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  • La belleza de la semana: los valores de la amistad, retratados en la pintura

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 21/07/2025 06:50

    La belleza de la semana: los valores de la amistad, retratados en la pintura La amistad ocupa un lugar central en la experiencia humana. No solo hoy; siempre. De tal modo que es una inspiración inagotable para pensadores, escritores y artistas. El filósofo griego Aristóteles definió la amistad como “un alma que habita en dos cuerpos”. Se trata de un vínculo que une a las personas más allá de cualquier lazo sanguíneo. Cicerón la describió como “el sol de la vida”, una relación imprescindible para atravesar los días felices y las adversidades con la complicidad irreemplazable del otro. A lo largo de la historia, poetas y novelistas han dedicado páginas a este lazo elegido. El escritor francés Albert Camus afirmó: “No camines detrás de mí, puede que no guíe. No camines delante de mí, puede que no siga. Camina junto a mí y sé mi amigo”. Las distintas culturas han compartido la convicción de que la amistad despliega un territorio propio, marcado por la confianza, la lealtad y el afecto mutuo. La pintura también ha abordado la amistad en distintas épocas, explorando los matices de este vínculo a través de imágenes que capturan gestos, miradas y escenas cotidianas. Desde el mundo antiguo hasta el arte contemporáneo, numerosos cuadros registraron la intimidad y la fuerza del lazo amistoso. Un recorrido visual por estas obras permite descubrir cómo los artistas buscaron plasmar en el lienzo la belleza de la amistad. Fraternidad y confianza Amistad, obra realizada en 1896 por el belga Jef Leempoels, forma parte de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes de Buenos Aires. En la pintura se observa a dos hombres que se toman de la mano y dirigen la mirada hacia el espectador. La composición pone el acento en la unión y la comunión de sentimientos, transmitiendo una idea de fraternidad y confianza mutua. La elección del gesto y la sobriedad cromática remiten a la profundidad del vínculo que se representa. "Amistad", obra realizada en 1896 por el belga Jef Leempoels Leempoels se inspiró en la iconografía de La mujer barbuda de José de Ribera, aunque en su versión masculina eliminó toda referencia histórica explícita y enfocó la escena en el contacto físico y emocional entre los personajes. La obra fue exhibida en el prestigioso Salón de la Société Nationale des Beaux-Arts de París en 1897. Allí, la crítica destacó la evocación de las antiguas tradiciones flamencas en el estilo de Leempoels, cuyo trazo y composición se alejan del gusto francés contemporáneo. Jef Leempoels desarrolló una carrera reconocida internacionalmente, centrada en el retrato y la escena de género. Estudió en la Académie Royale des Beaux-Arts de Bruselas y recibió distinciones en Bélgica y Francia. Amistad es una de las pocas obras de Leempoels que pertenecen a colecciones públicas y testimonia su interés por temas filosóficos y sociales, así como su dominio técnico para representar la intensidad de los lazos humanos. Comprensión y solidaridad Dos Amigas de Max Volkhart exhibe una escena de compañerismo femenino en un entorno apacible y cotidiano. El pintor alemán, conocido por sus retratos y escenas de género del siglo XIX, captura la intimidad entre dos mujeres sentadas juntas, enfrascadas en un instante de diálogo y calma compartida. La composición transmite una sensación de confianza, mostrando la importancia del apoyo mutuo en la vida cotidiana. "Dos Amigas", de Max Volkhart El encuentro entre las protagonistas resalta valores como la lealtad, la comprensión y la solidaridad. Este cuadro pone el foco en la amistad entre mujeres como un refugio ante las adversidades y un espacio de contención emocional. Las miradas y gestos sutiles sugieren una conexión profunda, donde la expresión y el silencio cobran igual relevancia en la construcción del vínculo amistoso. Max Volkhart, nacido en Düsseldorf en 1848, formó parte de la Escuela de Düsseldorf, corriente que abordó la realidad social y los vínculos afectivos con fuerte realismo. Dos Amigas revela la capacidad del autor para observar las relaciones humanas