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  • Para sobrevivir a la era de la IA, la web necesita un nuevo modelo de negocio

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 19/07/2025 12:35

    El tráfico mensual de los motores de búsqueda ha caído un 15% en el último año (REUTERS/Dado Ruvic/Illustration) Esta semana, Hollywood ha revelado detalles de una nueva película sobre Sam Altman y el auge de OpenAI, cuyo lanzamiento de ChatGPT a finales de 2022 ha causado un gran revuelo en el mundo tecnológico. Uno de los efectos más importantes de la inteligencia artificial (IA) hasta ahora es, sin duda, cómo se difunde la información en línea. En lugar de escribir sus preguntas en los motores de búsqueda, la gente las plantea cada vez más a los chatbots. Google, que hace un año comenzó a añadir resúmenes generados por IA a sus resultados, promete que los usuarios pueden “dejar que Google busque por ti”. Esta revolución promete llevar más conocimientos más rápidamente a más personas. Los usuarios tienen razón al aceptarla. Pero hay una trampa. A medida que los motores de búsqueda basados en IA eliminan la necesidad de que las personas busquen en la web sitios con respuestas, están deteniendo el flujo de tráfico hacia esas páginas. Esos visitantes perdidos significan dinero perdido. El peligro es que, a medida que los motores de respuestas alejan a los lectores, están eliminando el incentivo para crear contenido. La tecnología que está abriendo la web también amenaza con acabar con ella. El uso de la web es difícil de medir, pero según una estimación, el tráfico mensual de los motores de búsqueda ha caído un 15% en el último año. Algunas de las quejas más sonoras provienen de los medios de comunicación, un sector en el que reconocemos tener interés. Pero la sequía es un problema más amplio. Los sitios web de ciencia y educación han perdido una décima parte de sus visitantes en el último año. Los sitios web de referencia han bajado un 15% y los de salud un 31%. Algunos grandes nombres se están viendo muy afectados: Tripadvisor.com, que recomienda los mejores hoteles o playas, ha bajado un tercio; WebMD, que ofrece tranquilidad (o alarma) a los enfermos, ha caído a la mitad. El coste es evidente. El tráfico humano, monetizado con anuncios, es el combustible económico de gran parte de Internet. También se necesita un flujo constante de tráfico para crear comunidades en línea. Wikipedia, cuyo número de visitantes ha caído un 8% en el último año según una medición, advierte de que los resúmenes de IA sin atribución podrían disuadir a la gente de contribuir. Stack Overflow, una comunidad de programación cuyo tráfico se ha reducido a más de la mitad, informa de que se están haciendo menos preguntas en sus foros de chat. Reddit, otro foro gigante, vio caer el precio de sus acciones a la mitad a principios de este año debido a la preocupación por las referencias de búsqueda irregulares. A medida que el antiguo modelo se derrumba, la web está cambiando. Se está volviendo menos abierta, ya que los contenidos que antes se financiaban con publicidad ahora se ocultan de los bots, detrás de muros de pago. Las empresas de contenidos están llegando al público a través de canales distintos de las búsquedas, desde boletines informativos por correo electrónico hasta redes sociales y eventos presenciales. Están apostando por el audio y el vídeo, que son más difíciles de resumir para la IA que el texto. Las grandes marcas están firmando acuerdos de licencia de contenidos con empresas de IA. Se están llevando a cabo muchas otras transacciones y demandas judiciales. (The Economist Group aún no ha concedido licencias para el entrenamiento de IA, pero ha aceptado que Google utilice artículos seleccionados para uno de sus servicios de IA). Cientos de millones de pequeños sitios web —la valiosa cola larga de Internet— carecen de la influencia necesaria para hacerlo. Nadie debe esperar que la web del futuro sea igual que la actual. La búsqueda basada en IA revolucionará algunos servicios: los directorios de empresas, por ejemplo, se enfrentan a la desintermediación, ya que los bots de respuesta atienden consultas como “fontanero de urgencia” o “casas en venta”. Pero la desaparición de los incentivos para crear contenido plantea un problema fundamental. Si el tráfico humano se está agotando, la web necesitará una nueva moneda de cambio. Los innovadores en línea están probando alternativas. Algunos proponen un sistema de pago por rastreo, en el que se cobra a los bots de IA por leer el contenido de los sitios web. Otros están trabajando en sistemas que analizan las respuestas de los chatbots para determinar de dónde proviene su información, de modo que se pueda compensar a las fuentes. Las empresas tecnológicas se resisten a estas ideas: los gigantes no quieren que se mida su rastreo de Internet, y las startups temen que se les obligue a pagar por los datos de entrenamiento que pioneros como OpenAI pudieron obtener de forma gratuita. Los optimistas citan la industria musical, donde la piratería dio paso a la rentabilidad cuando las plataformas de streaming inventaron nuevas formas de cobrar a los consumidores y compensar a los artistas. Introducir un nuevo modelo de negocio en la web es una tarea abrumadora; puede que se necesite un empujón de los reguladores para ponerlo en marcha. Sin embargo, a todos les interesa que la creación de contenidos sea rentable. Puede que ahora sean los editores los que se quejan, pero si se agota el grifo de contenidos, las empresas de IA también se verán afectadas. Algunas son más vulnerables que otras. Mientras que Meta puede recurrir a los datos publicados en sus redes sociales y Google es propietaria de YouTube, el mayor archivo de vídeos del mundo, OpenAI depende totalmente de otros para sus contenidos. Si nada cambia, corremos el riesgo de sufrir una tragedia moderna de los bienes comunes. El recurso compartido de la web abierta se explotará en exceso, lo que provocará su agotamiento definitivo. Si no se detiene ese proceso, una de las grandes propiedades comunes de la humanidad podría verse gravemente mermada. La tragedia de la web sería una tragedia para todos. © 2025, The Economist Newspaper Limited. All rights reserved.

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