Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Argentina / Economía | ¿El costo de un dólar calmo hasta las elecciones de octubre?: Tasas disparadas y sin plata en los bolsillos

    » Voxpopuli

    Fecha: 25/07/2025 13:11

    La eliminación de las Letras Fiscales de Liquidez (LEFIs) no fue un simple ajuste técnico; fue una medida que generó una distorsión palpable en el mercado financiero, y cuyas consecuencias ya empiezan a vislumbrarse en la ya alicaída actividad productiva. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) de mayo confirmó lo que muchos economistas ya advertían: el entusiasmo inicial se desvaneció y la economía está frenada desde marzo. Pero como si eso no fuera suficiente, la segunda quincena de julio llegó cargada de una volatilidad descontrolada en las tasas de interés, un subproducto directo de la decisión de desarmar las LEFIs que ofrecían una tasa «fija» del 29%. ¿El resultado? Un salto abrupto que llevó las tasas cortas al 36% y convalidó un exorbitante 45% en una licitación de deuda, sin mencionar la escandalosa escalada de las cauciones bursátiles al 80% TNA, para luego retroceder, sí, pero dejando una huella de incertidumbre y especulación. Una Prioridad Cuestionable: Dólar vs. Producción En este complicado panorama, el dólar oficial, casi como un síntoma de este nuevo desorden, subió un 3,1% en las últimas cuatro semanas y media. Para el analista Christian Buteler, las tasas «deberían retroceder» pero se mantendrán «algo volátiles», mientras que el dólar «se moverá entre el centro y el techo de la banda de flotación oficial». En otras palabras, la estabilidad no es un hecho, sino una aspiración. Lo verdaderamente alarmante, como advierten los economistas, es la volatilidad inherente a este esquema y su impacto devastador en la actividad económica. Adrián Yarde Buller lo sentenció sin rodeos en su cuenta de X: «La recuperación de la actividad entró en una pausa. En julio, la fuerte suba de tasas de interés reales difícilmente ayude». Un eufemismo para decir que, muy probablemente, empeore la situación. El Crédito, La Última Víctima Para Pablo Moldovan, director de C-P Consultora, la situación es crítica: el crédito, que hasta ahora funcionaba como el «único canal de impulso», se encuentra ahora «cada vez más deteriorado». «Las tasas ya eran altas, y ahora se fueron más arriba. Esto le pone un impulso recesivo al esquema que es muy complejo, más aún en año electoral», afirmó, subrayando la miopía de las decisiones económicas en un contexto político sensible. Moldovan es tajante: el Gobierno «aún no logra consolidar un nuevo régimen de política monetaria». La «falta de una tasa de referencia clara» y la presión sobre los bancos no hacen más que «agregar una capa de volatilidad que se traslada a toda la economía». Esta falta de brújula en un momento crucial es una receta para el desastre. Juan Manuel Telechea minimiza el impacto a corto plazo, pero no deja de coincidir en el riesgo: «Lo que domina hoy es el ruido. La tasa a un día subió al 80% y bajó al 35% en horas». Sin embargo, su advertencia es clara: «Pero si las tasas se estabilizan por encima del 35%, el efecto sobre la actividad será inevitable». La pregunta es, ¿cuánto daño se habrá hecho para entonces? El informe de Criteria es aún más lapidario al señalar una «salida desordenada en busca del cambio de régimen»: «El proceso de ‘price discovery’ fue errático y desordenado. Sin una señal clara del BCRA, el mercado presionó sobre el tipo de cambio por anticipado». En otras palabras, la improvisación y la falta de liderazgo del Banco Central han dejado al mercado a la deriva, forzando una intervención desesperada del gobierno para absorber pesos, aun cuando esto signifique «frenar la economía». Los datos ya hablan por sí solos. La consultora LCG advierte que la actividad en mayo no creció respecto del mes anterior y que, desde diciembre, el alza acumulada es de apenas un insignificante 0,7%. El cacareado crecimiento interanual del 5% es, según LCG, casi en su totalidad «arrastre estadístico», una engañosa herencia de la recuperación inicial. Esto significa, en la práctica, que la economía no crecerá de manera genuina en este segundo semestre. Los indicadores de junio son una mezcla confusa: mientras algunos mejoran, otros, como las ventas minoristas y los préstamos con tarjeta, sufren caídas. Sectores clave como la construcción y la industria siguen sin dar la más mínima certeza de una recuperación sostenida. En síntesis, la obsesión por contener el dólar a cualquier costo, incluso a través de un manejo caótico de las tasas, parece estar conduciendo a la economía a un punto muerto. La «volatilidad» no es un efecto secundario menor, es la manifestación de una política monetaria errática que amenaza con sacrificar la ya frágil actividad productiva en el altar de la estabilidad cambiaria, condenando a Argentina a un estancamiento prolongado.

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por