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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/07/2025 20:31
El seguimiento constante de la rotación terrestre es clave para anticipar futuros ajustes en la medición del tiempo y comprender la dinámica planetaria Un fenómeno poco común podría provocar ajustes inéditos en la medición global del tiempo. Según Space.com, el 22 de julio, la Tierra girará más rápido: el planeta completará su rotación en 1,34 milisegundos menos que las tradicionales 24 horas, lo que lo convertirá en el segundo día más corto desde que existen registros modernos. Este dato, observado desde 1973, ha captado la atención de la comunidad científica y podría implicar la necesidad de restar un segundo a los relojes atómicos en el futuro, ajuste conocido como “segundo bisiesto negativo”, nunca implementado hasta la fecha, según informó space.com. Un día más corto: detalles y comparación histórica El martes 22 de julio la diferencia será imperceptible en la vida diaria, pero representa un hito para la medición del tiempo. Desde que comenzaron los registros modernos, solo se ha detectado un día más corto. La duración estándar de un día es de 24 horas, equivalentes a 86.400 segundos, aunque la rotación de la Tierra varía a lo largo de su historia geológica. Un estudio de 2023 citado por space.com indica que, durante períodos tempranos, un día podía durar cerca de 19 horas. Este fenómeno se atribuye al equilibrio entre mareas solares y lunares, influyendo en la rotación planetaria (fuente: space.com). Por qué varía la rotación de la Tierra La duración de los días ha cambiado por distintos factores a lo largo de millones de años. Según space.com, la principal causa de desaceleración ha sido la fricción de las mareas lunares. A medida que la Luna se aleja de la Tierra, extrae parte de su energía rotacional, lo que alarga los días de forma gradual. Sin embargo, en los últimos años, los científicos han detectado una aceleración de la rotación planetaria, lo que acorta los días y no se ajusta a los modelos oceánicos y atmosféricos actuales, generando debate acerca de las causas detrás de este cambio inesperado. Expertos advierten que la aceleración de la rotación terrestre podría llevar a restar un segundo a los relojes atómicos en 2029, un ajuste nunca antes realizado Causas propuestas: del núcleo terrestre al deshielo polar Las explicaciones sobre la aceleración reciente han ido cambiando. Un estudio publicado en 2024 sugiere que el derretimiento de hielos polares y la elevación del nivel del mar podrían incidir en la velocidad del giro planetario, aunque no serían la causa principal. La hipótesis con mayor respaldo apunta al interior de la Tierra: la ralentización del núcleo líquido estaría redistribuyendo el momento angular, causando que el manto y la corteza giren un poco más rápido. Esta teoría, de acuerdo con space.com, aporta una posible explicación, pero continúa en evaluación por la comunidad científica. Leonid Zotov, experto en rotación terrestre explicó en declaraciones publicadas por space.com: “La causa de esta aceleración no está explicada. La mayoría de los científicos cree que es algo dentro de la Tierra. Los modelos oceánicos y atmosféricos no explican esta gran aceleración”. Sus palabras reflejan la incertidumbre científica y resaltan la necesidad de profundizar el estudio de los procesos internos del planeta. Las investigaciones recientes coinciden en que falta mucho por conocer sobre los mecanismos que regulan la rotación terrestre. Las diversas hipótesis muestran que ninguno de los modelos actuales explica por completo el fenómeno y que será necesario seguir observando la evolución del planeta. Implicaciones: ¿un “segundo bisiesto negativo” en 2029? La aceleración de la rotación terrestre, según el mismo medio, podría derivar en consecuencias prácticas para la medición del tiempo. De persistir esta tendencia, especialistas advierten que en torno a 2029 deberá restarse un segundo a los relojes atómicos. Este ajuste sin precedentes, denominado “segundo bisiesto negativo”, supone un desafío técnico y logístico para sistemas que dependen de una medición exacta del tiempo, como las telecomunicaciones o la navegación por satélite. Los relojes atómicos sincronizan la hora mundial a partir de la duración estándar de un día. Hasta ahora, al desacelerarse la rotación de la Tierra, se agregaba un segundo bisiesto para compensar la diferencia. Tener que restar un segundo alteraría por completo los procedimientos actuales y plantea interrogantes para la infraestructura tecnológica global (fuente: space.com). La diferencia de 1,34 milisegundos observada es parte de una tendencia acelerada que, de mantenerse, podría forzar este ajuste en menos de una década. Desde que comenzaron los registros (con la invención del reloj atómico) en 1973 hasta 2020, el día más corto jamás registrado fue 1,05 milisegundos menos que 24 horas, según Timeanddate.com. Un fenómeno bajo observación constante La comunidad científica internacional continúa monitoreando la rotación de la Tierra y la duración del día. El evento del 22 de julio documentado aporta información clave para comprender la compleja interacción de fuerzas planetarias. La posibilidad de un “segundo bisiesto negativo” mantiene la alerta entre los organismos encargados de la medición del tiempo y los sistemas de sincronización global (fuente: space.com). El pronóstico de Leonid Zotov sobre una potencial desaceleración en los próximos años enfatiza que la situación actual podría formar parte de las fluctuaciones naturales de la dinámica terrestre. El seguimiento constante y el avance en el conocimiento científico serán fundamentales para desentrañar las incógnitas asociadas a este fenómeno global
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