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» Elterritorio
Fecha: 19/07/2025 06:01
En San Juan más productores comenzaron a cultivar uvas pasas o variedades para jugo. También cultivan más tomate o incursionan en el pistacho. Así esperan mantener sus fincas sábado 19 de julio de 2025 | 4:00hs. Uvas para fruta ahora compiten más con la producción de Chile. Productores de uva de San Juan vienen dejando de lado parte de sus plantaciones para vinificar por los bajos precios que reciben. La situación de pagos se agravó en el último año ya que vieron un descenso en los valores recibidos. Y debieron aguantar pagos en más cuotas y sin actualización. Ante esa realidad varios productores se están enfocando en tratar de sacar adelante otros productos para aspirar a mejores ventas. Entre algunos ejemplos se citan al cultivo de variedades de uvas para pasas, para jugo u otros cultivos nuevos como el pistacho. Las pasas de uva se secan al sol e insumen menos gastos. Juan José Ramos, es viñatero y presidente de la Asociación de Viñateros Independientes de San Juan. En diálogo con El Territorio, contó el difícil presente de los productores que deben reconvertirse o buscar otras alternativas para sostener sus parcelas productivas. Algunos, según explicó, no lo están logrando y terminan vendiendo sus terrenos para desarrollos inmobiliarios. Recordó especialmente que hace unos años atrás tenían la esperanza de lograr en la zona de Cuyo, una legislación similar a la que tuvo el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) para al menos definir valores mínimos para la producción de uvas. Explicó que hoy la desregulación está destruyendo especialmente a los pequeños productores en el país. Sin protección ante las industrias “El mercado del vino lo manejan un grupo de empresas e imponen condiciones de compra que tenemos que aceptar para ubicar nuestra uva. La mayoría de los productores aquí no tiene forma de llegar con el producto final al productor. Antes, décadas atrás, había más cooperativas y parte de la producción se podía canalizar a través del vino en damajuana. Pero allá por la década del 90, hubo un caso famoso de envenenamiento que generó que la gente fuera dejando de tomar así el vino. Las damajuanas fueron desapareciendo y se concentró más la venta en las industrias”, recordó Ramos. El dirigente también señaló que durante el gobierno de Carlos Menem se desregularon algunas limitaciones que dejaron a los productores primarios con menos posibilidad de retener la entrega de su producción. Hoy esa política se está profundizando y sacando o terminando de sacar de la actividad a varios productores de uvas para vinificación. San Juan y Mendoza son las principales productoras de pasas de uva. “Ahora estamos con una actividad totalmente liberada y se está pagando cualquier cosa. Este año se pagó menos que el año pasado. La uva común se pagó por kilo menos de 200 pesos, pero la primera cuota la hemos cobrado recién el mes pasado. Y en algunos casos queda para terminar de cobrar a fin de año, sin ninguna actualización de precios”, detalló el directivo y contó que en su asociación están agrupados unos 500 pequeños productores de su provincia. En promedio los productores tienen unas 9 hectáreas. Añoro ante el difícil presente que “hace unos años aquí queríamos tener una ley similar a la que tenían los yerbateros con el Inym. Para que al menos se reconociera o se orientara un valor cercano al mínimo”, recordó. Agregó como dato alarmante que sin controles de precios también se avanzó para dejar de controlar la calidad y variedad de los vinos. “Antes estaba regulado que un vino se hacía con 100% uvas chardonnay o moscatel. Hoy eso no pasa, se puede hacer un vino blanco y mezclar, ya no se respetan variedades. Esto puede terminar generando la desconfianza de los consumidores, se puede hacer un gran daño sin los debidos controles de calidad. Por esta situación se estaban por reunir los gobernadores de las provincias vitivinícolas para tratar esto con Nación”, comentó Ramos. El directivo recordó así que hay temor de que la calidad del vino argentino decaiga por la degradación que sufrió el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), que entre otras cosas impulsaba sellos de calidad para la producción nacional. Buscando alternativas Una consecuencia de los muy bajos precios que reciben los viñateros por