20/07/2025 15:27
20/07/2025 15:26
20/07/2025 15:24
20/07/2025 15:23
20/07/2025 15:22
20/07/2025 15:21
20/07/2025 15:11
20/07/2025 15:09
20/07/2025 15:08
20/07/2025 15:07
Crespo » Estacion Plus
Fecha: 20/07/2025 11:41
Cuando era chico, no necesitábamos redes sociales para saber si un amigo estaba triste. Bastaba una mirada, un silencio más largo de lo habitual, o un mate que se cebaba más lento de lo normal. Hoy, en cambio, nos escriben “¿todo bien?” seguido de un emoji, y respondemos “todo tranqui” aunque estemos rotos por dentro. Hoy nuestras relaciones están mediadas por pantallas, datos, métricas y códigos que reemplazan –o al menos intentan hacerlo– lo más íntimo de lo humano. Y si hay un vínculo que se resiente en este contexto, es el de la amistad verdadera. La inteligencia artificial puede predecir lo que nos gusta, pero no lo que nos duele. Puede recomendar amigos, pero no puede enseñarnos a serlo. En este nuevo ecosistema, donde todo es medible, la amistad parece perder peso si no genera interacción. Nos enseñaron a medir nuestro valor por la atención que recibimos en línea, y eso contaminó también la forma en que evaluamos nuestras amistades. Si no me responde, no me quiere. Si no me ve las historias, ya no le importo. Si no me escribe, me olvidó. El mate, los asados, las reuniones espontáneas en la vereda, la mesa larga del domingo… son espacios culturales donde la amistad florece de forma genuina. Pero incluso en este contexto afectivo, la digitalización ha desdibujado límites. La amistad real no necesita filtros. Tolera el mal humor, los días sin respuestas, los desacuerdos. Requiere algo que el mundo digital no favorece: la espera, la presencia, el compromiso. No se actualiza por push, sino por gesto. Un amigo de verdad no te exige conexión. Te ofrece contención. La amistad no tiene algoritmo, tiene historia. Un “te paso a buscar” vale más que mil stickers. Un mate en silencio sana más que cien mensajes rápidos. En tiempos donde todo se programa, se diseña y se automatiza, la amistad auténtica sigue siendo un acto profundamente artesanal.
Ver noticia original