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  • Las tierras irredentas y la antropofagia nazi

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 20/07/2025 04:44

    Clemens August von Galen (Del beato von Galen al padre Romanelli) “Te he puesto de centinela en la casa de Israel; cuando escuches una palabra de mi boca, les advertirás de mi parte” (Ez 33, 7). “¿Y si, de repente, una pesadilla de la que habíamos despertado hace tiempo, que apenas recordábamos, arremetiera mortalmente contra nosotros?” (S. Ginzberg, contratapa, Síndrome 1933 – Gatopardo ensayo Bs.As. marzo 2025). Una táctica de dominio: “Ego laedo, ergo sum” (t. esp.: yo hiero, luego existo) Para una lectura histórico-periodística de la barbarie a la que conduce el absolutismo, se puede consultar la obra citada en el epígrafe al cual nos remite el papa Francisco. En el mundo hay un resurgimiento de las religiones y, con ellas, de la religación con el Dios Uno y Trino del cristianismo, el único Dios encarnado y el único Dios verdadero. Pero también hay otros, con los que ateos y paganos pretenden sustituirlo, impersonales y demoníacos como “las fuerzas del cielo” o de otra naturaleza, con los cuales se pretendió antes y ahora legitimar gobiernos absolutistas. Así lo hizo el viejo lenguaje del nacionalsocialismo que, cambiando la chaqueta vieja por una camisa nueva, resurge de sus escombros causando y anunciando nuevas atrocidades, y de lo cual el libro citado en el epígrafe constituye una clara advertencia. A este último respecto, limitémonos a seguir con Ginzberg, quien resalta la importancia del discurso en la política y nos muestra cómo el lenguaje nazi se hace presente en muchos países. En la Argentina, en los “insultos, obscenidades, trolls que diseminan denuncias y noticias falseadas”. Y agrega que “casi todo lo peor de las redes sociales ya aparecía en las páginas del Der Stürmer” (en español, El atacante-semanario de propaganda nazi y antisemita 1923- 1945, la acl. es n.)…y prosigue diciendo que “en la sección de cartas de los lectores se daba rienda suelta a las quejas y las memeces, realmente, bagatelas para una masacre. La primera -agrega Ginzberg- ‘megavendeta’ del nuevo gobierno (nazi) recae sobre los empleados públicos, acompañada de una abstrusa nomenclatura (en nuestro país, en el lenguaje del presidente: ‘kukas’, ‘parásitos mentales’ y ‘ratas inmundas’, ‘periodistas ensobrados’ o ‘mandriles’) para los que van a ser eliminados”. (aut. cit. op. cit. pag. 87; quien a su vez remite a la obra del filólogo y prof, de la Univ. de Dresde Victor Klemperer titulada LTI: la lengua del Tercer Reich). “Ni las alabanzas ni el temor” Pero siempre hubo mártires y héroes cristianos. Clements August von Galen, también llamado “El León de Münster”, fue el obispo alemán que con su gran presencia física, voz ronca y fuerte acción cristiana lideró la oposición a Hitler desde la Iglesia Católica. El lema episcopal de von Galen fue Nec laudibus, nec timore (Ni las alabanzas ni el temor) y, coherente a esa promesa, se puso al frente de la Santa Iglesia contra las bases culturales que el régimen nazi, totalitario, racista y anticatólico, pretendió imponer en el mundo. Desde 1933, año del ascenso de Hitler y sin demora, von Galen, mediante sus homilías, refutó los fundamentos de las bases antisemitas y anticatólicas de Alfred Rosenberg. Este fue un discípulo del anglo-alemán Houston Stewart Chamberlain y, entre otras cosas, diputado del partido nazi, quien, en enero de 1934, fue designado por Hitler a cargo de la dirección ideológica y espiritual del partido y del régimen, llevando a los extremos la reforma cultural comenzada por von Bismarck. Compartiendo las críticas públicas de von Galen y otros clérigos, como el cardenal Bertram o el padre Josef Stöger -quienes calificaban las afirmaciones de Rosenberg como neopaganismo nazi-, la Santa Sede prohibió el libro de Rosenberg titulado Der Mythus des 20. Jahrhunderts en 1934. Rosenberg agravió con términos soeces, lenguaje