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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 18/07/2025 02:41
El Hospital Antonio J. Scaravelli de la localidad mendocina de Tunuyán donde fue hospitalizado el bebé Un incendio iniciado por la falla de un caloventor obligó a la evacuación de un domicilio y la atención médica de un bebé de un año en una vivienda del barrio Venezuela, en Tunuyán, Mendoza, durante la madrugada del jueves. Bomberos y personal de emergencia controlaron la situación y el menor fue dado de alta tras permanecer en observación. El hecho se desencadenó mientras la propietaria de la casa intentaba conciliar el sueño junto a su hijo pequeño. Al advertir la explosión y las primeras llamas, solicitó asistencia de los servicios de emergencia, lo que permitió controlar la situación antes de que se agravara. El llamado de alerta ingresó a la línea de emergencias durante la madrugada. La propietaria, una joven de 20 años, relató a los efectivos policiales que “intentaba dormir con su hijo de un año y en un momento un caloventor que tenía encendido provocó una explosión”. Cuando la policía y los bomberos llegaron al domicilio, la situación ya había sido parcialmente controlada, pero aún existía preocupación por el estado de salud del niño. La dueña indicó que, tras la explosión, se generó un principio de incendio que alcanzó prendas de vestir en la habitación. Las llamas no avanzaron más allá gracias a la rápida intervención de ella y de los vecinos del lugar, por lo que no se reportaron daños estructurales graves, según informó el portal del diario Los Andes. Uno de los aspectos que más inquietud generó entre los testigos fue la condición del bebé de un año, quien durante el incidente estaba en el mismo ambiente donde se produjo la explosión y el incendio. Por precaución, personal médico lo trasladó al hospital Scaravelli para una revisión completa. Desde la institución confirmaron más tarde que el niño presentó un estado general bueno y no requirió mayores intervenciones. Los médicos descartaron afecciones por inhalación de humo o daños derivados del fuego. En horas de la mañana, el pequeño recibió el alta tras permanecer en observación por prevención. La joven madre también fue asistida en el lugar y no presentó lesiones. La principal hipótesis es una falla técnica en el aparato calefactor. Al sobrecalentarse, habría producido la explosión y el posterior inicio del incendio. Los especialistas recomendaron verificar el estado y correcto funcionamiento de los artefactos eléctricos para evitar incidentes similares. El caloventor de la casa habría provocado el incendio (Crédito: Freepik) Con la llegada del frío, los hogares comienzan a incorporar distintos métodos de calefacción para enfrentar el descenso de la temperatura. Entre las opciones más utilizadas se encuentran los calefactores eléctricos portátiles, cuya practicidad los convierte en una elección frecuente. Sin embargo, su uso requiere atención y criterios claros para evitar riesgos eléctricos, sobrecalentamientos o un consumo energético excesivo. Cuidados para su uso Uno de los errores más habituales es utilizar un calefactor con una capacidad que no se ajusta al tamaño del espacio. Un modelo de baja potencia en una habitación amplia puede consumir más energía sin calentar adecuadamente. En sentido inverso, un aparato demasiado potente en un espacio reducido puede generar temperaturas excesivas y resultar incómodo. Para una elección adecuada, es recomendable revisar la potencia del equipo. Como referencia, un calefactor de 1.000 vatios es suficiente para áreas de hasta 15 metros cuadrados. Colocar el calefactor cerca de elementos combustibles, como cortinas, muebles o alfombras, representa un riesgo de incendio. También lo es ubicarlo sobre superficies inestables o no resistentes al calor. La instalación correcta implica situar el aparato sobre una base plana, firme y alejada al menos un metro de cualquier objeto inflamable. En viviendas con niños o mascotas, se aconseja utilizar protectores físicos que impidan el contacto accidental con el equipo. La acumulación de polvo o residuos puede afectar el rendimiento del calefactor y provocar olores desagradables o incluso la emisión de humo. Los filtros y rejillas deben ser higienizados de forma periódica. Dejar el calefactor encendido mientras se duerme aumenta el riesgo de accidentes, sobre todo en caso de sobrecarga eléctrica o caída del dispositivo. Además, puede afectar la salud debido a la resequedad ambiental o la exposición prolongada al calor.
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