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» Sin limites
Fecha: 25/07/2025 14:00
La celebración de hoy San Charbel, Monje: Patrono de los que sufren en Cuerpo y Alma San Charbel Makhlouf, monje maronita, sirvió a Dios día y noche con entrega total con el ayuno, oración y grandes sacrificios: Patrono de los que sufren Lecturas del día 1° lectura: Éxodo 19,1-2.9-11.16-20. Tres meses después de haber salido del país de Egipto, aquel día los hijos de Israel llegaron al desierto del Sinaí. De Refidim partieron de nuevo; y cuando llegaron al desierto de Sinaí, allí en el desierto, acamparon; allí frente al monte acampó Israel. El Señor dijo a Moisés: «Voy a ti en una nube densa para que el pueblo oiga cuando te hablo y confíe siempre en ti». Y Moisés llevó al Señor la respuesta del pueblo. El Señor dijo a Moisés: «Ve al pueblo y dile que se prepare hoy y mañana. Que laven sus vestidos y se preparen para el tercer día, porque al tercer día el Señor descenderá al monte Sinaí a la vista de todo el pueblo». Al amanecer del tercer día se oyeron truenos en el monte, relámpagos, una densa nube y un fuerte toque de trompeta. Entonces Moisés sacó al pueblo del campamento para ir al encuentro de Dios, y se detuvieron al pie de la montaña. La montaña del Sinaí estaba completamente envuelta en humo, porque el Señor había descendido sobre ella en forma de fuego. El humo subía como el humo de un horno, y todo el monte temblaba violentamente. El sonido de la trompeta era cada vez más fuerte. Moisés habló y Dios le respondió con truenos. El Señor bajó a la montaña del Sinaí, a la cima de la montaña, y el Señor llamó a Moisés a la cima de la montaña; y Moisés subió. Daniel 3,52-56: A ti gloria y alabanza por los siglos de los siglos. (R) Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres. /R. Bendito sea tu santo nombre. /R. Bendito seas en el templo de tu gloria. /R. Bendito seas en el trono de tu reino. /R. Tú eres bendito que miras en las profundidades. /R. Tú eres bendito en el firmamento del cielo. /R. Evangelio: Mateo 13,10-17. En aquellos días, los discípulos se acercaron y le dijeron: «¿Por qué les hablas por medio de parábolas?». Él les respondió: «A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aún lo que tiene. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán. Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure. Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron». Palabra del Señor.
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