grosero y procaz en forma pública a monseñor von Galen durante una asamblea del partido nazi en Münster, exaltando a quienes lo oían. Sin embargo, el efecto pretendido, que no era otro que alejarlo de la gente, no le dio resultado. Al día siguiente, los católicos de la ciudad salieron a la calle en apoyo a su obispo, lo que culminó en una manifestación de alrededor de veinte mil personas, que significaba más del treinta por ciento del total de los habitantes mayores de dieciocho años. Estas circunstancias, junto a la disidencia de algunas autoridades del partido obrero nacionalsocialista, tuvieron como respuesta La Noche de los cuchillos largos entre el 30 de junio y el 1 de julio de 1934, donde líderes católicos, directores de boletines católicos y movimientos de la juventud católica Deutsche Jugendkraft, cuyo presidente Erich Klausener, como el periodista Fritz Gerlich -director de la revista católica Der gerade-, fueron asesinados. También se producirán sucesivos enfrentamientos callejeros entre nazis y católicos, o cristianos, y representantes de otras iglesias, asociaciones y sindicatos. Al poco tiempo, tras la muerte de presidente von Hindenburg, Hitler consolidó su poder asumiendo el cargo de presidente y el Führer de Alemania. En septiembre de 1936, celebrando la conmemoración del mártir San Victor, von Galen aprovechó para marcar los límites de la obediencia debida al Reich. El obispo se preguntó: “¿Cómo puede presentarnos como modelo un hombre ajusticiado por haber desobedecido al emperador? (cual era el caso de Víctor). Cuando el poder político exige lo contrario a la recta conciencia, pierde el derecho de mandar y atenta contra Dios mismo (…) Así Dios quiera darnos discernimiento y fuerza heroica, que nunca por egoísmo o vil temor a los hombres consintamos en el pecado, manchando la conciencia para ganar o conservar el favor de los mortales poderosos”. Los combates se sucedieron; también las denuncias y los cierres de entidades católicas. Y hubo protestas del gobierno a nivel diplomático y detenciones de sacerdotes católicos, y el mismo Hitler le contestó al Santo Padre en dos de sus casi siempre furibundos discursos. Esas circunstancias se extendieron a medida que se expandió el Reich en Austria y Checoslovaquia hasta que deviene la Segunda Guerra Mundial en 1939 y los nazis pasan a aplicar las mismas políticas de dominación, persecuciones y exclusión en todo el continente. De Polonia a Dinamarca, Noruega, Países Bajos, Luxemburgo y Francia. Los obispos fueron, en general, combativos con el nazismo. Y también su grey y sus sacerdotes, en muchos casos, perseguidos y asesinados. Otro tanto sucedió en los demás países ocupados. Hubo quienes -como es el caso del cardenal Bertram en Alemania- en el resto sostenían una línea conciliadora con el objetivo de limitar las persecuciones. Muchas y siempre críticas fueron las cartas pastorales del obispo Clement August von Galen. Pero, en el año 1941, tres homilías del León de Münster –una el 13 de julio, otra el 20 del mismo mes y una tercera el 3 de agosto– quedarían grabadas en la historia. Los templos estaban repletos de fieles católicos y también de gente de otros credos. Para finalizar este rápido repaso de una historia que siempre se repite con más o menos diferencias, en este caso limitado a la persecución de las dictaduras con los católicos, queremos finalizar con las palabras de este gran Pastor y unas breves reflexiones de la hora presente. Paradojalmente, este domingo 20 de julio de 2025 se cumple el ochenta y cuatro aniversario del domingo 20 de julio de 1941, cuando en la iglesia de Überwasser en Münster, Clement von Galen alzó su voz, por segundo domingo consecutivo, para condenar nuevamente los atropellos de la policía nazi, por los asesinatos, por la confiscación de los conventos, por los llevados a los campos de concentración, por la prisión de los religiosos y por los discapacitados, ancianos, enfermos, niños paralíticos y todos aquellos a quienes el nazismo declaraba “vidas