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  • Los diputados pasan hasta un 85% del tiempo discutiendo cuestiones de privilegio y no proyectos

    Parana » AnalisisDigital

    Fecha: 19/07/2025 14:41

    Los diputados lo adjudican a que no existen otras instancias de debate político y a que el Gobierno busca "cercenar" al Congreso. (Foto Clarín) Solo del 15 al 30% de las sesiones de la Cámara de Diputados se usaron para hacer un análisis sustantivo de los proyectos de ley por los cuales se convocó al recinto, en tanto que entre el 70 y 85% del tiempo se destinó a cuestiones procedimentales, homenajes o acusaciones políticas. Así lo determinó un informe realizado por Colossus Lab, que relevó 19 sesiones de la Cámara baja, realizadas entre el 31 de enero de 2024 y el 2 de julio de 2025. El período legislativo del 2024 y lo que va del 2025 se caracterizó por una poca cantidad de sesiones, que presentaron una gran intensidad en el debate y larga duración, en un contexto de fuerte polarización política y desafíos económicos. Algunos de los proyectos que se trataron en este período fueron la Ley Bases, el Financiamiento Universitario, el presupuesto de la SIDE, la reforma previsional, Boleta Única de Papel, Presupuesto 2025, Ficha Limpia, declaraciones de emergencia por inundaciones e incendios en distintas partes del país, el acuerdo con el FMI por decreto, entre otros. Según el informe, en las 19 sesiones se llevaron a cabo más de 160 horas de debate, de la cuales aproximadamente 40 se destinaron al análisis sustantivo del temario pautado. Las otras 120 horas se dedicaron a "otros temas", que incluyen quejas por irregularidades y desprolijidades del proceso legislativo, la falta de una Ley de Presupuesto para 2024 y 2025, cuestiones de privilegio y ataques políticos, discusiones sobre la represión y la situación social fuera del Congreso, mociones de orden y discusiones sobre el reglamento y el tiempo de palabra, y discursos generales sobre la situación del país y la política económica. "Esta ineficiencia no es solo un problema operativo o coyuntural. Es un reflejo de un diseño institucional que no está orientado a resultados ni al seguimiento del impacto legislativo", expresa el informe. La falta de debate, trompadas, insultos y el videito para redes Al respecto, la diputada radical Karina Banfi señaló que el reglamento de la Cámara de Diputados "no tiene incorporada una instancia para debates de coyuntura" como sí tienen otros congresos del mundo, "por eso se usa en una sesión todos los tipos de tratamientos parlamentarios como proyectos y temas de coyuntura", explicó en diálogo con Clarín. La legisladora por la provincia de Buenos Aires, que lleva 10 años ejerciendo en la Cámara, diferenció dos instancias en el tratamiento de una ley: una de razón y otra de fuerza. La primera se da durante el tratamiento de una ley en comisiones, donde "si está bien trabajado un proyecto, sale sin problemas en el recinto", señaló. "El recinto es un teatro, no se discuten leyes, se plantean posiciones y se vota", dijo sobre la segunda instancia. Para Banfi, es donde pesa "la fuerza numérica". Además, advirtió que a veces los proyectos llegan con un número "finito" de votos a favor y "hay que trabajar negociando posiciones". Es ahí donde toman lugar los discursos, especialmente por parte de la oposición, que aprovecha esta instancia para hacer manifestaciones políticas. Al respecto, Banfi destacó que ahora "los legisladores se dieron cuenta de que la difusión de estos discursos en redes sociales les sirve para su trabajo", entonces ahora "todos quieren hablar". Fanáticos del clickbait. La diputada radical recordó que durante el último gobierno de Cristina Kirchner el kirchnerismo tenía mayoría en Diputados y la Cámara baja "era una escribanía". "Las sesiones eran de 2 o 3 horas, hablaban poco y tomaban las decisiones. Si tenés mayoría automática, el Congreso no funciona", marcó Banfi y lo diferenció con la situación actual: "Hoy siempre van a querer hablar porque si no, no existís". En cambio, actualmente, hay poco trabajo en comisiones: "Están inactivas o frenadas porque los legisladores no van", lamentó la referente radical, y consideró que esta parte es "la más importante" para el tratamiento de leyes. "La dinámica interna del recinto queda en el recinto. Es un teatro, es una cuestión política, los que somos profesionales no lo trasladamos afuera de la Cámara", señaló Banfi y marcó que la llegada de los outsiders al Congreso "es lo peor que le han hecho a la democracia". "No están preparados, se cagan a trompadas porque no tienen práctica política, no tienen formación en el debate político, creen que es una confrontación como si estuvieras manejando en la calle, no saben debatir", señaló y agregó: "Necesitamos más cultura política, que la gente aprenda a debatir ideas porque si no nos quedamos en el videito". Discusiones de tránsito, estados alterados, el combo de la viralidad. Con esa línea coincidió la diputada de Unión por la Patria, Cecilia Moreau, quien señaló que "el debate parlamentario siempre ha sido acalorado, apasionado e incluso a veces muy intenso", pero "manteniendo en todo momento el respeto, entre quienes entendíamos que en la