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Parana » El Once Digital
Fecha: 21/07/2025 10:30
Durante la madrugada del sábado, en plena tarea de fiscalización vehicular, una inspectora de tránsito municipal fue atropellada por un conductor que intentó huir de un control de alcoholemia en la ciudad de Victoria, Entre Ríos. El hecho ocurrió cerca de las 3 de la mañana, en la intersección de Avenida Centenario y calle A. Román, mientras personal de tránsito desarrollaba tareas de control. La agente embestida fue Mabel Albornoz, de 44 años, quien debió ser asistida médicamente luego del impacto. Según confirmaron fuentes oficiales, el conductor —un hombre mayor de edad— manejaba un Renault Logan gris y fue sometido a un test de alcoholemia que arrojó resultado positivo. Al momento de ser notificado, el sujeto volvió a subir al vehículo, puso marcha atrás y embistió deliberadamente a la inspectora para luego darse a la fuga. “Le supliqué que corriera el auto, me seguía pisando” Aún afectada por el impacto físico y emocional, Mabel Albornoz brindó declaraciones a Elonce y relató lo ocurrido con crudeza y angustia. “Estoy muy dolorida y agustiada. Estaba cumpliendo mi turno desde la una hasta las siete de la mañana, y me pasó esto. Nunca pensé que me podía pasar algo así trabajando”, confesó conmovida. La inspectora contó que el conductor, al enterarse que el vehículo sería retenido, reaccionó de forma evasiva: “Cuando el hombre dijo que no iba a entregar el auto, me gritó que corra porque se iba a ir. Yo no opuse resistencia, me alejé, pero me atropelló igual. Me apretó el pie izquierdo con el auto, le grité, y en lugar de frenar, aceleró y me tiró al suelo”. Al caer hacia atrás, se golpeó fuertemente: “Sentí un dolor muy fuerte la espalda y en un codo. Él bajó, me pidió disculpas, pero yo le imploraba que moviera el auto porque seguía pisándome. Y de repente, se sube otra vez, acelera y se va. Tuve miedo que me volviera a chocar”. “Gracias a Dios no tuve una fractura grave, el calzado me amortiguó bastante, pero los dolores son muy fuertes”, expresó la trabajadora municipal. Tras el hecho, Albornoz pasó una noche sin dormir, con angustia y ansiedad. “Tuve que volver a la guardia médica porque el dolor era muy intenso. Además de los golpes, esto me dejó mucha angustia”. Sobre el agresor, Albornoz remarcó un dato que le impactó: “Era una persona que se reía todo el tiempo, no parecía violento, pero me terminó atropellando. ¿Cómo alguien puede hacer algo así, con un auto, a una persona que solo está trabajando?”. Con nueve años de trayectoria como inspectora, Mabel nunca había vivido una situación semejante. “Fue algo de un segundo, pero que me dejó secuelas físicas, médicas y emocionales. Solo estaba haciendo mi trabajo”, concluyó-
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