23/07/2025 23:22
23/07/2025 23:21
23/07/2025 23:21
23/07/2025 23:20
23/07/2025 23:20
23/07/2025 23:20
23/07/2025 23:20
23/07/2025 23:20
23/07/2025 23:19
23/07/2025 23:19
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 23/07/2025 10:51
Zaira Nara se encuentra disfrutando unos días de descansoen la previa de su regreso a las ogligaciones (Instagram) Un mate en la mano, el murmullo del mar Mediterráneo en el horizonte, y la sonrisa de Zaira Nara brillando bajo el sol de Sicilia. En plena temporada veraniega, la modelo argentina dejó atrás la rutina y las cámaras de las campañas para sumergirse en los colores y sabores de Italia, en un viaje que transformó sus redes sociales en una postal constante de placer y descubrimiento. El punto de partida en la nueva travesía fue una pausa: el cierre de una etapa sentimental con Facundo Pieres. No hubo declaraciones públicas ni dramatismo. Solamente la delicada transición hacia un tiempo propio, donde los proyectos como empresaria conviven con la libertad de reconstruir los días a su antojo. “Mate, helado, playa, familia y amigos”, escribió la modelo en su cuenta de Instagram al resumir sin rodeos el pulso de estas jornadas. Esa frase, simple, se convirtió en el manifiesto de su verano europeo. Zaira Nara y familia en Italia, en edio de paseos, playas y helados El sur fue la antesala. Hace apenas unos días, la también influencer compartía imágenes entre la nieve del Cerro Bayo, envuelta en abrigos y bajo el cielo lacustre de la Patagonia. Pero el clima cambió —y también el paisaje— en cuanto decidió rehacer sus valijas para otro destino y cambiar la lana por algodón, el café caliente por gelato artesanal. La ruta personal la llevó entonces de Argentina a España, con paradas en las playas de Ibiza y Formentera. Allí, el ambiente relajado de los beach clubs y arenas suaves sentaban las bases para lo que vendría: el cruce al Mediterráneo hasta la tierra de limoneros y ruinas. Sicilia, con su rugoso suelo volcánico y sus pueblos detenidos en el tiempo, recibió a la modelo entre fachadas coloridas, callejones en flor y plazas con aroma a café fuerte. El álbum de su celular se llenó pronto de rincones: sonrisas junto con sus hijos y su madre, una mesa cubierta de antipasti y pasta fresca, la arquitectura barroca que se recorta en el cielo intenso. Siempre es momento para unos mates, infaltable en el equipaje de Zaira Nara En una de las instantáneas, Zaira se detiene a degustar unos mates en el balcón. En otra, ríe en la playa, con el sol dibujando sombras en la arena. La frescura de los platos sicilianos se convierte en protagonista de varias imágenes también. Todo parece fluir bajo un mismo lema: descanso, buena comida, experiencias nuevas. “Vení a Parma y te llevo a comer las mejores cosas del mundo”, puede leerse entre los mensajes por parte de sus seguidores, que suman más de ocho millones, esos que acompañan en cada uno de sus posteos. Aprovechando el receso escolar de invierno, Zaira viajó acompañada por sus hijos No faltaron los paseos por calles empedradas ni las visitas a las heladerías junto con los menores, donde además Zaira retrató detalles arquitectónicos, plazas encendidas de vida y la naturalidad con la que el Mediterráneo se filtra en cada instante. Las imágenes transmiten un ritmo ajeno a la prisa: ella sonríe, camina despacio, parece escuchar la historia que cuentan los muros antiguos de cada barrio. La interacción con los seguidores no tardó. “Sos preciosa, tu familia aun más”, “Ahí quiero envejecer, es una de las ciudades más bellas que conocí”, “Hermosa mujer, excelente madre”, escribieron repetidamente en la marea de comentarios. Algunos destacaron la energía positiva, otros la manera en que inspira a dejar, aunque sea por unos días, la rutina de lado. Así, su perfil digital se transforma en un refugio de admiración y buen ánimo. La madre de Zaira se mostró junto con sus nietos en un instante de la noche italiana Estos días en Italia marcan un respiro, pero también una celebración: la de explorar los matices cotidianos, encontrar belleza en lo simple y permitir que la luz del verano le dibuje otro perfil, lejos del bullicio. Zaira Nara, a los 37 años, parece abrazar con placer y sin reservas una vida donde la felicidad se narra en imágenes, sabores y la libertad de elegir el propio paisaje.
Ver noticia original