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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 20/07/2025 05:05
El Gobierno está intentando priorizar la razonabilidad macroeconómica, que básicamente consiste en respetar la restricción presupuestaria El ministro de Economía y su equipo avanza en la senda del superávit fiscal y equilibrio monetario como pilares del programa destinado no solo a erradicar la inflación, sino también consolidar la reactivación de la producción, el consumo y la inversión privada. De esa forma, se espera que, más temprano que tarde, comience a repuntar el empleo y se recupere el ingreso de los trabajadores. Sin embargo, en los mercados financieros y cambiarios persiste la incertidumbre propia de un año electoral, reflejada en la suba del índice de riesgo país, la volatilidad del dólar y el aumento de las tasas. Frente a este escenario, Infobae consultó a Lucas Pussetto, con máster en economía y empresa por la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, profesor en el EMBA y programas ejecutivos de la Escuela de Negocios de la Universidad Austral, además de asesorar a empresas en Argentina y la región, para analizar la coyuntura y compartir sus expectativas para lo que resta del año. — ¿Cuál es su evaluación sobre el paquete fiscal aprobado recientemente por el Congreso? — La aprobación de este paquete fiscal admite, en mi opinión, diversas lecturas. En principio, resulta difícil no estar de acuerdo con aumentos de gastos para discapacidad o jubilaciones. Pero si la necesidad de recomponer ingresos o paliar necesidades fuera el único criterio, entonces el aumento del gasto debería ser prácticamente ilimitado y terminaría siendo insostenible, como ha ocurrido de forma recurrente en Argentina. “Si la necesidad de recomponer ingresos o paliar necesidades fuera el único criterio, entonces el aumento del gasto debería ser prácticamente ilimitado y terminaría siendo insostenible” El Gobierno está intentando priorizar la razonabilidad macroeconómica, que básicamente consiste en respetar la restricción presupuestaria. — ¿Cómo se financia un aumento del gasto público? — En este sentido, considero que el análisis debe ir más allá de la medición del impacto de este paquete sobre el resultado fiscal, impacto que, por cierto, dependerá de cuánto crezca finalmente la economía este año. Es evidente, por otra parte, que en un año electoral en muchas de estas propuestas se prioriza lo político sobre lo económico. — ¿Considera acertada la postura del Gobierno, que entiende estos cambios como ajustes normativos sin una fuente clara de financiamiento alternativa a la emisión del Banco Central, el aumento impositivo, con riesgos sobre la meta de superávit fiscal comprometida con el FMI? — La considero acertada y coherente con su visión macroeconómica. El aumento del gasto público se financia con impuestos, deuda o emisión monetaria. No hay muchas más alternativas. Pero también considero que es imposible entender esta suerte de obsesión por lo fiscal sin poner sobre la mesa algunos números relevantes y sin adoptar una mirada más amplia. La historia argentina muestra con claridad que la persistencia del déficit fiscal conduce a más inflación, menos crecimiento, menos empleo y más pobreza La historia argentina muestra con claridad que la persistencia del déficit fiscal conduce a más inflación, menos crecimiento, menos empleo y más pobreza. Y esto, al menos desde mi perspectiva, no significa que lo público sea necesariamente malo. Significa simplemente priorizar el orden. Urgencia social y perspectiva — La vicepresidenta Victoria Villarruel sostuvo que “los jubilados y discapacitados no pueden esperar”. En este contexto, ¿considera que los trabajadores informales y los desempleados que viven en la indigencia están en condiciones de esperar una mejora futura de la actividad y de los ingresos fiscales? —Las necesidades sociales en Argentina siempre son urgentes. Jubilados, discapacitados, trabajadores informales, desempleados, todos tienen necesidades apremiantes. Es cierto que ayudas económicas relativamente rápidas, como las que contiene el paquete