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Parana » Informe Digital
Fecha: 19/07/2025 03:20
El Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Asociación Argentina de Angus suscribieron un convenio marco de colaboración técnica, científica y académica, con el objetivo de promover el mejoramiento genético, la innovación y la competitividad de los criadores de Angus en todo el país. La firma del acuerdo tuvo lugar en el stand de Angus durante la Exposición Rural de Palermo, contando con la presencia del presidente del INTA, Nicolás Bronzovich; el titular de la Asociación Argentina de Angus, Alfonso Bustillo; y el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Nicolás Pino. Bustillo subrayó que este convenio “tiene 40 años de historia y es un ejemplo exitoso de la complementación entre el ámbito privado y el sector público, que ha contribuido a mejorar la producción ganadera en Argentina”. También recordó que “el Programa de Evaluación de Reproductores Angus (ERA) es el más grande de Latinoamérica y del mundo en genética”. Según explicaron los firmantes, el convenio abarca acciones clave, como la continuidad del servicio de evaluación genética del Programa ERA, investigaciones enfocadas en el mejoramiento de características de interés económico, y el desarrollo de estrategias para aumentar la eficiencia, adaptación y resiliencia de los animales ante el cambio climático. También se planea avanzar en pruebas de fenotipado de consumo residual y, en una segunda etapa, en la evaluación de emisiones y características relacionadas con la sostenibilidad. Carlos Fernández, Alfredo Gusmán, Nicolás Pino, Nicolás Bronzovich y Alfonso Bustillo Bustillo recordó que el origen de este trabajo conjunto se remonta a 1989, a partir de una propuesta del genetista Horacio Guitou, recién regresado de un doctorado en la Iowa State University. En ese entonces, señaló, la selección genética se realizaba únicamente mediante índices. “Hoy, este programa de evaluación de reproductores a campo es, sin duda, el más grande de Latinoamérica y uno de los más importantes del mundo”, afirmó. Por su parte, Bronzovich comentó que el convenio marco habilita la posibilidad de establecer acuerdos específicos en diversas regiones del país, donde, generalmente, Angus aporta los reproductores y cubre los costos de las pruebas, mientras que el INTA contribuye con infraestructura y equipos técnicos. “La genética es una de las herramientas clave para impactar en la productividad. Este esfuerzo conjunto nos permite interpretar mejor cómo responden distintos biotipos genéticos en los diversos territorios”, sostuvo. El presidente del INTA destacó también que la alianza se ve beneficiada por las nuevas herramientas tecnológicas: “Ya no hablamos solo de índices, ahora entran en juego la biología molecular, la ciencia de datos y la inteligencia artificial. Este avance se acelera para seguir mejorando un producto tan valioso como la carne argentina”. Bustillo agregó que la utilización de DEPs (Diferencias Esperadas en la Progenie) y los avances en programas genómicos, con una población de referencia de 40.000 animales genotipados, son fundamentales en este trabajo. Actualmente, se están llevando a cabo pruebas de eficiencia de conversión en INTA Naredo. “Los animales que se presenten en Palermo deben tener DEPs. No basta con que sean estéticamente atractivos; deben ser reproductores que mejoren las variables económicas de su progenie”, enfatizó. Alfredo Gusmán, Nicolás Pino, Nicolás Bronzovich y Alfonso Bustillo El nuevo acuerdo tendrá una vigencia inicial de cinco años, con opción a renovación sujeto a una evaluación conjunta de los resultados obtenidos. Bustillo y Bronzovich coincidieron en resaltar que este acuerdo constituye una herramienta fundamental para seguir consolidando la ganadería argentina, basada en la mejora genética y la sostenibilidad. “El INTA es un gran obtentor de genética en Argentina, especialmente vegetal, pero aquí pueden observar razas criadas por el INTA, como las ovejas Pampinta — que deben venir a ver —, y en el caso de Angus, aunque nosotros no desarrollamos ni inventamos la raza, es importante resaltar que es valioso evaluar esa genética, comprenderla y poder interpretarla. Este es un trabajo que siempre ha hecho el INTA, y que debe realizar cada vez más”, afirmó. Bronzovich destacó que su renovación en esta edición no hace más que confirmar el rumbo establecido, a la vez que se suma cada vez más información y precisión al proceso de evaluación genética. Según señaló, ya no se trata de buscar los mismos índices de décadas anteriores; ahora, el trabajo incorpora herramientas como la biología molecular, la ciencia de datos y la inteligencia artificial, lo que agiliza y potencia los resultados. El objetivo final, enfatizó, es mejorar un producto tan representativo para los argentinos como es la carne bovina. Con ese fin, buscan desarrollar animales más productivos, de mayor calidad, mejor adaptados a los distintos territorios del país y también a las demandas del consumidor.
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