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» Misionesopina
Fecha: 28/07/2025 19:03
Raquel Beatriz Guzmán, una joven misionera de 22 años, está desaparecida desde el pasado 20 de julio en la ciudad brasileña de Camboriú, donde se encontraba desde mayo con intenciones de trabajar. La última vez que su familia tuvo contacto con ella fue a través de mensajes de WhatsApp en los que mencionó que estaba en una fiesta cerca de la playa. Desde entonces, no volvieron a saber nada más. El caso es investigado por la Policía de Misiones, luego de que su madre, Verónica Beatriz Escalante, realizara una denuncia formal en la Comisaría de la Mujer Oeste, en Posadas. La causa fue derivada a la Dirección de Investigaciones Complejas, específicamente a la División Trata de Personas, ante la preocupación por la falta total de señales de vida por parte de la joven. Raquel viajó el 21 de mayo en un colectivo de larga distancia rumbo a Camboriú. “La acompañamos con su hermanito a la terminal. Nos dijo que la iba a esperar un amigo allá, pero nunca quiso decirnos quién era”, contó su madre. La joven, de carácter reservado, nunca brindó detalles sobre la identidad de esa persona. “Siempre le preguntamos, pero no nos respondía. Solo dijo que iba a trabajar. Al principio vendía ropa y relojes, después empezó en un restaurante”, relató Escalante en diálogo con la prensa. El último contacto fue el 20 de julio, Día del Amigo. En esa ocasión, Raquel les dijo que se encontraba en una fiesta cerca del mar. Tras ese mensaje, dejó de responder llamados y mensajes. Su celular estuvo apagado durante varios días y recién este lunes volvió a dar tono, aunque nadie atiende. “Si se le hubiese roto el teléfono, lo primero que tendría que haber hecho era buscar la forma de avisarnos. Ella siempre nos decía dónde estaba, era muy presente. Esta es la primera vez que desaparece sin decir nada”, lamentó su madre, quien se encuentra en tratamiento oncológico y vive momentos de enorme preocupación junto a toda la familia. Raquel vivía sola en un departamento, aunque su entorno desconoce si lo compartía con alguien más. “Tuvimos dos videollamadas en las que nos mostró la casa, pero nunca mencionó si convivía con alguien. Tampoco sabemos si el supuesto amigo era argentino o brasilero”, agregó su madre. La joven mide 1,57 metros, tiene cabello castaño, tez clara, ojos marrones claros y posee varios tatuajes. Su familia hizo un llamado a la solidaridad para quienes puedan aportar algún dato sobre su paradero. Cualquier información puede ser comunicada a la Policía de Misiones. “Solo quiero saber si está bien. Lo único que pido es saber de mi hija”, expresó entre lágrimas Verónica Escalante, mientras espera alguna novedad que devuelva la tranquilidad a su hogar.
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