fiscal, pueden resolver lo más urgente, sobre todo a corto plazo. Pero la solución definitiva a estos problemas radica en el crecimiento económico y la estabilidad. Por lo tanto, si la economía argentina crece este año alrededor de un 5% y en los próximos años lo hace a un ritmo similar, o incluso algo menor, es muy probable que lo social, en buena medida, mejore notablemente. “Si la economía crece este año alrededor de un 5% y en los próximos años lo hace a un ritmo similar, o incluso algo menor, es muy probable que lo social mejore notablemente” Ahora bien: tantos años de pobreza estructural sugieren que la disminución de la inflación y el crecimiento pueden ser insuficientes para erradicar la indigencia. Es probable que así sea. Pero resolver ese problema sin orden macro y sin empezar por lo más obvio es imposible. — ¿Ve debilidades en el programa económico sustentado en el superávit fiscal, la meta de emisión cero y la desinflación, que puedan justificar la actitud precautoria de los bancos de inversión internacionales? — Sin entender el problema reputacional de Argentina es imposible comprender la actitud precautoria de los inversionistas internacionales, sean bancos, empresas, etc. Tras un año y medio de gobierno de Javier Milei, y a pesar del enorme esfuerzo fiscal y monetario por ordenar la macroeconomía, al índice de riesgo país le cuesta perforar el piso de los 700 puntos básicos. Es cierto que hace un año era más del doble, pero también es verdad que otros países de la región, con situaciones fiscales menos sólidas, tienen un riesgo muy inferior. Pero, además, en Argentina se suma la cuestión electoral de este año y la mirada sobre la solvencia general de la macroeconomía. Lo fiscal es muy importante, pero no es lo único. El stock de reservas del Banco Central sigue siendo bajo y el crecimiento por ahora se limita a algunos sectores solamente. Transables, básicamente. "El stock de reservas del Banco Central sigue siendo bajo y el crecimiento por ahora se limita a algunos sectores solamente. Transables, básicamente" El país deberá mostrar buenos resultados macroeconómicos por bastante tiempo más para que su reputación cambie y el programa de superávit fiscal, emisión cero y desinflación de sus frutos. Cepo cambiario y cuentas externas — ¿Qué importancia le atribuye a la persistencia del cepo cambiario para el pago de deudas y el giro de utilidades de empresas extranjeras, al menos hasta 2024? — El cepo cambiario hizo un gran daño a Argentina. Para demostrarlo basta con un simple dato: entre 2012 y 2024, el crecimiento promedio del PBI argentino fue del 0%. Es más que una década perdida. Con la excepción de Venezuela, el resto de la región creció. Incluso Brasil, que tuvo una racha de muy malos años entre 2014 y 2020. Evidentemente el estancamiento argentino es un problema multicausal, pero sin lugar a duda el cepo cambiario ha tenido mucho que ver en ello. — ¿Cómo analiza la situación de las cuentas externas hoy? — Hace poco el ministro de Economía comentó que un déficit de cuenta corriente es esperable y razonable. Dijo incluso que es hasta saludable, y mostró poca preocupación al respecto al señalar que es déficit privado. Desde una perspectiva técnica, la mayor parte de lo que expresó el ministro es correcto, al menos desde la comprensión conceptual de lo que es un déficit de cuenta corriente de la balanza de pagos con el resto del mundo. Lo clave desde la perspectiva de su sostenibilidad es si este déficit está financiando consumo o inversión. Si el déficit es el resultado simplemente de un aumento de las importaciones de bienes de consumo, probablemente no sea sostenible. Pero si es el resultado del aumento de las importaciones de bienes de capital, bienes de uso intermedio en el proceso productivo y tecnología productiva, la perspectiva cambia por una razón muy simple. “Si el déficit de cuenta corrien es por inversión, el país debería crecer más a largo plazo. Esto generaría más importaciones nuevamente, pero a su vez, debería generar más exportaciones” La inversión, macroeconómicamente hablando, mide el gasto de las empresas en bienes de capital, como maquinaria, equipo, material