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  • El mercado cambiario entra en modo electoral y el Gobierno se prepara para defender al dólar a 1.300 pesos

    » Impactocorrientes

    Fecha: 21/07/2025 08:27

    El mercado cambiario entra en modo electoral y el Gobierno se prepara para defender al dólar a 1.300 pesos Se espera mayor dolarización de portafolios pese al fuerte aumento de las tasas de interés de la última semana. Hasta ahora el ajuste cambiario no se trasladó a precios y es clave frenar la suba para evitar sorpresas. Los inversores ya siguen de cerca lo que podría ocurrir el 7 de septiembre en las elecciones bonaerenses. Compartir en Facebook Compartir en Twitter Si algo quedó claro de la volátil semana que quedó atrás, es que el equipo económico no se siente cómodo con un tipo de cambio arriba de los 1.300 pesos. Ni bien la cotización llegó a ese nivel, actuó en dos frentes: aceleró la venta de futuros de dólar y a la vez aumentó sustancialmente las tasas, a casi el 50% anual, en la licitación que el Tesoro anunció a las apuradas y que le sirvió para captar 4,7 billones de pesos. Mantener al dólar flotando en esos niveles no será sencillo. La economía argentina entra en modo electoral. Los ahorristas e inversores ya están mirando las fechas en el calendario y la que se viene encima es la del 7 de septiembre, cuando se vote para legisladores bonaerenses. Para el Gobierno nacional es inconveniente que Axel Kicillof haya adelantado ese comicio, pues genera mayor tensión en el mercado, algo que se quiso evitar al eliminar las PASO de mediados de agosto. Sin embargo, solo se logró ganar tres semanas. Uno de los problemas recurrentes que aqueja al país desde siempre es la restricción externa, es decir las dificultades para acceder a dólares. Argentina entra a un período turbulento, como es el previo a las elecciones, con escaso nivel de reservas. El Banco Central tampoco logró acumular lo que exigía el FMI para los primeros meses de este nuevo programa. Desde ahora y posiblemente hasta las elecciones del 26 de octubre, se presentan dos problemas concretos. Por un lado, desde fines de este semana habrá una sustancial disminución de la oferta de divisas del campo porque vence la reducción de retenciones. Menos oferta, más demanda Pero más importante que la reducción de la oferta es que la demanda se sostiene muy firme, en especial la relacionada al atesoramiento. Desde que se levantó parcialmente el cepo, la gente está comprando alrededor de USD 2.000 millones mensuales. Son dólares que podría haber adquirido el Central, pero que no pudo porque compite con las compras de las familias. “A esta altura, no está muy claro si el Gobierno hizo bien en apurar la salida del cepo”, señaló Pablo Goldín, economista de Macroview. La decisión tomada por el Gobierno en abril se festejó mucho, sobre todo porque el dólar se mantuvo tranquilo pese a los pronósticos. Pero también es cierto que le impidió al Central acumular reservas en épocas de “vacas gordas” como es el segundo trimestre. Sería un verdadero milagro que en agosto se reduzca la compra de dólares por cobertura del sector privado, faltando escasas semanas para las elecciones bonaerenses. Al contrario, la historia de los últimos 30 años indica que la demanda siempre sube en este período. Ocurre incluso con procesos electorales tranquilos o no decisivos, como no es el caso del que se aproxima. Los inversores esperan ansiosos el 7 de septiembre. Se mantiene la expectativa de un triunfo de los candidatos de la flamante alianza entre los candidatos del oficialismo y el PRO. El propio Presidente Javier Milei colaboró a ese sentimiento en los últimos días al indicar que en las elecciones a su partido habría que denominarlo La Libertad “Arrasa”. Pero antes habrá que vencer al kirchnerismo en su propio bastión, la provincia de Buenos Aires. A juzgar por la debilidad del mercado de acciones y bonos, por ahora no hay nada parecido a un trade electoral. Por ahora nadie se juega por una victoria clara del oficialismo en territorio kirchnerista. Salto cambiario Uno de los fenómenos más destacados de estas últimas semanas es que el salto del tipo de cambio, cercano a 10%, no tuvo traspaso a la inflación. La mayoría de las consultoras proyectan que el índice de julio será similar al de junio, en torno a 1,6 por ciento. Sin embargo, no está claro si se mantendría esa estabilidad en los precios en caso de un salto mayor del dólar oficial. Nada asegura que un nuevo incremento no vaya a precios, lo que pondría en riesgo el principal activo oficial para ganar las elecciones: el exitoso avance en el proceso de desinflación. Los mercados, al igual que el FMI, demandan un fortalecimiento de las reservas. Pero el Gobierno optó por postergar este objetivo al priorizar la baja de la inflación. Un informe de Fernando Marull detalló que las compras en bloque del Tesoro en los últimos dos meses fue de solo USD 600 millones y que no existió ninguna compra diaria de USD 500 millones como se había dejado trascender extraoficialmente. A esto se le suman las dos suscripciones del Bonte 2030 por un total de USD 1.400 millones. Esto significa que entre las compras en bloques y las colocaciones de bonos apenas se logró acumular USD 2.000 millones. El objetivo de emitir el equivalente a USD 1.000 millones mensuales con bonos en pesos (BONTE 2030) fue dejado de lado hasta nuevo aviso, ante el escenario de tasas más altas y mayor dolarización de portafolios. La economía presenta señales favorables que son un subproducto de la baja de la inflación, pero al mismo tiempo la actividad funciona a dos velocidades. La Universidad Di Tella proyectó esta semana que la pobreza habría finalizado con otra fuerte baja en el primer semestre hasta 31,6%, casi 20 puntos menos en relación al pico de diciembre de 2023, cuando llegó a 52 por ciento. La fuerte desaceleración de la canasta básica fue fundamental en esta franca mejora. Que millones de familias hayan quedado por encima de la línea de pobreza debería reflejarse en el resultado de las próximas elecciones. En mitades Pero al mismo tiempo la economía avanza con el modelo “fifty-fifty”, o “50% y 50%”. La mitad de los sectores presenta un impulso significativo, por ejemplo, petróleo, gas, minería, mercado inmobiliario o electrodomésticos. Pero del otro lado aparecen la construcción, obra pública, comercio minorista y actividad fabril, que no logran repuntar y se mantienen debajo de los niveles de 2023. Esta realidad explica por qué a pesar de la mejora de los indicadores económicos no crece el empleo formal. Los sectores más afectados por el cambio de modelo son a su vez los más intensivos en manos de obra. Mientras tanto, se aguarda que el FMI trate el caso argentino a fin de mes. Esto destrabaría el desembolso de USD 2.000 millones pendiente del organismo y ayudaría a llevar cierta tranquilidad a los mercados. Moody’s también ayudó para ese objetivo al tomar una decisión inusual en la última semana, subiendo de una sola vez dos escalones la calificación de la deuda argentina. La salida parcial del cepo y el acuerdo con el Fondo fueron claves para esa decisión. Sin embargo, a la evaluadora le sigue preocupando la escasez de reservas. Jaime Reusche, el encargado dentro de la calificadora de definir la nota, dejó una frase que define a la perfección el sentimiento de los inversores: “Argentina es un país que siempre está a una elección de distancia del default”. Por Pablo Wende

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