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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 24/07/2025 20:47
La historia de Clark y Bluder evidencia cómo el liderazgo transformador puede cambiar un equipo (Gregory Fisher/USA TODAY Sports) La explosión de Caitlin Clark en el básquet femenino universitario va más allá de sus cifras: su transformación en líder colectiva tiene un origen inesperado. Inspirada por los ejemplos de Michael Jordan y las enseñanzas de Phil Jackson, transmitidas a través del método de Lisa Bluder, la joven estrella de Universidad de Iowa aprendió a canalizar la presión y la fama en favor de todo su equipo. Además, la experiencia de los Chicago Bulls se transformó en una guía fundamental para convertir a una figura sobresaliente en una líder capaz de elevar a sus compañeras. El método Bluder: libros y cultura de equipo Lisa Bluder, la entrenadora más exitosa de la historia del Big Ten en la Universidad de Iowa, cimentó el ascenso de Clark aplicando principios de liderazgo derivados de las experiencias de Phil Jackson y Michael Jordan. La evolución de la jugadora, de promesa individual a referente grupal, es fruto de una gestión intencional de la presión, la confianza y la construcción de una cultura de equipo sólida. Desde sus primeros días, Bluder recurrió a su biblioteca personal —con títulos como Sacred Hoops: Spiritual Lessons of a Hardwood Warrior de Jackson, The Team Captain’s Leadership Manual y Pressure is a Privilege— para nutrir con lecciones a sus jugadoras. La inspiración de Michael Jordan y Phil Jackson marcó el liderazgo de Caitlin Clark en Iowa (Reuters) Al finalizar los entrenamientos, la lectura de fragmentos seleccionados se convertía en un ritual que fomentaba la reflexión y el crecimiento colectivo. “Creo que hay muchísimos libros buenos de los que la gente puede aprender”, expresó Bluder a The Athletic, al describir el valor de aplicar enseñanzas literarias al desarrollo deportivo y humano. El desafío de guiar el talento La llegada de Clark a Iowa en 2020 representó un desafío único para el programa. Con promedios de 33 puntos por partido en la secundaria y reconocida como la mejor jugadora del estado, su talento extraordinario estaba acompañado por una atención mediática sin precedentes. Sin embargo, Bluder observó desde el principio que Clark tendía a asumir toda la responsabilidad de los partidos, todavía sin lograr integrarse completamente en el juego colectivo. “La verdadera medida de un gran jugador es la capacidad de hacer que quienes le rodean se vean bien”, señaló Bluder, marcando el objetivo de transformar esa energía individual en una fuerza conjunta. Entonces decidió volver al libro Sacred Hoops: Spiritual Lessons of a Hardwood Warrior. Inspirada por los capítulos en los que Jackson relata cómo ayudó a Jordan a manejar la presión y la fama en los Chicago Bulls, la entrenadora compartía los pasajes más relevantes con Clark, tanto en viajes como en charlas individuales. Inspirada en la filosofía de Phil Jackson, que siempre defendió que el éxito del equipo depende de anteponer el bien común al lucimiento individual, Bluder convirtió ese principio en una guía para Clark. Un episodio lo ilustra claramente: cuando la jugadora le expresó su frustración por la escasa implicación de una compañera, la entrenadora le preguntó si la había invitado a entrenar juntas. Al recibir una respuesta negativa, resaltó la importancia de confiar y compartir el protagonismo dentro del grupo. Clark pasó de ser una estrella individual a referente grupal gracias a la gestión de la presión (AP Foto/Michael Dwyer, Archivo) De la presión a la confianza El camino de Clark a convertirse en líder no estuvo exento de obstáculos. Su creciente notoriedad y las defensas implacables de sus rivales la expusieron a una presión similar a la que sufrió Jordan ante los Pistons, según relató Bluder en diálogo con The Athletic. Para evitar caer en provocaciones, Bluder trasladó a Clark la filosofía del “guerrero pacífico”, inspirada en las enseñanzas de Jackson: mantener la calma y la concentración ante las provocaciones, porque al dejarse arrastrar por ellas, eso será lo que todos recuerden. La gestión de la fama también se volvió un reto constante. Clark debía atender a los medios antes y después de cada partido, lo que traía cansancio y alguna fricción interna. Bluder recurrió al ejemplo de Jordan, quien aprendió a usar su exposición no solo para sí mismo, sino para destacar el trabajo de su equipo. El círculo fuerte: unión y confianza por encima de todo La cultura de equipo en Iowa, forjada con el circle time —un ritual donde las jugadoras compartían pensamientos y objetivos antes y después de entrenar—, se consolidó mucho antes de la llegada de Clark, pero cobró un nuevo sentido bajo la presión mediática y deportiva. Clark aprendió a canalizar la fama y la presión en beneficio del grupo, siguiendo el ejemplo de Jordan (Gregory Fisher/USA TODAY Sports) Este espacio fortaleció los lazos personales y la confianza entre compañeras. Cuando los rivales intentaban desestabilizar a la jugadora, el grupo respondía unido. “Nuestro círculo era muy fuerte. Los compañeros querían proteger a Caitlin. Y entonces tienes algo realmente especial”, afirmó Bluder. El momento especial llegó tras la victoria de la Universidad de Iowa sobre UConn en la Final Four. En la conferencia de prensa, Clark elogió abiertamente a sus compañeras: destacó la energía de Stuelke, el profesionalismo de Kate Martin y la defensa de Gabbie Marshall. “Todos están dando un paso adelante. No es solo un jugador, no es solo una persona. No estaríamos aquí si fuera solo una persona”, reconoció Clark. Así mostró su evolución definitiva en líder. La confianza en el grupo, la humildad para reconocer el aporte colectivo y la convicción de que la grandeza individual florece solo cuando se comparte son las bases del liderazgo que forjaron la nueva versión de Clark, según remarcó Bluder en diálogo con The Athletic.
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