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  • ¿Puede la carne argentina reemplazar a la brasileña en Estados Unidos?

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/07/2025 12:55

    El mercado de la carne vacuna en Estados Unidos es uno de los más codiciados actualmente. Brasil podría perder su sitial (Reuters) Es el tema excluyente en los medios agropecuarios brasileños. La decisión de Donald Trump de aplicar tarifas de castigo del 50% a los productos brasileños a partir del próximo 1º de agosto, golpeó de lleno a la cadena de ganados y carnes del vecino país. El daño es enorme, porque la carne bovina brasileña pasaría a tolerar una carga tributaria total del 76% -u 86% según como se considere la sumatoria de castigos- para entrar a Estados Unidos, el mercado que mejor paga y donde estaba teniendo un éxito creciente, con un 23% del share hasta el mes de junio pasado. Los datos de los primeros seis meses del año, indican que Brasil dejó obsoletas las proyecciones del USDA en términos de exportaciones, ya que sus envíos a Estados Unidos crecieron 13% respecto del mismo periodo de 2024. Asimismo, el ritmo de compras de Estados Unidos obligó al Departamento de Agricultura de este país a corregir su previsión original y elevarla a un 12% por encima del año anterior. El golpe propinado por Trump es más grave de lo que parece, porque tomó por sorpresa a todos los actores de este negocio, desde los ganaderos hasta los responsables de las grandes empacadoras de carne vacuna de Brasil, que incluso dominan el negocio en el propio país de las barras y las estrellas. ¿Puede la Argentina cubrir el hueco que dejaría Brasil en el mercado del país del norte? La oportunidad de acceder a mejores negocios le llegaría a la ganadería argentina en un momento en que se mantiene una elevada faena de hembras (Revista Chacra) La primera impresión es que Australia y Nueva Zelanda corren con ventaja para obtener este sitial, aunque circulan versiones de un eventual acuerdo arancelario entre nuestro país y Estados Unidos, que podría modificar el escenario en alguna medida. Los trascendidos hablan de un arancel cero para cerca del 80% de los productos que nuestro país exporta a Estados Unidos, incluida la carne vacuna, que además recibiría una ampliación de la cuota de 20.000 toneladas que tiene asignada. No es fantasiosa la versión, porque el país del norte necesitará cubrir el faltante que dejaría la carne brasileña, y no tiene chance de hacerlo con su propia producción. Por supuesto, para la Argentina implicaría una sensible mejora en el valor de la tonelada exportada, diluyendo en parte los modestos precios que paga el mercado chino, de poco más del 50% del monto que reconocen los estadounidenses. Desde luego, no faltan quienes creen que la Argentina no está en condiciones de ocupar enseguida los lugares que dejan en el comercio exterior sus competidores. Stock, frigoríficos, logística, volumen, etc. juegan en contra. De acuerdo con un analista del Rosgan, una posible interrupción del comercio entre Brasil y Estados Unidos podría representar una oportunidad para que Argentina invierta parte de su producción, pero también una amenaza para otros destinos, dada la agresividad con la que Brasil probablemente buscará reasignar sus excedentes para lo que resta del año. Para toda la cadena de ganados y carnes de la Argentina sería un paso adelante formidable incrementar nuestra presencia en Estados Unidos (IPCVA) La demanda de carne magra para ser procesada es cada vez más robusta en Estados Unidos, y crecen las chances de que el norteamericano de a pie deba pagar más por su valorada hamburguesa a partir del conflicto con Brasil. Con el menor stock de vacas desde 1961, el país del norte no está en condiciones por ahora de cubrir los requerimientos internos de este tipo. En toda esta historia hay una pieza clave: Lula. Hasta ahora se ha dedicado a pronunciar discursos patrióticos y nacionalistas. “Ningún gringo va a decirnos lo que tenemos que hacer”, grito a los cuatro vientos, aunque quienes transitan los pasillos del Planalto aseguran que las intenciones de encontrar un mínimo diálogo persisten en algún lugar del Ejecutivo brasileño. Los empresarios del país advierten que “presionar al tigre con un palo corto podría llevar a algo peor”. Brasil está sorprendido y a la defensiva. Hubo una primera carta de su gobierno que Trump ni siquiera se interesó en contestar. Tereza Cristina, la exministra de Agricultura, ahora senadora, afirmó que el país ya debería haber designado un negociador y contactado a los estadounidenses en Washington para discutir la situación. “La Ley de Reciprocidad Económica solo debería considerarse después de agotar todas las vías de diálogo”, subrayó. Hasta acá las expresiones de Lula llevan a tarifas de represalia para Estados Unidos. Los ganaderos y la industria creen que es un error (Reuters) El hecho es que las exportaciones brasileñas de carne a Estados Unidos podrían volverse inviables si no se llega a un acuerdo. Aproximadamente 30.000 toneladas de carne brasileña se encuentran en el limbo, en puerto o en alta mar. Se negocia febrilmente con los importadores en Estados Unidos en busca de una posible prórroga de la tarifa de castigo, ya que existen contratos en curso y no hay tiempo para deshacerlos antes del 1º de agosto. Mientras tanto, regiones ganaderas como Mato Grosso do Sul y Goiás, en Brasil, están empezando a sufrir las consecuencias. En el primer caso cuatro frigoríficos suspendieron temporalmente la producción de carne vacuna con destino a Estados Unidos. Es una respuesta