de transporte. Y el crecimiento a largo plazo de un país depende, entre otras cosas, de su stock de capital. En otras palabras: si el déficit de cuenta corrien es por inversión, el país debería crecer más a largo plazo. Esto generaría más importaciones nuevamente, pero es inevitable que parte de esa inversión modernice la economía, la vuelva más eficiente y productiva, y esto, a su vez, debería generar más exportaciones. Reactivación y expectativas empresarias — A pesar de algunos indicios de reactivación en la industria y la construcción, los empresarios mantienen expectativas negativas respecto de la producción y la toma de personal. ¿A qué lo atribuye? — Veamos los datos de la reactivación. El dato del EMAE de abril de este año, en su medición sin estacionalidad, estuvo un 7% por encima de diciembre de 2023. Volvió a su valor de febrero, que a su vez había sido el mayor desde mediados de 2022. En términos interanuales viene creciendo a una tasa promedio de más del 6% desde diciembre del año pasado. Es una reactivación fuerte. "El costo del ajuste fiscal, en lo que se refiere a la actividad, fue relativamente bajo: entre diciembre de 2023 y abril de 2024 el EMAE cayó menos de un 2% acumulado. No hay muchas experiencias internacionales que muestren esto" También es importante destacar que el costo del ajuste fiscal, en lo que se refiere a la actividad, fue relativamente bajo: entre diciembre de 2023 y abril de 2024 el EMAE cayó menos de un 2% acumulado. No hay muchas experiencias internacionales que muestren esto. Pero también es importante explicar esto a la luz de la trayectoria de la economía argentina en los últimos años. Probablemente el dato más dramático sea que, como comentamos, desde 2012 en adelante el crecimiento de argentina fue nulo. Los datos de la industria y la construcción son similares. La industria rebotó en el segundo semestre del año pasado, se contrajo entre diciembre y marzo, y mostró nuevamente variaciones positivas en abril y mayo. Algo parecido ocurrió con la construcción. “La creación de empleo será significativa cuando al rebote de la industria y la construcción le siga crecimiento genuino y sostenido, y para eso es necesario que pase más tiempo” La creación de empleo será significativa cuando al rebote le siga crecimiento genuino y sostenido, y para eso es necesario que pase más tiempo. No es ningún misterio que para esto también será muy relevante el resultado electoral de octubre, que permitirá medir la probabilidad real de que el gobierno avance con cambios estructurales muy importantes para, precisamente, garantizar que el crecimiento se sostenga. Desinflación y poder adquisitivo — ¿Cómo evalúa la evolución reciente de la inflación y el impacto sobre el poder adquisitivo de la población? — En Argentina hay en marcha un proceso de desinflación muy importante. Ya llevamos dos meses consecutivos de inflación por debajo del 2% mensual. Pero, más allá de eso, lo importante es la tendencia porque es imposible que la inflación se reduzca de forma ininterrumpida, mes a mes, porque también juegan cuestiones estacionales, aumentos de precios regulados, etc. Si hacia fin de año estos valores se estabilizan en torno al 1,5%, las perspectivas serán muy buenas. "La inflación núcleo, que por primera vez estuvo por debajo del 2% desde que comenzó la actual política económica. Tarde o temprano, y si esta tendencia se mantiene, esto deberá verse reflejado en un aumento sostenido del poder adquisitivo de la población" Más destacable aún es la trayectoria de la inflación núcleo, que por primera vez estuvo por debajo del 2% desde que comenzó la actual política económica. Tarde o temprano, y si esta tendencia se mantiene, esto deberá verse reflejado en un aumento sostenido del poder adquisitivo de la población. — Muchos economistas ven cierta volatilidad cambiaria como normal en países vecinos, pero muestran preocupación ante situaciones similares en Argentina, incluso con superávit fiscal, menor deuda y desinflación. ¿A qué lo atribuye? — En primer lugar, a que no estamos acostumbrados a flotar. Y en segundo lugar, a que el Banco Central, a pesar de