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Parana » Informe Digital
Fecha: 18/07/2025 03:24
Aunque los radares de velocidad homologados en Argentina están conectados a cámaras que capturan una serie de fotografías de cada vehículo que supera el límite permitido en calles o rutas, actualmente hay una gran cantidad de automóviles y motocicletas a nivel nacional que probablemente no recibirán este tipo de infracciones de tránsito, incluso si sus conductores las cometen. Se trata de aquellos autos que, en lugar de tener chapas patente, exhiben las conocidas matrículas provisionales de papel, que la Dirección Nacional de los Registros de la Propiedad Automotor (DNRPA) distribuye a través de sus seccionales en todo el país para permitir que los vehículos 0 km circulen por la vía pública hasta recibir las placas metálicas permanentes. Sin embargo, contrariamente a lo que muchos piensan, el motivo por el cual no se generan fotomultas por exceso de velocidad para estos vehículos no es la incapacidad técnica de los radares para leer la combinación de números y letras en color rojo sobre papel blanco de las matrículas provisionales, sino una cuestión estructural que va más allá del método de detección de la infracción, lo que también podría dificultar que una persona física pueda emitir una multa: la falta de registro de esos vehículos en el sistema. “Nosotros enviamos a los Registros con los que trabajamos el pedido de alta de un vehículo y ellos nos envían el título digital y las matrículas de papel con los datos del auto. Esas placas se adhieren a los vidrios y entregamos el vehículo en esas condiciones”, explican en las concesionarias. “Contamos con un lote de matrículas provisionales y, a medida que llegan las altas, las confeccionamos con los datos del vehículo. Si alguien, por alguna razón, pierde una matrícula y necesita una nueva, no se le asigna el mismo número que tenía, sino el que sigue en el talonario que poseemos”, indican desde un Registro Automotor del interior del país. En efecto, la emisión de una matrícula de papel es un trámite que se efectúa en las 1.553 dependencias del Registro de la Propiedad Automotor diseminadas por todo el país, cuando se registra por primera vez un auto o moto 0 km. Cada registro tiene un lote de estos documentos provisionales que deben incorporar los datos del vehículo que los llevará, como marca, modelo, número de chasis y número de motor, así como el folio en el que se registra. Sin embargo, una vez que son liberados para su uso, esa información no se introduce en el sistema como el dominio del vehículo, ya que éste cuenta con la identificación definitiva asignada, es decir, su número de patente. La información permanece en la dependencia donde se realizó el trámite. Así, aunque una cámara de fiscalización de velocidad detecte el paso de un vehículo en infracción y tome una fotografía donde se pueda leer la información de la matrícula provisoria, para las autoridades será muy difícil emitir la multa debido a la falta de información sobre la identidad del titular del auto o moto al que se debe enviar la notificación. La única forma de obtener esos datos sería identificar en qué Registro Automotor se emitió esa matrícula provisoria, acudir a esa dependencia o comunicarse con ella por otros medios, solicitar los datos filiatorios del titular de esa patente de papel, ingresar la información manualmente y emitir la infracción. Teóricamente, ese proceso es posible; existe un modo de multar a un vehículo con matrícula provisoria, pero su implementación resulta muy compleja, dado que esas matrículas pueden haber sido emitidas en cualquier jurisdicción del país. Debido a la cantidad de autos sin chapas definitivas y la extensión del territorio, cada búsqueda podría requerir mucho tiempo y recursos humanos para obtener la información. “Esas multas no se realizan; es casi imposible rastrear el auto, incluso si se pudiera leer correctamente la matrícula de papel, porque en el sistema nacional cada auto está ingresado con su dominio, que no corresponde a esa placa provisoria, sino al número de la patente de chapa que tendrá cuando se le entregue”, confirmaron desde uno de los organismos de control municipal de la provincia de Buenos Aires. “En el caso de las motos, la situación es aún más precaria, puesto que como no se puede colocar una placa de papel, solo se emite un permiso de circulación que contiene los datos de la persona y del vehículo, pero que no es visible”, señalaron desde un Registro del Automotor de motovehículos. Cómo funcionan los radares Los radares homologados en el Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI), que son los únicos autorizados para emitir infracciones por exceso de velocidad, operan mediante un sistema de detección de velocidad colocado en el pavimento a través de sensores denominados espiras. El principio básico de funcionamiento consiste en medir el tiempo transcurrido entre la detección de un vehículo al pasar sobre estos sensores, lo que permite obtener dos medidas independientes del vehículo objeto de la medición. Las fotografías se almacenan en una memoria SD, a la que se puede acceder tanto por WiFi como retirando la tarjeta del equipo. Una vez que se obtiene la información encriptada de los registros de velocidad y las fotos correspondientes, se emiten las multas. Este proceso no es automático, sino que lo llevan a cabo personas físicas. Por lo tanto, si el vehículo presenta una matrícula de chapa o una provisoria de papel que sea legible en la imagen, se puede elaborar la infracción. Sin embargo, dado que la mayoría de los vehículos tienen los vidrios posteriores polarizados, donde debe colocarse la matrícula de papel desde el interior, si la tonalidad excede la permitida por la Ley Nacional de Tránsito 24.449 (que establece que se puede tonalizar hasta un 30% las ventanas laterales y hasta un 25% en el parabrisas y luneta), es posible que las matrículas no sean fácilmente legibles. Las matrículas de papel Las matrículas de papel son un instrumento provisional que históricamente se otorgó al comprar un vehículo cero kilómetros en Argentina. Aunque su validez podía ser de hasta 30 días, generalmente se empleaba en un lapso más breve, entre 7 y 10 días, mientras se tramitaba el alta en un Registro de la Propiedad Automotor, desde donde se emitían el título de propiedad, la cédula de identificación del automotor, conocida como cédula verde, y las patentes metálicas que se fijan en la carrocería de los vehículos. No obstante, debido al retraso que experimentó la Casa de la Moneda desde 2023, primero para importar materiales necesarios para fabricar las chapas por falta de dólares, y luego, en 2024, por la decisión del gobierno nacional de eliminar el monopolio de esa empresa para que fuera la única capaz de confeccionar todo el material registral de los vehículos que circulan por la vía pública, el parque automotor argentino comenzó a enfrentar una escasez de chapas metálicas. Esto llevó a las autoridades del Ministerio de Justicia a extender la validez de las matrículas provisionales hasta 180 días. Actualmente, la nueva empresa encargada de producir placas metálicas, Tonnjes Sudamericana S.A., está imprimiendo chapas a un ritmo sostenido para restablecer el flujo de matrículas en el menor tiempo posible. No obstante, esta tarea probablemente demandará aún varios meses, dado que al stock de chapas atrasadas, que supera las 600.000, se suma un mercado automotor que registra ventas un 80% por encima de las cifras de 2024, con casi 55.000 automóviles y otras 40.000 motocicletas vendidas al mes.
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