logística para evitar la acumulación de existencias que no puedan enviarse al mercado norteamericano. Una situación similar se presenta en Goiás, donde el 25% de las exportaciones de carne vacuna se destinan al país de las barras y las estrellas. Con el exceso de proteína animal dirigiéndose a otros mercados, incluido el nacional, existe el riesgo de desequilibrios de precios tanto para las plantas frigoríficas como para los ganaderos, según advierten los especialistas. La Cámara de Comercio Americana para Brasil (Amcham Brasil) y la Cámara de Comercio de Estados Unidos emitieron un comunicado en el que indican que la situación planteada tiene el potencial de causar graves daños a una de las relaciones económicas más importantes de Estados Unidos, además de sentar un precedente preocupante. No hay que menospreciar el poder de negociación que puede esgrimir Brasil si está dispuesta al dialogo, ya que se encuentra entre los diez principales mercados para las exportaciones estadounidenses. Los precios de la hacienda en pie en Brasil entraron en un sendero negativo tras la amenaza de Trump (EMBRAPA) La región no queda afuera de este entuerto, la incertidumbre arancelaria castigo también al Novillo Mercosur. La última semana en el mercado de hacienda brasileño ha sido particularmente complicada y se espera que la presión a la baja continúe a corto plazo. Las plantas frigoríficas podrían perder USD 3 mil millones debido a los aranceles, y es inevitable que afecte lo que pagan por el ganado en pie. El recargo de Trump impactará sobre los cortes de carne deshuesada congelada, los alimentos preparados, las carnes enlatadas, las carnes frescas o refrigeradas y los productos salados o ahumados. El sebo implica una preocupación particular para el sector, ya que el 99,6% del volumen exportado por Brasil se destina a Estados Unidos. Los investigadores del Centro de Estudios sobre Políticas y Economía de la Alimentación (Cepea), dependiente de la Universidad de San Pablo, coinciden en que el impacto de esta noticia ha generado una desaceleración significativa en la venta de animales para faena y un debilitamiento de los precios de la hacienda en pie y de la carne vacuna. En este contexto, aparecen voces que plantean diluir las 185 mil toneladas que compró Estados Unidos en el primer semestre en otros 160 destinos. En medio de esta comedia de enredos, hay que recordar que la Oficina del Representante Comercial de Estados Unidos (USTR), ha acusado a Brasil de adoptar prácticas comerciales consideradas injustas y discriminatorias, con posibles repercusiones directas para sectores estratégicos de la economía, entre ellos, la agroindustria. El negocio de la carne vacuna es uno de los específicamente apuntados. Los frigoríficos brasileños empiezan a detener la actividad ante el riesgo de acumular carne vacuna que no podrá ser enviada a Estados Unidos (Reuters) Desde Uruguay, el Monitor ganadero advierte que el mercado estadounidense está parado y que crece el nerviosismo entre los importadores. Se indica además que las acciones de Washington tendrían el potencial de generar un desvío de comercio de resultados impredecibles. “Si Brasil quedara fuera del mercado estadounidense, debería aumentar sus colocaciones en otros mercados y acelerar el acceso a nuevos como Japón y Corea del Sur. Una alternativa sería incrementar sus colocaciones en China, lo que podría generar presión sobre ese mercado, con un efecto negativo para los precios de la carne vacuna”. En tanto, Estados Unidos debería compensar la ausencia de la oferta brasileña con más compras desde Oceanía, así como de Argentina y Uruguay, ya que Canadá y México no tendrían el potencial de aumentar sus ventas. Para el país de las barras y las estrellas sería más costoso sustituir a la carne vacuna brasileña que para Brasil redirigir sus ventas a otros mercados. La necesidad de importar carne podría crecer si los ganaderos estadounidenses comienzan a conservar las vaquillonas, algo que ya estaría pasando. Para algunos analistas, la producción de carne vacuna en Australia está prácticamente al límite, y Nueva Zelanda no cuenta con las reservas necesarias para aumentarla significativamente. Una opción sería retirar la oferta de otro destino importante. Aseguran que esto podría hacerse, pero no en un volumen suficiente para reemplazar por completo el vacío dejado por Brasil. Ahora aparecen algunas dudas respecto de las chances de Australia de cubrir lo que Brasil no llegaría a enviar a Estados Unidos. Quizás solo parcialmente (Reuters) En Estados Unidos hay una preocupación adicional. La inflación subyacente repuntó un 0,2 % mensual, con una tasa anual que se situó en el 2,9 %, en línea con las estimaciones. Si bien la evidencia en junio fue heterogénea sobre la influencia de los aranceles en los precios, hubo indicios de que estos ya están teniendo un impacto. Todos entienden que en el mercado internacional se vienen dos semanas de negociaciones contra reloj. Si bien no se prevé que haya medidas sobre Argentina y Uruguay, la amenaza de Trump hacia Brasil genera incertidumbre en el mercado. Se reitera que un dato a tener en cuenta son los avances que habría hecho Argentina como para dejar de pagar el 10% de arancel a través de concesiones que ya habría adelantado al gobierno estadounidense. Esto podría determinar que nuestro país quede en mejor posición que otros proveedores de carne vacuna en este mercado. Habrá que esperar, la ruptura de Trump con Brasil todavía puede revertirse, si bien no parece fácil que esto suceda.

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