política el otro no era un enemigo, sino una persona que pensaba distinto. Reconociéndole incluso buenas intenciones dentro de su ideología". "En los últimos años se fue viendo una degradación en el debate público. Particularmente en estos últimos casi dos años, en la política se empezó a hablar desde el resentimiento, el odio y no desde la mirada de creer que se puede construir algo que mejore la calidad de vida de la gente. La personalización constante que se empezó a utilizar en las discusiones hizo cambiar la forma de entender al otro y hoy se ve al adversario político como un enemigo", lamentó Moreau, quien fue presidenta de la Cámara de Diputados entre 2022 y 2023. La referente del Frente Renovador sumó además "el permanente ninguneo y maltrato que se hace desde el Ejecutivo al Congreso" y recordó en diálogo con este diario que la Cámara baja "es la representación del pueblo y el lugar de debate político por excelencia". "Antes, muchas de estas discusiones se daban en las comisiones que actuaban constantemente, pero al querer cerrar el Congreso y no hacerlas funcionar como deben, este debate sobre las situaciones que acontecen y suceden a diario en nuestro país se trasladan al recinto", indicó y cuestionó al Gobierno nacional por el uso de los decretos de necesidad y urgencia para legislar y así "cercenar" los debates en el Congreso. En la misma línea, Nicolás del Caño, del Frente de Izquierda, consideró que el "desvío" de los debates parlamentarios a otras cuestiones coyunturales es algo que "pasa mucho porque casi no hay sesiones ordinarias" y hay "muchos temas que no están contemplados en los temarios". "Mientras no haya sesiones ordinarias, los diputados van a usar ese tiempo para hablar de temas que no están en la convocatoria", marcó el diputado. En lo que va del 2025, se realizaron siete sesiones en Diputados; todas fueron de carácter "especial", es decir, que se realizaron por fuera de los días fijados como sesiones de tablas. Asimismo, Del Caño consideró que los debates que se dan en el Congreso "deberían ser de mayor trascendencia" y planteó la necesidad de que las sesiones "duren más días", en vez de hacer jornadas de más de 24 horas de corrido. "No podés prestar atención 24 horas seguidas", marcó. Las cuestiones de privilegio, en la mira A partir del relevamiento realizado por el informe, desde Colossus hicieron una simulación Montecarlo, un método que sirve para aproximar expresiones matemáticas complejas, y plantearon que si se establece un tope de ocho cuestiones de privilegio por sesión, se permite "mantener el tiempo destinado a formalidades disciplinarias por debajo del umbral crítico del 10% en más del 95% de los escenarios". "El análisis empírico y la simulación convergen en que 8 cuestiones constituyen un límite razonable que concilia derecho de defensa y eficacia parlamentaria. Una democracia representativa no se fortalece solo con la cantidad de leyes que aprueba, sino con la calidad del tiempo que dedica a discutirlas. Si el recinto se desconecta de su función sustantiva, también se erosiona la legitimidad del proceso legislativo", expresaron desde Colossus Lab. Aunque Cecilia Moreau se mostró en desacuerdo: "No se pueden limitar las cuestiones de privilegio, porque son manifestaciones que tiene permitido un diputado cuando ve afectada su calidad de legislador, sus derechos o sus fueros. El mecanismo puede reverse, pero me parece muy poco sano limitar el derecho de expresión y mucho más en un parlamento, que es la caja de resonancia de los representantes del pueblo, quienes deben expresarse con total libertad". Un diputado del PRO y "nerds", el think tank que elaboró el informe Colossus Lab surge a partir de la iniciativa del diputado del PRO Martín Yeza, que hace un año lanzó una convocatoria en redes para quienes sienten "que la política está muy desacoplada de la velocidad de la sociedad" y consideró que "eso no es solo un problema de personas sino de diseño de sistema". Así se juntó un grupo de "nerds" con los que "decidimos crear un think tank dedicado a la intersección específica sobre cómo con tecnología podemos mejorar el diseño de políticas públicas, pero también reimaginar el diseño institucional actual", expresó Yeza a Clarín, que ocupa el rol de líder del consejo asesor del think tank. Respecto al informe de "Ineficiencia del Congreso", el diputado del PRO destacó que pudieron "ponerle número a la sensación de 'nadie habla del tema que me importa'" y saber "cuánto tiempo realmente estaba dedicado a debatir sobre los temas convocantes". "Entre grandes interpretaciones sobre 'la crisis de la democracia', acá hay un tema muy puntual: creemos que tenemos que medir la performance de los políticos con más estándares que su mera imagen o intención de voto. Y hoy hay herramientas que permiten acelerar este análisis, lo vamos a presentar para la siguiente sesión", marcó. El exintendente de Pinamar advirtió que no tiene "ningún problema con el debate", pero indicó que "una democracia de calidad también se construye sobre la base de que la elite política argentina es capaz de discutir sobre el tema que ellos mismos eligieron discutir". Vera Lauckner/Clarín

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