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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 22/07/2025 10:41
La última foto juntos. Cristina Kirchner, Massa y Axel Kicillof Para casi todos fue una trampa inaceptable, una violación flagrante de la ley electoral. Para otros, apenas una “picardía” a las que suele echar mano el peronismo bonaerense. Lo cierto es que los dos cortes de luz que ocurrieron cuando agonizaba el plazo para la presentación de candidatos le dieron a Fuerza Patria 38 horas más para llegar a un acuerdo frágil y provisorio. Fue el final de una negociación que tuvo ganadores y perdedores. Y que anticipa más refriegas para el otro cierre: el del 17 de agosto, por las listas nacionales. Para entender lo que pasó en las últimas 72 horas hay que explicar el escenario, los protagonistas, los objetivos de cada uno y lo que se llevaron. Cristina Kirchner, eje gravitacional del peronismo de la provincia de Buenos Aires; Axel Kicillof, el gobernador que desafía su liderazgo; Sergio Massa, que ofició de mediador para un acuerdo imposible; y una constelación de agrupaciones y liderazgos emergentes, de Juan Grabois a Guillermo Moreno y Martín Sabbatella. Axel Kicillof y la vicegobernadora Magario Es una discusión antipática para la sociedad, que está ensimismada en otras urgencias: no perder el trabajo, llegar a fin de mes, educar a sus hijos y que el futuro no sea una promesa de privaciones. Son prioridades que la política dejó para más adelante. Fue el tiempo de discutir poder interno. Había una proporcionalidad que se había acordado antes de llegar a la última milla del cierre de listas. Un aspiracional que terminó triturado por los tironeos. Llegaron a la mesa de arena con la idea de que la distribución de los 29 cargos en disputa iba a distribuirse con la lógica de 11 lugares para Kicillof y los intendentes, 11 para La Cámpora y 7 para el massismo. El balance final, quedó 15 para el cristinismo, 9 para el axelismo y 5 para el massismo de los “entrables”. Es un hecho que Axel Kicillof impuso una lógica desconocida en el peronismo bonaerense. Logró eliminar las PASO, desdoblar las elecciones, frenar reelecciones indefinidas e imponer en las dos secciones electorales las cabezas de listas. Fue lo mismo que Cristina Kirchner le “entregó” a Alberto Fernández en el 2021, con Victoria Tolosa Paz, en provincia, y Leandro Santoro en Capital. Cuatro años después, CFK concedió que la vicegobernadora Verónica Magario y el ministro Gabriel Katopodis encabecen las estratégicas secciones electorales, que juntas contienen más de 10 millones de votos, el 70% del padrón electoral. “El gobernador se plantó y tuvieron que negociar de igual a igual. No como pasaba antes, que decidían a dedo todo ellos solos”, transmitieron desde La Plata. Es un hecho que Cristina Kirchner había anunciado que iba a ser candidata a diputada provincial por la Tercera Sección Electoral y que ese lugar La Cámpora lo peleó como una batalla simbólica. Es una colina que el cristinismo puro cedió a cambio de encabezar otras cinco cabezas seccionales. Dicen los baqueanos del peronismo que un buen acuerdo es el que deja a todos un poco enojados. No fue este el caso. “Me parece que nos cagaron. Entraron ellos solos”, reversionó la mítica frase de Hugo Curto en otro legendario cierre de listas. Cristina Kirchner hizo mucho para que este cierre de listas terminara como terminó. Como reveló en exclusiva Infobae, se reunió el miércoles pasado en su casa con Juan Grabois, con una sugestiva autorización del tribunal. Aquietó la impaciencia de líder de Argentina Humana y la inquina con Sergio Massa, el sigiloso arquitecto de los acuerdos. Y habló con varios intendentes díscolos. “Me llamaron del Servicio Penitenciario para avisarme de la comunicación con la doctora”, contó uno de sus interlocutores en estricto off the record. La ex vicepresidenta plantó en el escenario un criterio que fue desoído por sus más fervientes opositores internos. “No puede haber testimoniales”, les transmitió a los negociadores. Fue un criterio que sirvió de contención a la miríada de intendentes rebeldes que iban a integrar las listas. Mayra Mendoza, la intendenta de Quilmes y lugarteniente de Máximo Kirchner, dio el paso al frente y desde el tercer lugar de la lista de la Tercera, anunció que asumirá el cargo y dejará en su lugar a Eva Mieri, la concejal que estuvo presa por atacar la casa del -ahora- silencioso José Luis Espert. Eva Mieri y la intendenta Mayra Mendoza Para repasar los nombres más importantes en las listas, en la Primera van Katopodis, Malena Galmarini, Mario Ishii y Mónica Macha. En la Segunda Diego Nanni, Evelyn Flores Yanz, Carlos Puglelli y Cintia Romero. En la Tercera, Verónica Magario, Facundo Tignanelli, Mayra Mendoza, Mariano Cascallares, Ayelén Rasquetti, Luis Vivona, María Eva Limone y José Galván. La Cuarta, Diego Videla, Valeria Arata, Germán Lago y María Sol Fernández. La Quinta, Fernanda Raverta, Jorge Paredi y María Laura Garcia. La Sexta Alejandro Dichiara, Maite Alvado, Esteban Acerbo y Sofia Vannelli. La Séptima Inés Laurini, Marcos Pisano y Evelyn Díaz. Y la Octava, Ariel Archanco, Lucía Iañez, Juan Martin Malpeli, Carola Eugenia Corra y Cristian Pablo Vander. Son dirigentes de escaso conocimiento público, pero que responden, la mayoría, a CFK, a Kicillof y los intendentes y a Massa. Son apenas un bosquejo de la otra pelea que se viene y que tiene como plazo máximo para inscribir las listas el 17 de agosto: la de diputados nacionales. En la Cámara Electoral tienen grupos electrógenos.
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