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» Comercio y Justicia
Fecha: 27/07/2025 21:38
La temporada de avistajes embarcados de la majestuosa Ballena Franca Austral en las aguas de Península Valdés está a pleno y es una gran opción para aprovechar en familia en un escenario privilegiado para vivir esta experiencia única La temporada de ballenas en Puerto Madryn se encuentra en pleno auge desde el pasado 10 de junio y se extenderá hasta fines de diciembre, meses ideales para realizar las imperdibles salidas embarcadas diarias desde la Península Valdés. Las tarifas de 2025 son los mismos valores que en 2024, una medida que estará vigente hasta el 31 de agosto. La Península Valdés es uno de los destinos más visitados de la costa atlántica patagónica y fue declarada Patrimonio Natural de la Humanidad por la UNESCO en 1999. Esta Área Natural Protegida, dependiente del Gobierno de la Provincia del Chubut, se encuentra delimitada por el Golfo Nuevo al sur y los golfos San José y San Matías al norte, cuyas aguas calmas y costas recortadas crean un entorno único para la reproducción y cría de fauna marina. Durante todo el año, y especialmente en invierno, pueden observarse en la región ballenas franca austral, orcas, delfines, toninas, guanacos, lobos y elefantes marinos, y muchas otras especies. Este ecosistema convierte a la Península Valdés en uno de los mejores lugares del mundo para el contacto directo con la vida silvestre. El acceso al Área Natural Protegida Península Valdés requiere del pago de una entrada, que sólo puede abonarse en efectivo. Para quienes planeen visitar la reserva en dos jornadas consecutivas, es posible sellar el ticket al salir el primer día y reingresar al día siguiente sin cargo adicional (consultar condiciones en el centro de visitantes). El avistaje de ballenas ofrece dos modalidades principales: desde la costa o a través de excursiones embarcadas. Para quienes prefieren la observación terrestre, el Área Natural Protegida El Doradillo se presenta como una opción destacada. Ubicada a solo 15 kilómetros del centro de Puerto Madryn, esta área es reconocida por la cercanía con la que las ballenas en su mayoría con sus ballenatos nacidos en la temporada se aproximan a la orilla, especialmente durante la marea alta. En El Doradillo, la experiencia de observación es notable por la ausencia de infraestructuras que alteran el paisaje natural, permitiendo un encuentro más íntimo y auténtico con los ejemplares, en su mayoría acompañados por sus ballenatos nacidos en la temporada. Se recomienda a los visitantes consultar los horarios de marea en los centros de informes turísticos de la ciudad para optimizar la experiencia de avistaje. En el área, el equipo de guardaparques brinda asistencia y orientación a los observadores, asegurando una visita informada y responsable. Además de El Doradillo, la presencia de estos ejemplares es una constante en diversos puntos de Puerto Madryn. Es común avistar ballenas desde los hoteles con vista al mar, durante un paseo por la rambla o incluso desde los paradores costeros, mientras se disfruta de la gastronomía local. El avistaje embarcado, en tanto, ofrece mayores posibilidades de cercanía y se realiza únicamente desde Puerto Pirámides, en embarcaciones con capacidad para entre 20 y 60 pasajeros. Las salidas —de aproximadamente 90 minutos de duración— se programan según las condiciones climáticas, siendo la mañana el horario recomendado por su mayor estabilidad en el mar. Invierno activo El avistaje de ballenas no es la única propuesta para quienes visiten Puerto Madryn en invierno. La ciudad y sus alrededores ofrecen una amplia gama de actividades vinculadas con la naturaleza, la aventura y la cultura: Snorkeling y buceo con lobos marinos: se trata de una experiencia que se desarrolla principalmente en la Reserva de Punta Loma, un área protegida donde los visitantes pueden interactuar de cerca con estos mamíferos marinos en su entorno natural. Es una actividad accesible para la mayoría de los niveles de experiencia, desde principiantes con snorkeling hasta buzos certificados. Para aquellos que desean explorar el mundo submarino por primera vez, el bautismo submarino representa una introducción segura y guiada al buceo. Bajo la supervisión de instructores profesionales, los participantes aprenden las técnicas básicas y realizan una inmersión controlada, descubriendo la fauna y flora de los fondos marinos locales. Finalmente, la zona es un punto de interés para el buceo en naufragios. El lecho marino de la región resguarda embarcaciones hundidas que se han convertido en arrecifes artificiales, albergando una diversidad de vida marina. Estas inmersiones ofrecen una perspectiva histórica y biológica única, y están dirigidas a buzos con certificaciones y experiencia previa en este tipo de exploraciones. Avistaje de toninas overas: estas pequeñas y veloces criaturas, reconocibles por su distintivo patrón de coloración blanco y negro similar al de una orca, son famosas por su agilidad y sus espectaculares saltos acrobáticos. Las excursiones que parten desde el puerto de Rawson permiten a los visitantes presenciar de cerca el nado y las piruetas de estos delfines, que suelen acercarse a las embarcaciones con curiosidad. La experiencia de ver a las toninas overas en su hábitat natural es considerada uno de los espectáculos más dinámicos y alegres del litoral patagónico, ofreciendo una perspectiva única de la vida silvestre de la región. Además, se puede disfrutar de Caminatas por la costanera y el Muelle Luis Piedrabuena, con vistas privilegiadas del Golfo Nuevo y, en temporada, de los primeros ejemplares de ballenas frente a la ciudad; Atardeceres en el Monumento al Indio, uno de los puntos panorámicos más visitados; Excursiones de día completo a la Península Valdés, con su variada fauna terrestre y marina; Visitas a Trelew y al Museo Paleontológico Egidio Feruglio, así como a Gaiman, con sus tradicionales casas de té y fuerte herencia galesa y/o el Ecocentro Puerto Madryn, un referente en la divulgación de la riqueza marina y costera de la Patagonia. Otro tour interesante es el que arriba a la Reserva Punta Loma, a tan solo 17 kilómetros de Puerto Madryn, que ofrece una experiencia inolvidable en contacto directo con la vida silvestre del litoral patagónico. Este refugio natural, ubicado sobre la costa del Golfo Nuevo, alberga una colonia permanente de lobos marinos de un pelo, que pueden ser observados durante todo el año desde un mirador privilegiado con vistas imponentes del mar y las formaciones costeras. Asimismo, para los interesados en el turismo activo, Puerto Madryn y sus alrededores presentan varias opciones. Los recorridos en mountain bike permiten explorar el paisaje. Se pueden realizar circuitos en senderos costeros cercanos al océano Atlántico, o rutas internas en la estepa patagónica. Estas excursiones ofrecen la posibilidad de combinar la actividad física con la observación de flora y fauna terrestre. Las salidas en kayak y los paseos en velero proporcionan una perspectiva diferente de la costa. El kayak permite el contacto con las aguas de la bahía, facilitando la observación de la vida marina desde la superficie. Los paseos en velero brindan la oportunidad de navegar, experimentando el viento patagónico y apreciando el paisaje costero desde una embarcación. Finalmente, las características del cielo patagónico hacen de la región un lugar para el turismo astronómico. La ausencia de contaminación lumínica permite la observación de la Vía Láctea y constelaciones. Durante la temporada de ballenas, la observación de estos cetáceos bajo la luna llena es un evento que ocurre. La combinación de las siluetas de las ballenas emergiendo del agua bajo la luz lunar genera un espectáculo natural.
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