19/07/2025 23:26
19/07/2025 23:25
19/07/2025 23:25
19/07/2025 23:24
19/07/2025 23:24
19/07/2025 23:24
19/07/2025 23:23
19/07/2025 23:23
19/07/2025 23:23
19/07/2025 23:22
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 19/07/2025 20:32
Romanelli tras ser herido durante el ataque ocurrido esta semana en Gaza. Foto: Omar AL-QATTAA / AFP) “Han sido y siguen siendo días muy fuertes”, expresó el sacerdote argentino Gabriel Romanelli tras el bombardeo que sacudió la parroquia católica en la Franja de Gaza. La voz de Romanelli, marcada por la fatiga y la conmoción, es un testimonio directo de la violencia que atraviesa a la comunidad cristiana en uno de los escenarios más devastados del conflicto en Medio Oriente. El sacerdote, perteneciente al Instituto del Verbo Encarnado, relató en un mensaje dirigido a sus “queridos hermanos” los momentos de terror y las secuelas que dejó el ataque, que costó la vida a tres personas y dejó a otras quince heridas, entre ellas él mismo. Durante la mañana de este jueves, la rutina de la comunidad parroquial se vio abruptamente interrumpida. Romanelli había terminado la adoración y las oraciones matutinas, seguido de una entrevista de trabajo de una hora. Al salir de la casa parroquial para saludar al padre Youssef y compartir unos mates, se cruzó en la escalera con Xoel, un postulante religioso. “Fue todo muy rápido. Siempre con la sonrisa de siempre. Los saludos. ¿Qué tal? Ni terminamos de saludarnos así, a la distancia, que se escuchó una gran explosión. No sabíamos nada. No sabíamos qué había pasado. Salvo que sí, que había habido una explosión”, relató el sacerdote, reconstruyendo el instante en que la violencia irrumpió en la cotidianidad. La confusión se apoderó del lugar. Romanelli cayó al piso, herido por esquirlas de metal que, según sus palabras, “verdaderamente causan mucho daño”. El saldo inmediato fue de 15 heridos, entre ellos el propio sacerdote, quien sufrió una herida en la pierna y otra en el costado, aunque ambas de carácter leve. “Como ustedes saben, han muerto tres personas. Dos ancianas, una la abuela de Soleil, Najwa y Sadie, y otra señora que era directora ya retirada, una persona anciana, directora de escuela, casada, no había tenido hijos y era viuda”, detalló Romanelli, poniendo nombre y rostro a las víctimas de la tragedia. El patriarca latino de Jerusalén, arzobispo Pierbattista Pizzaballa; el patriarca greco-ortodoxo de Jerusalén, Teófilo III; el arzobispo del Patriarcado greco-ortodoxo, Alexios, y el párroco Gabriele Romanelli, que sufrió heridas leves en las piernas durante un ataque israelí contra la iglesia de la Sagrada Familia el jueves, visitan la iglesia greco-ortodoxa de San Porfirio, en la ciudad de Gaza, este viernes. Foto: REUTERS La tercera víctima mortal fue Sackett, uno de los porteros de la parroquia, a quien Romanelli describió como “un hombre muy bueno, célibe, que estaba sentado en la puerta en lugar de trabajo”. En ese momento, Najib, un joven de la comunidad, se encontraba de visita y resultó gravemente herido por esquirlas que le perforaron un pulmón. “De los 15, tres han muerto y dos están en estado delicado. Uno es Najib, aunque está, como se dice, tratado. Está internado en el Hospital Cristiano Hospital Anglicano de Gaza y su jefe que recibió más de una esquirla y que le produjo un daño interno a la altura del abdomen. Está en principio fuera de peligro, pero para seguir rezando, ya que va a tener una recuperación muy larga”, explicó el sacerdote, subrayando la gravedad de la situación médica de los heridos. El impacto emocional y físico del ataque se suma a la sensación de vulnerabilidad que atraviesa a la comunidad cristiana en Gaza. Romanelli reconoció que, pese a las recomendaciones de permanecer bajo techo debido a los bombardeos, la metralla logró penetrar incluso los espacios considerados seguros. “Nosotros estábamos abajo del techo y de hecho la esquirla entró por el costado. Y si me hubiese quedado incluso donde tenía la entrevista en mi oficina, no obstante que esa ventana tenía doble vidrio que la pusieron hace varios años atrás, también fue perforada e incluso entró una esquirla por ahí”, relató. “Dios sabe lo que hubiese pasado. Pero digo, gracias a Dios no fue más grande el daño”, añadió. En medio del dolor, la comunidad recibió la visita de figuras religiosas de alto rango, un gesto que Romanelli describió como “un gran consuelo”. El patriarca latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, y el cardenal Teófilo de la Iglesia griega ortodoxa, acudieron a la parroquia, rezaron y visitaron a los heridos. “Vinieron aquí. Entraron en la iglesia, rezaron, visitaron a las personas. Después visitamos la Iglesia Ortodoxa de San Porfirio y luego el Hospital Lashley, el Hospital Anglicano. Y ahí se volvió a Jerusalén el patriarca griego”, narró el sacerdote. También se sumó a la visita monseñor Nicola, representante de la Nunciatura de la Santa Sede ante el Estado de Palestina, Jerusalén e Israel. El cardenal Pierbattista Pizzaballa permaneció en Gaza junto a su canciller, el padre Davide, y el padre Marcelo Gallardo, quien fue provincial del Verbo Encarnado y el primer misionero de la congregación en la región desde 1993. La presencia de estas autoridades eclesiásticas, según Romanelli, trajo “muchos frutos” y permitió fortalecer los lazos de solidaridad en medio de la adversidad. Romanelli también describió la restauración del centro de