todo lo hecho hasta ahora, aún muestra vulnerabilidades que, a mi juicio, se irán corrigiendo con el paso del tiempo. Hace poco estuve en Perú, donde en el último año el sol se ha apreciado frente al dólar. Pero si ampliamos la mirada, encontraremos algo interesante y recurrente en otros países de la región, todos ellos con inflaciones bajas, es decir, menos del 10% anual. Entre 2003 y 2012 el sol se apreció, pero entre 2013 y 2021 se depreció. Y en términos macroeconómicos, nada cambió. “El Banco Central, a pesar de todo lo hecho hasta ahora, aún muestra vulnerabilidades que, a mi juicio, se irán corrigiendo con el paso del tiempo” Esto es lo que suele ocurrir en países con flotación: el tipo de cambio fluctúa como respuesta a la abundancia o escasez de dólares. La correlación de estos movimientos con los precios internacionales de las materias primas es muy clara. El tipo de cambio actúa como un mecanismo para compensar la mayor o menor bonanza internacional. Es normal. Y esto no genera ninguna alteración significativa. La inflación baja es el gran secreto para que esto pueda ocurrir. — En general, los economistas se oponen a la intervención del Banco Central en el mercado oficial de cambios pero al mismo tiempo recomiendan que se incrementen las reservas para poder intervenir ante eventuales episodios de volatilidad externa. ¿Cómo interpreta esta aparente contradicción? — Es imposible entender los dilemas del Banco Central sin comprender que, en política económica, todas las decisiones están sujetas a disyuntivas y tienen costos de oportunidad relevantes. En un sistema de bandas cambiarias, como el que tiene Argentina, el Central debería intervenir estrictamente cuando la cotización esté cerca de los límites. "En un sistema de bandas cambiarias, como el que tiene Argentina, el Central debería intervenir estrictamente cuando la cotización esté cerca de los límites" Pero en el caso argentino se agrega la necesidad de aumentar reservas, con lo cual es lógico que exista presión para comprar dólares cuando el tipo de cambio está cerca de la banda inferior o, en términos más amplios, por debajo del valor promedio de los límites. Pero si al mismo tiempo se quiere avanzar hacia una flotación libre, en ese sistema, por definición, la cotización depende exclusivamente de los movimientos de la oferta y de la demanda. No es una contradicción: es simplemente el resultado de que el nivel de desequilibrios macroeconómicos que arrastraba el país es de tal magnitud que resulta imposible poder ordenar todo al mismo tiempo. “Me preocupa el tiempo necesario para que esta estabilidad y el crecimiento resultante de la política de gobierno sean valorados y, sobre todo, percibidos por la sociedad” — Para finalizar, ¿qué aspectos de la realidad económica y social le generan mayor tranquilidad y cuáles le preocupan pensando en la segunda mitad del mandato presidencial? — El Gobierno ha convertido a la estabilidad macroeconómica en su principal objetivo. Esto implica, fundamentalmente, orden fiscal y monetario. Y su resultado debería ser la estabilidad de precios, es decir, una inflación en descenso y que termine ubicándose sostenidamente en valores anuales de un dígito. Al mismo tiempo, el Gobierno ha manifestado y demostrado voluntad política para llevarlo a cabo, cueste lo que cueste. Desde una mirada técnica, esto me da tranquilidad porque la estabilidad macro, sostenida en el tiempo, suele conducir a más crecimiento, más empleo, más poder adquisitivo y, a fin de cuentas, menos pobreza. Pero, sobre todo, a crecimiento que perdura a medida que pasan los años, y no a episodios esporádicos de crecimiento como los que hemos tenido en las últimas décadas. Me preocupa el tiempo necesario para que esta estabilidad y el crecimiento resultante sean valorados y, sobre todo, percibidos por la sociedad. Cuando los consumidores y las empresas conformen plenamente sus expectativas económicas en línea con lo que espera el Gobierno, y confíen en la sostenibilidad de la actual política económica, entonces el consumo y la inversión aumentarán significativamente.
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