muy positiva”. Rossi declaró que “estábamos en una situación límite en el caso de la soja. Todos los estudios mostraban una fuerte caída en la superficie sembrada. Este anuncio, al ser permanente, brinda un incentivo para pensar que estamos ingresando en un camino de baja sostenida”. El presidente de Acsoja explicó que, antes de este anuncio, muchas regiones estaban prácticamente fuera del negocio. “El sur de la provincia de Buenos Aires y el norte argentino eran zonas con un quebranto enorme. En campo propio se empataba, mientras que en campo alquilado se perdía. Además, el 70% de la superficie de soja es arrendada”, detalló. De hecho, según relevamientos de Acsoja, se proyectaba una pérdida de hectáreas en soja que se trasladaría mayoritariamente a maíz. “Ahora, a dos meses de la siembra, este cambio puede llevar a los productores a reconsiderar la opción sojera. Zonas del sudoeste y nordeste de Córdoba, que ya la habían descartado, hoy vuelven a analizarla”, indicó. Asimismo, el impacto no solo se reflejará en la superficie sembrada, sino también en la tecnología aplicada. “En la zona central, aquellos que pensaban sembrar soja, ahora probablemente lo hagan con mejor semilla, más fertilizantes y mayor inversión. Esto redundará en productividad”, destacó Rossi. Desde la perspectiva fiscal, según datos de Acsoja, el Gobierno dejaría de percibir ingresos por alrededor de US$450 millones, aunque se podría recuperar un tercio por mayor productividad y área sembrada. La previsibilidad de la medida fue otro aspecto valorado por el sector. “Que no tenga una fecha de vencimiento como el decreto 38 [que había establecido una reducción temporal entre enero y junio] es fundamental. Genera confianza. Ahora el productor se guiará por la señal de precios”, añadió Rossi. Por su parte, Javier Preciado Patiño, analista de RIA Consultores, comentó que, tras el regreso a la alícuota original del 33% para la oleaginosa el 1° de julio pasado, debido a la subida del dólar, su precio tuvo una mejora en pesos. “Mientras que durante el período de la baja temporal de retenciones el promedio de venta fue de 320.000 pesos por tonelada, en julio se registró un incremento de aproximadamente 10.000 pesos, alcanzando los 345.000 pesos al cierre del viernes pasado, incluso con el 33% de derechos de exportación vigente”, explicó, y agregó: “En lo que va del mes, el volumen de negocios ronda los dos millones de toneladas, lo que refleja una mejora en pesos, aunque en dólares la competitividad exportadora se ha visto afectada”. Para Preciado Patiño, el remanente por vender en granos entre soja y maíz equivale a un rango de entre 10.000 millones y 11.000 millones de dólares. Desde lo fiscal, según datos de Acsoja, el Gobierno podría perder ingresos por alrededor de US$450 millones, aunque se podría recuperar un tercio gracias a una mayor productividad y área sembrada. “Como contrapartida, se prevé una mayor productividad de US$150 millones. Es crucial que se entienda que no se trata solo de una cuestión de recaudación: estamos hablando de los dólares que el país necesita, y eso se logra exportando”, afirmó Rossi. En las regiones más alejadas de los puertos, donde la competitividad es menor, esta rebaja genera un cambio fundamental. “Había zonas donde la soja estaba completamente fuera del mapa. Hoy, al menos, esos productores pueden volver a evaluar sus números. Algunos nos dijeron: ‘Por lo menos voy a poder estudiarlo de nuevo’”, contó. En este sentido, Rossi amplió: “Más allá de si es un anuncio político o no, es una medida productiva. Si no se hubiera implementado, íbamos a caer por debajo de las 16 millones de hectáreas de soja, algo que no ocurría desde hace más de una década. Ahora hay tiempo para reacomodar los planes”. En lo que respecta al mercado internacional, agosto será un mes crucial. “Es el periodo climático en Estados Unidos. Si hay una buena cosecha allá, los precios podrían caer y deprimirse aún más. Brasil ya cuenta con una producción muy elevada, lo que también ejerce presión. Todo dependerá de lo que suceda en el próximo mes”, explicó Rossi. En cuanto a la campaña comercial, el consultor detalló que la industria aceitera ya tiene prácticamente cubierto su programa de embarques hasta septiembre. “Dependiendo de cómo evolucione la demanda externa, puede que aún falte algo de grano por vender, pero no será un volumen muy significativo considerando lo que se registró durante junio. A partir de octubre, será necesario comenzar a completar los embarques pendientes. Sin embargo, con esta nueva señal, el productor podrá empezar a vender más”, advirtió. La cadena sojera valora especialmente que esta rebaja sea estructural. “Lo importante es que no es transitoria. Esto otorga previsibilidad al negocio, estimula la inversión y mejora los márgenes. Ahora se pide un programa con reglas claras y consistentes”, remarcó Rossi. Además, subrayó que la brecha entre soja y maíz sigue siendo un problema persistente. “Tener casi tres veces el Derecho de Exportación (DEX) respecto del maíz te saca del negocio en muchas regiones. Por eso insistimos en que ese diferencial debe corregirse. No es lógico”, enfatizó. Finalmente, Rossi recordó que la rotación ya está integrada en las decisiones del productor. “Hoy, el 40% de la soja se siembra sobre trigo o cebada. No hay sojización como antes. Pero si retiras a la soja del sistema, como estaba sucediendo, desestabilizas todo. Por eso era urgente esta medida”, concluyó.
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