Cáritas, que había sido alcanzado por un bombardeo menor y quedó muy destruido. “Las ventanas, vidrios, todo ha sido restaurado muy bien y está muy activo. Hay diez centros de Cáritas donde se asisten miles de personas diariamente y también el Centro Santo Tomás de Aquino, que también fue alcanzado en esta guerra”, explicó. La labor humanitaria continúa a pesar de los riesgos, y la comunidad se esfuerza por mantener la asistencia a quienes más lo necesitan. Una bomba impactó sobre la única parroquia de la Iglesia católica en la Franja de Gaza La capilla del Centro Santo Tomás de Aquino, donde se había retomado la celebración de la Santa Misa tras un alto el fuego, volvió a quedar fuera de uso por el peligro creciente. La escuela del Rosario, de las Hermanas del Rosario de Jerusalén, también sufrió una “devastación increíble en todo el barrio”. Romanelli resumió el estado de la ciudad con una frase contundente: “La ciudad sigue devastada, cada vez más está triturada”. En medio de la tragedia, el papa León XIV intentó comunicarse con Romanelli para transmitirle su cercanía. “Nos ha llamado el Santo Padre. Me ha llamado. Pero yo no tenía línea porque justo había ido a buscar al patriarca al punto donde teníamos que recibirlo aquí. Pero bueno, gracias a Dios pudo hablar con nuestro provincial, el padre Carlos Ferrero y con nuestro Joseph, nuestro vicario, que le dijo su bochorno. Santo Padre. Así que estaba muy. Fueron palabras de consuelo también. Nos aseguró su cercanía que sabemos que la tenemos”, relató el sacerdote, evidenciando el apoyo espiritual recibido desde el Vaticano. Las hermanas servidoras del Señor y de la Virgen de Matará, de la misma congregación de Romanelli, también lograron comunicarse con el Papa. La madre María Emperatriz, de nacionalidad peruana, y la hermana María Maravillas de Jesús, recibieron palabras de aliento del pontífice. Además, distintas autoridades de varios países se pusieron en contacto con la comunidad. “Nos han llamado distintas autoridades de distintos países. Desgraciadamente no he podido responder literalmente el teléfono muchas veces, no podía ni siquiera agarrarlo tan caliente que estaba. No, pero estaba muy caliente y lo he tenido que apagar, pero no podía abrirlo porque no tenía tiempo y hasta ahora mismo estoy sobrepasado. Tengo más de mil. Hace un día y medio tenía más de mil mensajes llamadas”, confesó Romanelli, reflejando la magnitud de la preocupación internacional. El sacerdote agradeció la inquietud de amigos, periodistas y personas interesadas en la misión, aunque reconoció su imposibilidad de responder a todos. “A todos les pido disculpas que no puedo responder, incluso hasta ahora. He dejado la voz también de nuestros representantes, sobre todo del patriarca del patriarcado latino, de la Santa Sede, del Nuncio, quien se ha hecho cercano”, explicó. Entre las autoridades que expresaron su solidaridad se encuentran el embajador argentino ante el Estado de Palestina, el ministro de Exteriores de Italia y representantes del Consulado General de Francia. Romanelli insistió en la necesidad de reforzar las oraciones y el compromiso por la paz. “Sigamos reforzando más las oraciones y por la paz, y convenzamos al mundo que esta guerra tiene que terminar. Más de 2 millones de personas viven una vida invivible aquí en la Franja de Gaza. Eso no solamente que no da gloria a Dios, por el contrario, lo ofende, sino que eso no ayuda al ser humano y por lo tanto no ayuda a la paz aquí en Tierra Santa, ni en Palestina ni en Israel”, afirmó el sacerdote, en una de las declaraciones más contundentes de su mensaje. El Papa pidió a Netanyahu proteger los "lugares de culto" tras el ataque a una iglesia en Gaza El sacerdote concluyó su mensaje agradeciendo la cercanía y las oraciones de quienes se solidarizan con la comunidad de Gaza. “Sigamos rezando para que el Señor de la Paz conceda la paz a este pedacito de Tierra Santa que es Gaza de Palestina. Los bendiga Dios todopoderoso desde Gaza, el que es Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amén”, expresó Romanelli, dejando en claro la esperanza que persiste a pesar de la destrucción. El ataque a la Iglesia en Gaza Un proyectil disparado por un tanque israelí impactó el edificio, dejando tres muertos y varios heridos, incluido el propio Romanelli, quien sufrió lesiones leves en una pierna.El ataque, ocurrido alrededor de las 10:10, alcanzó la iglesia situada en el norte de Ciudad de Gaza, cerca del hospital Al-Ahli, en una zona sometida a bombardeos durante más de una semana. Según Cáritas Jerusalén, el proyectil explotó cerca de la cruz del tejado, dispersando metralla y escombros en el patio donde varias personas se encontraban. Entre los heridos figuran dos ancianas que estaban en una carpa de apoyo psicosocial de Cáritas y tres jóvenes en la entrada de la parroquia. Otras personas sufrieron cortes por fragmentos de cristal. Romanelli fue atendido en el hospital Al-Ahli y se encuentra fuera de peligro. La Iglesia de la Sagrada Familia funcionaba como refugio para unas 500 personas, en su mayoría cristianos desplazados por la guerra, aunque también acogía a familias musulmanas y niños con discapacidades, según Anton Asfar, director de Cáritas. El recinto operaba como un espacio interreligioso de asistencia humanitaria El impacto generó condenas internacionales y un llamado urgente del papa León XIV a un cese inmediato del fuego.
Ver noticia original