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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 20/07/2025 02:37
Valentina Pergolini consiguió cumplir su sueño y está con Despertar de Primavera en el Teatro Ópera (Foto: Maximiliano Luna) Nunca es fácil ser la hija de, pero cuando sos la hija de Mario Pergolini, uno de los conductores más importantes de la televisión argentina, por ahí las expectativas de seguir sus pasos son un poco más grandes. Sin embargo, Valentina Pergolini, la hija menor de Mario, decidió apostar por el arte, comenzar una carrera en la comedia musical y la actuación con la intención de forjar su propio camino y escribir su historia en la industria. En diálogo con Teleshow abrió la puerta a su intimidad y habló de su debut en Despertar de Primavera en el Teatro Ópera bajo la dirección de Fer Dente, quien más de una década atrás protagonizó la obra. Valentina, con 19 años, consiguió el papel de Anna en el musical que triunfó en Broadway, basado en el libro de Frank Wedekind y que volvió al país 15 años después. Con temas como los primeros pasos en la vida sexual, el aborto, el suicidio adolescente y la violencia intrafamiliar, narra la historia de un grupo de amigos en la Alemania del siglo XIX que tiene que atravesar todas estas cuestiones. —Primer trabajo ¿Cómo pasó? —La verdad es que estoy cumpliendo un sueño y no puedo creer que se me haya dado de esta manera. Ya estrené y sigo en shock. Apenas vi que subieron la convocatoria abierta dije ‘Me voy a anotar’. Despertar es un musical que siempre me gustó y ahora tiene un significado mucho más profundo del que tenía antes. Me encantaba, me la pasaba viendo la versión anterior por YouTube porque yo era re chiquita cuando la hicieron acá y no la pude ver en el teatro. Me parecía algo increíble. Entonces, cuando subieron la convocatoria, fue la primera vez que no dudé ni un segundo y me anoté. De repente empecé a pasar las etapas, estaba en los callbacks, pasaban los días y me seguían llegando mensajes, pasando etapas y había quedado. —Vos trabajás en la productora. ¿Cuándo te anotaste fue medio encubierto? —Yo estaba trabajando en la producción de Rent y El Principito y los conocía desde Heathers, pero no podía audicionar porque tenía 16 años. Con Rent me pasó lo mismo, no llegaba al límite de edad. Igual siempre me gustó el lado de la producción y eso también me hace una artista completa. En un momento se empezó a rumorear que venía Despertar de Primavera y yo decía ‘Este límite de edad lo paso, tengo 18 años’. Me acuerdo de tener charlas con la gente de producción, y no me animaba a decir que iba a audicionar, pero ya lo tenía en la mente. Nunca hubo ningún problema con la producción, la respuesta siempre fue muy positiva de su lado. Ellos sabían que estudiaba en la facultad mientras trabajaba con ellos: me levantaba a las 6, iba de la facultad al teatro todos los días y siempre fueron muy amables conmigo. Encontrar un ambiente laboral en donde te sentís tan cómoda, tan libre y tan acompañada es como encontrar oro. El número 5429 fue el que le cambió la vida a Valentina —Estudiaste mucho para llegar acá. —Sí, estudié por muchos años y lo hacía para esto. —¿Cómo fue ponerte en la piel de Anna? Porque es una obra que toca temas fuertes. —Me encanta que me preguntes esto. Cuando empezamos con los ensayos hubo un día en el que nos dijeron que escribamos lo que creíamos del personaje y fue empezar a investigarlo, a ponerle el cuerpo. Fue un proceso desde el primer día hasta el último, fue todo muy potente. Para mí la clave fue entender a mis compañeros, nos apoyamos los unos a los otros porque la obra tiene esto de que lo que le pasa a uno le pasa a todos y esa frase me quedó, creo que a todos, para el proceso de encarar los personajes. —¿Cómo fue la experiencia de trabajar con Fer Dente? —Es el mejor director del mundo. Ya desde las audiciones es un placer trabajar con él, tanto con él como con Vane (García Millán, coreógrafa) y como con Euge (Gil, entrenadora vocal), los tres tienen muy en claro lo que quieren hacer y eso te ayuda mucho a vos a trabajar. Me pasó que ya en las audiciones me tocó compartir con las chicas con las que hoy estoy compartiendo elenco. Entonces es muy loco porque ya desde ese momento, Fer como que nos iba tirando información que nos quedaba. Después, cuando empezamos a trabajar, nos llevaba a ese universo y es muy claro con todo lo que dice. —Él la protagonizó 15 años atrás. —Sí, y tiene una experiencia propia, es muy distinta a la puesta anterior y para mí eso está buenísimo, porque cambió cosas y quedó esta versión que para mí es hermosa. Lo mismo con Euge y con Vane. Vane también tenía muchas ideas para las coreografías, que se fue montando y hay cosas que fueron cambiando y otras que no, pero que siempre con una idea muy particular. Lo mismo con las