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Concepcion del Uruguay » La Calle
Fecha: 20/07/2025 07:30
Desde un dúplex modesto en Asunción, Paraguay —sin pileta, sin amenities, alejado del centro— el exsenador nacional Edgardo Kueider enfrenta una de las etapas más complejas de su vida política y personal. El lugar, que contrasta con su anterior residencia con mayores comodidades, fue elegido tras la presión de vecinos que, molestos por la presencia constante de la prensa, forzaron su mudanza. Allí, en ese nuevo espacio sin rastros de custodia visible y sin tobillera electrónica —aunque con prohibición para circular libremente— Kueider recibió por primera vez a La Nación para hablar cara a cara sobre el proceso judicial que lo involucra. El excandidato a gobernador de Entre Ríos está imputado por ingresar 250.000 dólares sin declarar a Paraguay. A pesar de haber reconocido la infracción aduanera, niega que haya existido una maniobra de lavado de activos. “Sí, no hice la declaración jurada, pero ese dinero no era mío. Lo trasladaba porque formaba parte de un negocio que no me pertenecía. No hubo delito precedente, por lo tanto no puede hablarse de lavado”, explicó. Su defensa apunta a errores en el procedimiento de la Aduana paraguaya, que —según sostiene— mezcló pertenencias y le atribuyó la totalidad del dinero encontrado. Sombra política tras el proceso Kueider vincula su situación judicial en la Argentina con su desempeño parlamentario, particularmente con su voto afirmativo a la Ley Bases, impulsada por el presidente Javier Milei. “Después de ese voto, apareció una denuncia anónima que derivó en todo esto. Pero esto no empezó ahí, comenzó cuando era senador y no me alineaba con la agenda de Cristina Kirchner. Me lo advirtieron. Mayans me dijo una vez: ‘Ya vas a estar vos con un tema judicial’”, recordó. Según relató, previo a esa votación, recibió amenazas anónimas y mensajes intimidatorios en redes sociales. Asegura que incluso tuvo que pedir custodia policial para su casa en Entre Ríos durante la sesión en la que iba a justificar su voto. “Me mandaban capturas de grupos donde decían que iban a ir a prender fuego mi casa”, denunció. ¿Dinero para coimas? Entre las sospechas que giran en torno al caso, una de las más resonantes apunta a que el dinero hallado podría haber sido parte de un presunto pago por su voto a favor del oficialismo. Kueider lo desmiente categóricamente: “¿Para qué llevaría plata escondida desde Argentina si estaba vigente un blanqueo fiscal? Ese dinero venía de Paraguay y no tenía relación con ninguna ley”. También rechazó haber realizado inversiones inmobiliarias en Asunción, aunque informes de la Unidad de Inteligencia Financiera paraguaya lo vinculan con al menos seis operaciones con señas de hasta 250.000 dólares. El exsenador lo niega: “No tengo propiedades ni emprendimientos en Paraguay. No hay una sola inversión mía acá”. Sociedad con su exasesora En la vivienda donde cumple prisión domiciliaria, también se encuentra Iara Guinsel Costa, su exasesora en el Senado. Su nombre aparece en registros societarios y expensas de inmuebles vinculados a Kueider. A pesar de esa cercanía, el entrerriano asegura que su vínculo con ella fue acotado: “Trabajó apenas cuatro meses en el Senado. No era mi empleada. El dinero no era de ella tampoco, sino de terceros que hacían inversiones”. Empresas, criaderos de pollo y pandemia Kueider también intentó despejar sospechas sobre su participación en la firma Betail S.A., señalada en la causa judicial. Relató que fue creada para montar un criadero de pollos, proyecto que no prosperó por la pandemia. “Sólo hubo una operación vinculada a alcohol en gel. No se ocultó nada, está declarado”, señaló, mostrando su declaración jurada. En paralelo, dijo ser socio mayoritario de Edecom S.A., una empresa de marketing y desarrollo de software creada junto a su hijo. Según afirmó, no tiene contratos con el Estado y actualmente se encuentra inactiva debido al congelamiento judicial de sus activos. Expulsado sin defensa Kueider fue expulsado del Senado sin contar con una condena firme ni haber sido procesado. Asegura que no se respetaron sus garantías constitucionales. “No me permitieron defenderme ni presentar pruebas. Fue una decisión política, disfrazada de institucional. Algunos senadores actuaron con demagogia. Victoria Villarruel facilitó esa situación, incluso cuando debía estar al frente del Poder Ejecutivo por la ausencia del Presidente”, apuntó. Familia bloqueada y dolor personal El exsenador relató que su situación judicial también arrastra consecuencias familiares. Sus hijos, según afirmó, tienen sus cuentas congeladas y su hija no cobra su sueldo hace siete meses. “Es un daño irreparable. No los veo desde que estoy acá, porque la jueza Arroyo Salgado les prohibió salir del país”, lamentó. “No soy culpable de lo que me acusan” Frente a las múltiples imputaciones y sospechas, Kueider insiste en que es víctima de un proceso armado: “No hay una sola prueba que me vincule a la causa Securitas. Nunca aparezco en los chats, ni en transferencias, ni en correos. Me están forzando a encajar en una historia de corrupción que no me pertenece”. “No me voy a victimizar, pero tampoco voy a pagar por lo que no hice. Si cometí una desprolijidad, me haré cargo, pero no voy a aceptar ser culpable de delitos que no cometí”, concluyó.
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