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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 21/07/2025 08:32
Scott Kelly vivió 340 días en el espacio y experimentó cambios biológicos inesperados (NASA) La mañana en que Scott Kelly volvió del espacio, nada fue familiar: después de 340 días en órbita, más de lo que cualquier astronauta estadounidense había soportado jamás, su propio cuerpo parecía resistirse a la gravedad con dolores nuevos y una piel que ardía al más mínimo contacto. Pero lo más insólito aguardaba en los resultados médicos: todo indicaba que, contra la lógica, durante su estadía en el espacio, había rejuvenecido. Apenas unos días después de aterrizar, Scott Kelly confesó ante la prensa que no sentía su cuerpo como antes. “Para mí es más fácil adaptarme al espacio que a la Tierra”, declaró en su primera conferencia tras el regreso, según Associated Press. Los síntomas físicos eran evidentes: músculos y articulaciones doloridos, una sensación de ardor constante en la piel y una sensibilidad extrema al contacto, resultado de haber pasado meses sin roce físico significativo, ya que en la microgravedad la ropa flota alrededor del cuerpo. El astronauta, de 52 años, relató que incluso actividades cotidianas como caminar o sentarse le resultaban incómodas. “Tengo una sensación casi de ardor donde sea que me siente, permanezca o camine”, explicó a AP, mientras mostraba los zapatos negros de vestir que solo usó para la ocasión, prefiriendo en su día a día zapatillas gruesas para correr, que le proporcionaban algo de alivio. El proceso de readaptación no solo fue físico. Kelly anticipó que el “choque cultural” de volver a la vida en la Tierra, con sus infinitas opciones y estímulos, llegaría pronto tras la rutina austera de Marte. El astronauta estadounidense sufrió dolores físicos y sensibilidad extrema al regresar a la Tierra (NASA) La misión de Scott Kelly, que se extendió entre 2015 y 2016, fue récord para un estadounidense: 340 días consecutivos en el espacio, superando la marca anterior de 215 días. Junto al cosmonauta ruso Mikhail Kornienko, Kelly duplicó la duración habitual de las estancias en la EEI, con el objetivo de estudiar los efectos de la microgravedad y la radiación en el cuerpo humano, en preparación para futuras misiones de larga duración, como el viaje a Marte. La singularidad de este experimento radicó en la participación de su hermano gemelo, Mark Kelly, quien permaneció en la Tierra. Ambos, astronautas retirados de la NASA, fueron sometidos a rigurosos controles médicos antes, durante y después de la misión. Esta comparación permitió a los científicos aislar los efectos del entorno espacial sobre el organismo, al contar con un control genético idéntico. Según detalló la BBC, más de 80 expertos de 12 universidades formaron 10 equipos de trabajo para analizar los datos recogidos, que incluyeron muestras biológicas, pruebas cognitivas y evaluaciones inmunológicas. La misión de Kelly permitió estudiar los efectos de la microgravedad y la radiación en el cuerpo humano (NASA) El “Estudio de los gemelos”: metodología y hallazgos principales El “Estudio de los gemelos” de la NASA, publicado en la revista Science, se convirtió en la mayor investigación sobre los efectos de los vuelos espaciales prolongados en el cuerpo humano. Los científicos analizaron desde la fisiología y la inmunidad hasta el ADN de ambos hermanos, con el fin de buscar cambios atribuibles a la vida en órbita. Algunos resultados eran esperados: pérdida de densidad ósea, alteraciones en la microbiota intestinal, aumento de marcadores de inflamación y cambios en la estructura ocular. Sin embargo, el estudio también reveló transformaciones genéticas que sorprendieron a la comunidad científica. El estudio de la NASA reveló que los telómeros de Scott Kelly se alargaron durante su estancia en órbita (NASA) Uno de los hallazgos más llamativos fue el comportamiento de los telómeros, las “tapas” en los extremos de los cromosomas que protegen el material genético durante la división celular. Normalmente, los telómeros se acortan con la edad y el estrés, lo que se asocia con un mayor riesgo de enfermedades cardiovasculares y cáncer. En el caso de Scott Kelly, los telómeros en sus glóbulos blancos se alargaron durante su estancia en el espacio, un fenómeno que la líder del equipo de biomarcadores, Susan M. Bailey, de la Universidad Estatal de Colorado, calificó como “realmente sorprendente”, según recogió la BBC. Bailey advirtió que este alargamiento no debe interpretarse como una “fuente de juventud” ni como un indicio de longevidad, ya que tras el regreso a la Tierra los telómeros de Kelly se acortaron rápidamente, quedando incluso más cortos que antes de la misión, lo que podría implicar un envejecimiento acelerado. Más del 90% de los cambios genéticos detectados en Kelly se revirtieron seis meses después de su regreso (NASA) Cambios genéticos, reversibilidad y resiliencia del cuerpo humano Además de los telómeros, el estudio detectó modificaciones en la expresión genética de Scott Kelly, especialmente en genes relacionados con la producción de energía y el sistema inmunológico. Más del 90% de estos cambios volvieron a la normalidad seis meses después de su regreso, pero un pequeño porcentaje de genes vinculados a la inmunidad y la reparación del ADN no recuperó sus niveles previos, según informó la NASA. Los investigadores reconocen que aún no pueden identificar con certeza la causa de estos cambios, dada la complejidad de factores presentes en el espacio: microgravedad, dieta alterada, estrés por confinamiento y exposición a radiación cósmica. “Es mucho lo que aún debemos comprender sobre cómo reacciona el cuerpo en el espacio”, afirmó Jennifer Fogarty, científica del Programa de Investigación Humana del Centro Espacial Johnson de la NASA, en declaraciones recogidas por la BBC. Más del 90% de los cambios genéticos detectados en Kelly se revirtieron seis meses después de su regreso (NASA) A pesar de las alteraciones observadas, el sistema inmunológico de Kelly funcionó adecuadamente, incluso cuando recibió una vacuna contra la gripe en órbita. “Dado que la mayoría de las variables biológicas y de salud humana se mantuvieron estables o volvieron al nivel base, esos datos sugieren que la salud humana puede mantenerse en su mayor parte durante este periodo (un año) de vuelo espacial”, señaló la Universidad de Texas, participante en el estudio. Mike Snyder, biólogo de la Universidad de Stanford y coautor del estudio, destacó en conferencia de prensa que “es tranquilizador saber que cuando vuelvas a casa las cosas serán, en gran medida, como antes”.
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