improductivas”; y, afirmando que era imposible tener algún punto de comunión de pensamiento y de sentimiento con los responsables, envió inmediatamente después una copia de su duro discurso exigiendo justicia al Gobierno del Reich. Nuestro reconocimiento y oración para todas las víctimas de la barbarie 2025 Vaya este recuerdo y homenaje también para todos los que fueron mártires de las dictaduras y víctimas de los secuestros, de las bombas y de otros martirios en Myanmar, Ucrania, Sudán, Siria, República Democrática del Congo, la Península de Corea, la región de Sahel y, muy especialmente, las víctimas de la feroz ofensiva del gobierno de Israel en la Franja de Gaza. La Franja de Gaza y el ataque a la Parroquia de la Sagrada Familia A este respecto, como argentinos y católicos, no podemos dejar de recordar que la mal llamada “guerra” de Gaza fue iniciada el 7 de octubre de 2023 por un infame atentado terrorista del grupo Hamás contra un estadio en el Sur de Israel, que dejó 1.195 muertos y 251 secuestrados. Que esto provocó una invasión contra el territorio palestino, de donde había provenido el ataque. La represalia de ese hecho criminal fue otro hecho criminal que fue calificado como crímenes de lesa humanidad y sospechado de genocidio. Provocó el asesinato de más de 50.000 muertos de la población civil, incluyendo más de 50.000 niños, en estado de total indefensión. La destrucción de miles de viviendas, escuelas, hospitales, estadios deportivos y reliquias históricas que eran patrimonio de la humanidad. Todo ello con una brutalidad feroz, salvaje y desorbitada, que provocó en los pasados días un ataque a la parroquia La Sagrada Familia, donde había dos centenares de fieles católicos y refugiados palestinos, de los cuales tres habrían resultado muertos y el párroco, padre Gabriel Romanelli, herido; un sacerdote argentino que misiona en los países de la región hace más de veinte años y que, a diario y hasta dos días previos a su fallecimiento, hablaba telefónicamente con el papa Francisco, quien profesaba un gran afecto y admiración por su fe y su coraje. La Iglesia de la Sagrada Familia en Gaza que fue atacada en los últimos días (AFP) El llamado a la resistencia contra el odio del padre Von Galen Concluyamos con un párrafo de su homilía anterior a la ya mencionada del domingo 20 de julio. Ante una multitud que desbordaba de fieles, Von Galen dijo: “¡Haceros duros! ¡Permaneced firmes! En este momento nosotros no somos martillo, sino yunque (…) Extraños y traidores martillean sobre nosotros (…) No es necesario que el yunque devuelva el golpe ¡y además no puede hacerlo! Tiene solo que permanecer firme, duro. Si es suficientemente resistente, firme y duro, entonces, sucederá que, como habitualmente sucede, ¡el yunque durará más que el martillo!”. Mientras la gente contenía la respiración -dice el padre Alison Batista de Oliveira, a quien seguimos en el punto-, mientras escuchaba aquella enorme figura haciendo resonar como el trueno su voz en toda la catedral… “Ahora son asesinados, bárbaramente asesinados, inocentes indefensos (…) Nos encontramos ante una locura homicida sin igual (…) ¡Con gente como esa, con esos asesinos que pisan orgullosos nuestras vidas, ya no puede haber comunidad de pueblo!“. En poco tiempo, las palabras del León de Münster recorrieron el mundo, llegando incluso a los soldados en el frente. Agrega Batista de Oliveira: “El obispo de Münster se convirtió en un modelo de fe intrépida en tiempos de persecución, personificando el ideal de resistencia”. Poco tiempo después, la catedral de Münster fue bombardeada, salvando el obispo milagrosamente la vida. Mientras tanto, Radio Vaticana anunció que Mons. Clemens von Galen había sido elevado al cardenalato por el papa Pío XII. Dicen que al recibir solideo cardenalicio, la multitud llenaba la basílica de San Pedro estallando en un gran aplauso. El 9 de octubre de 2005, el cardenal fue beatificado por el papa Benedicto XVI.

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