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  • Locomotora Oliveras y su pelea más difícil: la campeona que superó abusos y traiciones

    Parana » El Once Digital

    Fecha: 19/07/2025 09:30

    Alejandra Locomotora Oliveras está internada en terapia intensiva en el Hospital Cullen de Santa Fe, donde fue operada de urgencia tras sufrir un ACV isquémico. Su estado es crítico pero estable, y el equipo médico sigue de cerca su evolución. La intervención fue necesaria por una descompresión cerebral que permitió aliviar la presión generada por el infarto neurológico. Mientras pelea la batalla más dura de su vida, miles de personas la recuerdan no solo como exboxeadora, sino como símbolo de lucha, resiliencia y superación. Una infancia marcada por la violencia y el prejuicio Alejandra nació en Jujuy, creció en Córdoba y desde muy pequeña conoció la exclusión. A los 15 años quedó embarazada de un hombre 15 años mayor que la golpeaba incluso durante el embarazo. El pueblo la señalaba por su aspecto, por ser pobre, por estar sola. "Me decían gorda, puta, todo", recordó en más de una ocasión. Sin apoyo, empezó a entrenar sola con baldes llenos de agua para hacerse fuerte. Y cuando pudo, le devolvió una piña al golpeador que la había sometido, para proteger a su hijo. Esa fue la primera pelea que ganó. Entró a un gimnasio por primera vez con 20 años y dos hijos a cuestas. Peleó en plazas, entrenó con varones y recorrió kilómetros en moto para llegar a sus entrenamientos. Le pagaban 18 pesos por pelea. Usaba guantes prestados y dormía con hambre, pero nunca bajó los brazos. Ganó 34 peleas como amateur, fue campeona mundial varias veces y se enfrentó a las mejores boxeadoras del mundo. Venció a la mexicana Jackie Nava en una pelea histórica, aunque le pagaron apenas 2800 dólares. Fue una victoria épica: peleó con la mano fracturada y la noqueó con la izquierda. Traiciones, abandono y el silencio del sistema A lo largo de su vida, Oliveras enfrentó traiciones dolorosas, como descubrir que su pareja la engañaba con su propia hermana. También denunció el destrato de las instituciones del boxeo, la desigualdad de género en el deporte y la falta de oportunidades para los atletas humildes. Incluso con cuatro títulos mundiales, le cortaron la luz por no poder pagarla. "¿Hay algo más injusto que eso?", cuestionó alguna vez. Con su tenacidad, logró independizarse de los manejadores del boxeo y construir su propio gimnasio, desde donde pudo ayudar a jóvenes en situación vulnerable. De campeona del ring a referente social Más allá del deporte, Alejandra se convirtió en referente. Brindó charlas motivacionales, militó por los derechos de los boxeadores y montó una escuelita gratuita en medio de cinco villas. Su historia forma parte del libro Las Parturientas de Agustina Kämpfer, que visibiliza a mujeres que enfrentaron maternidades extremas. También se involucró en política con el deseo de “hacer algo por quienes no tienen voz”, aunque aseguraba no tener bandera partidaria. Hoy, mientras permanece en terapia intensiva, las redes se llenan de mensajes que resumen lo que muchos sienten: "Esta es la pelea de tu vida, y la vas a ganar como siempre". Ella ya venció al hambre, a la vergüenza y a la peor traición. Y si alguien sabe de dar pelea, es ella, y en eso se centran sus seguidores que siguen alentándola para que salga adelante también de esta batalla.

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