sus uvas es que gran parte de ellos comenzó a incursionar en otros cultivos para lograr algo de dinero para mantener sus tierras. “Al no tener rentabilidad varios productores comenzaron a vender sus tierras, en especial los que están cerca de la capital (de San Juan). Lo venden a desarrolladores inmobiliarios. Después otros productores se están orientando a la producción de uva pasa, que es una fruta sin semilla. Ha crecido mucho esta producción y la ventaja que tiene es que no se necesita energía para secarla, porque se hace al sol. San Juan en un momento llegó a exportar 70 millones de kilos de pasas de uva. Últimamente por la apreciación cambiaria, estamos siendo caros en dólares y sólo se pudo enviar al exterior unos 5 millones de kilos. Por otro lado, en el mercado interno somos junto a Mendoza los principales abastecedores”, relató. Por otro lado, apuntó que otros productores están probando suerte con cultivos más modernos como el pistacho. “Viene creciendo la producción de pistacho como está creciendo en otros países vitivinícolas como en España o en Grecia también. Donde había viñedos se está dejando lugar para el pistacho o para olivos. También creció la dedicación al tomate industria. San Juan es la principal productora de este tipo de tomate en el país. Se ha diversificado bastante”, comentó el productor desde San Juan. Menos dedicados a los vinos Contó además que “hoy el 62% de la uva que ingresa a las bodegas lo hace para la extracción de jugo de uva. Que se vende concentrado y se exporta por ejemplo a Estados Unidos. Después para lo que es producción de vino exclusivamente queda menos de un 30%. Por ahí mucha gente asocia la producción de uva con los vinos, pero hoy es mínimo lo que se está haciendo para vinificación”. Detalló en tanto que en San Juan hay muchas variedades, blancas y tintas que se orientan a la ducción de vinos. “Tenemos en uvas blancas Chardonnay, Moscatel, Pedro Jiménez, Torrontés, entre otras. En tintas hay Malbec, Cabernet, Merlot, Barbera, Pinot Noir, Tannat”. El productor hizo una salvedad con la variedad Syrah y consideró que está en retroceso. “Años atrás se quiso posicionar a San Juan con esta variedad tinta, pero después se fue comprobando que no rendía tanto como otras variedades. Es el problema que se le encontró, hay otras variedades como Cabernet Franc o la más difundida Malbec que mostraron mejores rindes y se fueron prefiriendo por eso”, acotó. Competencia entrante Otra complicación que sienten cada vez más los productores es la competencia con productos extranjeros. En su caso llega desde Chile. “Este año ha ingresado más uva como fruta desde Chile. Nosotros acá (en Argentina) la tenemos un poquito antes y los productores las dejan en cámaras de frío para ir vendiéndolas después. Se hace una cantidad para ir abasteciendo al mercado en los meses posteriores a la cosecha. Refrigerada la uva puede mantenerse unos tres meses. Pero este año hubo una invasión de uva chilena que la ofrecían en precios menores o similares a los nuestros”, contó. Alto costo del agua Uno de los costos problemáticos para los agricultores en San Juan es el del riego que está atado a la energía eléctrica. “Tenemos cada vez menos agua porque se extrae agua del subsuelo a un ritmo mayor del que se puede reponer. Se perfora en algunos lugares a 100 metros en otros a 300 y en otros hasta 500 metros. Tenemos tres diques en San Juan que no se pueden llenar totalmente porque no ha habido un nivel de nieve importante en los últimos años. Además hay un perjuicio por la cantidad de proyectos mineros que se están habilitando y nuestra pregunta es de dónde vamos a sacar más agua porque las mineras están perforando en la zona donde nacen las reservas. Así que con más mineras es menos el agua que podría venir por el río”, consideró. Comentó además que una propuesta de los productores es que “el agua se canalice por tuberías directamente hacia las fincas productoras. Esto aseguraría el abastecimiento”. Relató en tanto que en su caso, como en muchos otros “tenemos que sacar el agua del subsuelo presurizada para riego por goteo. Y el costo de energía es enorme. Pero si no tenemos el sistema de riego, directamente tenemos que dejar de producir. Las facturas que pagamos vienen con un IVA del 27%, son de 4 o 5 millones de pesos, es un costo enorme”.
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