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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/07/2025 16:34
Perro lamiendo a su dueña. (Imagen Ilustrativa Infobae) Los perros son expertos en comunicarse sin palabras, pero a menudo los humanos interpretamos sus gestos desde una perspectiva demasiado emocional o “humanizada”. Uno de los ejemplos más comunes es cuando un perro lame a su dueño: muchos interpretan este gesto como una muestra de afecto. Sin embargo, según Alba Fernández, educadora canina especializada en comportamiento, este comportamiento tiene a menudo un significado muy distinto. En un vídeo publicado en redes sociales, la experta desmonta la creencia de que lamer es sinónimo directo de amor perruno. Lejos de ser siempre una caricia, puede tratarse de una señal de incomodidad o inquietud, una forma sutil en la que el animal expresa que algo le preocupa o le incomoda. Qué quieren decir Según comenta la educadora canina en el vídeo que ha compartido, uno de los gestos más malinterpretados por los humanos son los lamidos. Aunque a veces los perros sí lamen como muestra de afecto, en muchas otras ocasiones lo hacen como una forma de comunicación emocional, que revela incomodidad, nerviosismo o una necesidad de calmar una situación que les resulta estresante. “Lo más común que se malinterpreta son los lamidos, tanto los que se hacen a sí mismos como los que nos hacen a nosotros”, afirma. “Normalmente, humanizamos ese comportamiento y lo romantizamos, creyendo que significa que nos quieren mucho. Pero en muchas ocasiones están diciendo justo lo contrario: que están incómodos”. Perro paseando con sus dueños (Freepik) Para ilustrar esta idea, Alba pone un ejemplo muy gráfico: “Por ejemplo, cuando hay niños pequeños, muchas personas piensan que el perro los lame porque les quiere mucho o porque los cuida. Y no significa que nunca sea así, pero en muchas ocasiones el perro está diciendo: ‘esto me está generando tensión’”. Una forma sencilla de comprobarlo, según la experta, es plantar la mano delante del perro y observar su reacción. “Si te chupa la mano, lo más probable es que esté diciendo: ‘Esa mano me preocupa, no sé dónde la vas a poner’”. Esta pequeña acción, que muchos interpretan como un gesto cariñoso, podría ser en realidad una señal clara de incertidumbre o malestar por parte del animal. Otros gestos que los perros utilizan para comunicarse Además de los lamidos, los perros utilizan muchos otros gestos y comportamientos para expresar cómo se sienten. Por ejemplo, bostezar en situaciones de tensión no significa necesariamente que tengan sueño, sino que están estresados, incómodos o intentando calmar el ambiente. Es lo que se conoce como una señal de apaciguamiento, usada frecuentemente cuando el perro percibe que hay una situación potencialmente conflictiva. Más de 286.000 perros y gatos abandonados en España al año: estos son los motivos más comunes. Del mismo modo, lamerse el hocico repetidamente o girar la cabeza cuando alguien se acerca puede ser una forma de evitar el contacto directo o indicar que no se sienten cómodos con la interacción. Estos pequeños gestos suelen pasar desapercibidos, pero forman parte esencial del lenguaje corporal canino. Otra señal habitual es agacharse con las orejas hacia atrás: aunque muchos lo interpretan como una actitud juguetona o de sumisión, en algunos contextos puede estar indicando miedo, inseguridad o una necesidad de espacio. Incluso acciones como rascarse repentinamente, sacudirse el cuerpo sin haber estado mojado o moverse de forma repetitiva también pueden ser indicadores de incomodidad o frustración acumulada. La educadora canina insiste en que observar estas pequeñas señales es fundamental para evitar malentendidos y construir una relación más sana y respetuosa con nuestras mascotas. “Muchos problemas de comportamiento parten de que no se respeta lo que el perro está intentando comunicar. Si aprendemos a leer su lenguaje corporal, podremos ofrecerles una convivencia más segura, equilibrada y adaptada a sus necesidades emocionales”.
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