Contacto

×
  • +54 343 4178845

  • bcuadra@examedia.com.ar

  • Entre Ríos, Argentina

  • Un «cuidado diferente» lejos del hogar

    » Diario Cordoba

    Fecha: 19/07/2025 19:25

    Antonia se acomoda en uno de los sillones dispuestos en un gran salón. Ya ha desayunado, se ha puesto los pendientes que más le gustan y se ha peinado. Tiene 102 años, aunque «en noviembre haré 103», dice con esperanza. Es «una institución» dentro de la residencia de mayores de la Obra Pía Santísima Trinidad, en Córdoba capital, dice la directora, Rosa Hernández, a lo que Antonia no teme en responder: «Una de tantas». Tiene dos hijas y un grado dos de dependencia, por lo que requiere de una atención especial que en su casa no puede tener. Porque han perdido la autonomía tras el paso de los años, por alguna enfermedad o porque sus hijos viven lejos y no pueden hacerse cargo, son muchas las razones para que una familia toma la decisión de ingresar a sus mayores en una residencia. Sigue siendo una opción muy demandada, aunque es cada vez más difícil de conseguir. Antiguamente acudían a la residencia personas mucho más autónomas, buscando sobre todo paliar la soledad, pero el perfil ha cambiado y ahora casi todos los residentes ingresan cuando ya en sus casas no le pueden dar esos cuidados especializados que necesitan, explica la directora de este centro, Rosa Hernández. No es una decisión fácil. Entre la burocracia para conseguir una plaza concertada y lo costoso que es pagar por una privada, las familias alargan lo más que pueden el momento. «Siempre intentan primero con la ayuda a domicilio u otro tipo de recursos para estar en sus casas, pero llega un momento en que esos recursos ya no son suficientes». En ocasiones, son los residentes los que lo eligen en «un ejercicio de generosidad» al ver que sus familias ya no pueden atenderles, aunque no deja de ser una decisión muy dura porque «ellos recuerdan cuando cuidaron a sus padres». Antiguamente «eran familias numerosas y el cuidado se daba en las casas» aunque, eso sí, el cuidado siempre recaía en las mujeres y «la residencia era algo inconcebible», rememora la directora, que agrega que ahora también se requieren más recursos económicos que antes. Una de las mayores ingresadas en la residencia de La Trinidad durante una actividad de pintura. / Manuel Murillo Aceptarlo es «un proceso muy duro, lo pasan bastante peor los hijos que los mayores porque sienten que lo están abandonando, pero no se trata de eso, es cuidarlos de otra forma», agrega Hernández y defiende que «nosotros les vamos a dar los cuidados necesarios, pero ellos van a tener la oportunidad de pasar otro tiempo de calidad con sus padres» sin la preocupación de la rutina, lo que reduce también los conflictos familiares. Aunque «el rol de cuidador nunca se deja» porque «están pendientes de todo, los visitan, llaman, y hasta que no conocen cómo trabajamos y saben que su familiar está bien cuidado no se relajan». En ese momento es cuando «empiezan a darse cuenta de que es lo mejor y dejan de sentirse tan culpables». Son 60 los mayores que hacen vida en este centro de la capital cordobesa, y la mayoría requiere de cuidados especiales por ser dependientes. Unos 50 trabajadores se encargan de ellos, desde las tareas más básicas como el aseo o las comidas, hasta sesiones de psicología y fisioterapia y actividades de ocio para mantenerlos con la mente ocupada. Y es que además de darle los cuidados básicos, en las residencias «fomentamos que mantengan o potencien la poca autonomía que puedan tener, porque los hijos muchas veces pecan de proteccionismo y los vuelven más dependientes de lo que realmente son», explica la directora. Intentan, en la medida de lo posible, que la atención sea personalizada, de acuerdo a los gustos y a las posibilidades de cada uno de los mayores que ingresan. Una vez se familiarizan con el centro, sus rutinas, sus comidas, sus actividades «es como su casa y no se quieren ir». Hernández explica que en su residencia «nos basamos mucho en la atención central de la persona» y se interesan en saber su música favorita, qué actividades les gusta hacer o cómo han vivido su vida para intentar que, dentro de sus limitaciones, la puedan seguir viviendo. Uno de los residentes lee el CÓRDOBA. / Manuel Murillo La Obra Pía también cuenta con la residencia geriátrica San Juan de la Cruz, con 82 plazas residenciales (56 de ellas concertadas) y diez de estancia diurna, todas al completo. En esta residencia se atiende a una tipología muy variada de mayores, contando con personas con alzheimer u otras demencias y personas muy dependientes para cumplir con las actividades de la vida diaria. Suscríbete para seguir leyendo

    Ver noticia original

    También te puede interesar

  • Examedia © 2024

    Desarrollado por