desde una perspectiva sensible y dignificar la amistad entre mujeres como un lazo fundamental atravesado por la empatía y el respeto. Intimidad y compañerismo Una de las obras menos conocidas de Pablo Picasso es Amistad (1908), la cual representa un hito temprano en la evolución del cubismo. En la escena, dos figuras se abrazan y fusionan sus formas, sugiriendo la proximidad y la intimidad que define el vínculo amistoso. La geometrización de los cuerpos y la fragmentación del espacio revelan la experimentación de Picasso con el lenguaje cubista y una búsqueda por captar la esencia de la relación humana. Pablo Picasso, "Amistad" (1908) A diferencia de otras imágenes más célebres de Picasso, Amistad se mantiene en los márgenes de su producción, lo que la convierte en una pieza singular dentro de su vasto repertorio. El uso de planos quebrados y la paleta de tonos terrosos construyen un clima de recogimiento y calidez, aunque el dibujo esquemático y las máscaras en los rostros desafían el sentimentalismo directo. La cercanía física de los personajes y sus manos entrelazadas enfatizan el apoyo y la unión que define a la amistad. Picasso, uno de los grandes creadores del siglo XX, atravesó múltiples etapas estilísticas y abordó infinidad de temas. En Amistad despliega una mirada abstracta que reinterpreta el vínculo de compañerismo con recursos plásticos radicales para la época. La obra resulta un testimonio de la capacidad del pintor para renovar los símbolos tradicionales y, al mismo tiempo, preservar la carga emotiva del tema. Experiencia y lealtad El cuadro Viejos amigos de Cristobal De Antoni muestra a dos hombres mayores compartiendo una conversación en un ambiente elegante, rodeados por una decoración que remite a la Europa de finales del siglo XIX. Sentados uno frente al otro en sillones tapizados, sus gestos y posturas sugieren la familiaridad de muchos años de confidencias y vivencias compartidas. En la mesa entre ambos se observa una cafetera y tazas, símbolo de la hospitalidad y los rituales cotidianos que alimentan el vínculo amistoso. "Viejos amigos", de Cristobal De Antoni La escena destaca la intimidad del encuentro, sostenida en la serenidad de quienes han atravesado juntos el paso del tiempo. Las miradas transmiten comprensión y complicidad, enmarcadas por una luz cálida que refuerza el clima acogedor. Los detalles en la vestimenta y el mobiliario refuerzan la importancia del momento: la amistad se presenta como un refugio, un espacio donde la confianza se renueva con cada charla. Aunque no se conoce con exactitud el año de realización de la obra, se estima que fue pintada en algún momento entre 1870 y 1905, período en el que De Antoni desarrolló su actividad artística. Viejos amigos es una representación de la amistad como territorio ganado por la experiencia, un encuentro pausado donde la memoria y la lealtad se hacen presentes sin palabras. Complicidad y diversión Double Dutch, de Phyllis Stephens, ofrece una mirada contemporánea a la amistad a través del juego infantil en la calle. En la obra, un grupo de niñas salta la soga en plena ciudad, enmarcando la alegría compartida y la confianza mutua que surgen en los vínculos tempranos. El uso del color, las texturas y la composición transmiten dinamismo, vitalidad y la fuerza colectiva que caracteriza a la amistad en la infancia. "Double Dutch", de Phyllis Stephens Phyllis Stephens, artista estadounidense reconocida por sus quilts y escenas de la vida cotidiana afroamericana, plasma en Double Dutch la importancia de la cooperación y el apoyo entre compañeras. Las niñas sincronizan sus movimientos y se acompañan, mostrando cómo la amistad se consolida a partir del juego, la complicidad y el respeto. El trabajo artesanal de Stephens subraya la calidez y la cercanía de esos lazos forjados en la simpleza del día a día. La pintura se convierte así en una celebración de los pequeños gestos y las rutinas compartidas, recordando que la amistad, en todas sus formas y edades, persiste como un espacio de cuidado y afirmación. Double Dutch invita a reconocer la belleza de esos lazos que, como el movimiento constante de la cuerda, logran mantenerse vivos con cada encuentro.

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