voces, o sea, la dirección vocal es lo mismo y para mí eso es increíble también. Valentina, segunda desde la izquierda, interpreta a Anna, la amiga de Wendla Bergmann, el papel de Trinidad Montiell (Foto: Gentileza prensa) —Pasaron las semanas de ensayo y te subiste al escenario por primera vez, ¿Cómo se sintió? —Fue loquísimo. Porque no solo es mi primera experiencia, sino que es en un teatro enorme el Ópera. Es hermoso todo, muy loco, muy surreal, todavía no lo puede creer. Me pasó que primero tuvimos una función previa al ensayo con amigos y familiares y me sirvió mucho para decir ‘Okey, hay gente. Cuando pasamos al teatro era todo distinto. Tenés tu camarín, las luces, el vestuario, el peinado y el día del estreno me acuerdo de que en el intervalo bajé y no podía hablar, estaba un poco en shock. “¿Por qué la gente me aplaude?“, pensaba. En el saludo final no podía parar de llorar, mi familia me carga todavía porque no me veían los ojos de lo que lloraba. No lo podía creer, estuve toda la función en shock y recién caí cuando terminó. —A seis de funciones de terminar, ¿Te sigue pasando esto? —Me pasa que ya no estoy tan en shock, pero sí sigo nerviosa. Los nervios no se me van, pero son nervios lindos, quizás los primeros nervios me daban ganas de vomitar y ahora lo que quiero es que todo el mundo la vea y le guste. —Nombraste a tu familia y no podemos evitar hablar de tu papá, ¿Qué te dice de este camino que elegiste? —Siempre digo lo mismo, tengo mucha suerte de venir de la familia que vengo porque lo entienden, me dan espacio a hacerlo y para mí eso es ideal, me acompañan mucho, tanto mi papá, como mi mamá, como mis hermanos. Mi papá, claramente, al tener un recorrido ya hecho y entender un poco más el medio es a quien acudo cuando tengo algún problema o duda sobre algo, porque sé que me va a dar una respuesta honesta y que me va a ayudar. Cuando quedé en los callbacks, salí del teatro y lo primero que hice fue llamar a papá y contarle. A la hora de buscar consejos, Valentina se apoya en su papá: "Me gusta acudir a él porque sé que me va a dar una respuesta honesta" (Maximiliano Luna) —¿Te acordás algún consejo que te haya dado? —Llegó un punto en el que seguía pasando instancias, pero no me llamaban. Y mi viejo me dijo “A partir de acá ya no importa si seguís pasando, vos tenés que estar orgullosa de hasta donde estás llegando. Fíjate en todas las audiciones en las que no quedaste y mira hasta donde estás llegando”. Y cuando vino a verla le encantó, salió superemocionado. —¿Cómo te diste cuenta de la fama de tu papá? —Porque le pedían fotos. Me pasó que yo viví una etapa mucho más tranquila de mi papá, mis dos hermanos cuando papá estaba en la tele era ir al colegio y que los profesores les hablen de él, y a para mí fue mucho más tranquilo. Obviamente, tengo una vida rarísima, pero mucho más tranquila. No puedo evitar hablar de él porque lo amo y porque además es mi papá. —Ustedes son una familia perfil bajo, Mario y su carrera van por un lado y ustedes siempre estuvieron resguardados ¿Qué te pasa con esto de estar en el foco vos? —Es complicado pero simple a la vez. Mi familia siempre fue re perfil bajo, entonces no se sabía nada de mí hasta ahora, entonces tengo mucha libertad en crear mi propio camino y eso me mantiene muy tranquila. Tampoco estoy tan expuesta. —¿Te imaginás viviendo del arte? —No me puedo imaginar haciendo otra cosa. Me pasa que si no es esto (estar arriba del escenario) es del lado de la producción, pero siempre va a tener que ver con todo esto. Cuando estaba eligiendo carrera en el colegio, pensaba que no tenía sentido estudiar ecuaciones lineales. Estaba claro que quería otra cosa. Me acuerdo de que una vez un profesor preguntó que quería estudiar cada uno y decían: administración de empresas, gestión de medio y yo dije que quería ser actriz. "Siento que tenemos una vida, que es cortísima y no la voy a utilizar haciendo algo que no me gusta", la reflexión de Pergolini acerca de su futuro. Aquí, micrófono en mano, en plena interpretación de Anna —¿Nadie te logró convencer de hacer algo más formal? —Ni loca, no puedo. Me imagino haciéndolo y no me veo feliz. Siento que tenemos una vida, que es cortísima y no la voy a utilizar haciendo algo que no me gusta. Prefiero hacer esto que me encanta, que me llena y estoy contenta. —¿Qué planes tenés a futuro? —Por ahora nada, estoy recién empezando con Despertar, que ojalá que se alargue, porque compartir con mis compañeros, que ya son como amigos, mi familia, es hermoso. Me da lástima no estar toda la semana con ellos. Y cuando termine, voy a volver a la facultad, porque la dejé para hacer esto, quiero terminar la carrera, estoy estudiando la licenciatura en Artes Escénicas. Pero cada audición que veo, audición que me meto. No lo puedo evitar.
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