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Parana » Informe Digital
Fecha: 22/07/2025 03:41
CÓRDOBA.- Ante la reducción temporal de retenciones, los productores reiteran su preocupación por la falta de rentabilidad. Un estudio privado revela que actualmente, quienes cultivan soja en tierras alquiladas presentan resultados negativos. “La soja es un negocio extraordinario para el Estado”, afirma el consultor Néstor Roulet, autor del informe. “En la actualidad nos enfrentamos a un dilema complejo: el cultivo más destacado del país, que ocupa la mayor cantidad de hectáreas sembradas y con el menor costo directo, está experimentando una situación de baja rentabilidad, e incluso en muchos casos, rentabilidad negativa”, indica. La situación más crítica la padecen aquellos que producen en tierras alquiladas, que abarcan el 70% de la superficie de la oleaginosa. El análisis se realizó tomando como referencia un establecimiento de 300 hectáreas, situado a 300 kilómetros del puerto, con un rendimiento promedio de 35 quintales por hectárea, superior al promedio nacional, que es de 27,7 quintales por hectárea. Para los arrendatarios, el margen bruto es negativo en US$90,6, mientras que el Estado (en sus diferentes niveles) recauda US$467,4. Los ingresos en dólares generados por una hectárea de soja alcanzan los US$1330, de los cuales US$438,9 se destinan directamente al pago de retenciones. Los costos directos, que incluyen insumos, labores, seguro y estructura, suman US$380,94, a lo que se añaden otros US$236,2 de costos indirectos (cosecha, fletes, comercialización). El alquiler implica un gasto adicional de US$336. En este punto, el productor ya opera en números rojos, pero debe enfrentar un costo impositivo adicional de aproximadamente US$28,51 (cheque, Ganancias, Ingresos Brutos). Según el reporte, todos los productores arrendatarios enfrentan un quebranto de US$1141,8 millones. Para los propietarios de tierras (30% de la producción total de soja), el resultado final también beneficia al Estado: US$139,07 permanecen para el productor y US$613,48 para las arcas estatales. Roulet también calculó las cifras generales para la producción. Con un área sembrada total de 18 millones de hectáreas (12,6 millones alquiladas), el ingreso en dólares alcanza los US$23.940.000.000. En contraste, los productores logran US$1.252.188.000 y el Estado, US$10.855.628.000. Los datos del informe confirman la afirmación de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), que indicó que en campos alquilados de la zona agrícola núcleo, la soja de primera siembra [octubre] podría generar para la campaña 2025/2026 una pérdida de hasta US$31 por hectárea. Por su parte, aunque con números positivos, el maíz arrojaría un estrecho margen neto [después de impuestos] de US$68. Los precios proyectados para la cosecha —US$284,5 por tonelada para la soja y US$173 para el maíz— no son suficientes para cubrir los costos, especialmente después del aumento de retenciones del 1° de julio: la soja, tras la reducción temporal de las alícuotas, pasó del 26% al 33% y el maíz del 9,5% al 12%. Recientemente, durante la reunión que el presidente Javier Milei mantuvo con representantes de la Mesa de Enlace, el ambiente fue cordial, pero no se avanzó más allá de la confirmación de que las retenciones serán reducidas en cuanto se logre consolidar el superávit fiscal.
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