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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/07/2025 20:57
El responsable del crimen más recordado del Territorio del Norte murió en custodia (AP) Bradley John Murdoch, conocido como el “asesino del desierto”, falleció a los 67 años en el hospital Alice Springs de Australia, después de pasar sus últimos días bajo custodia y acompañado por un diagnóstico terminal de cáncer de garganta. El apodo que lo marcó ante la opinión pública surgió por el crimen que conmocionó a dos países: el asesinato del mochilero británico Peter Falconio, ocurrido en 2001. El caso, de alto perfil mediático, generó una cobertura masiva en Australia y el Reino Unido, y convirtió a Murdoch en una figura central de una de las investigaciones criminales más recordadas de las últimas décadas. La noticia de su muerte, confirmada por el Departamento de Correcciones del Territorio del Norte, reavivó el dolor de la familia de Falconio. Murdoch nunca reveló un dato crucial que podría haberles traído algo de alivio: el lugar donde ocultó el cuerpo del joven, cuya desaparición todavía carece de cierre para sus seres queridos, según informó ABC News. Inmediatamente después de la desaparición, la familia Falconio y Joanne Lees —la novia del mochilero y testigo clave del crimen— quedaron expuestos a una tormenta mediática de gran magnitud que cruzó fronteras y alimentó años de atención pública sostenida. El joven británico desapareció mientras recorría una ruta desértica junto a su pareja (AP) La prensa y la opinión pública pusieron en el centro del debate a Lees, quien relató su fuga desesperada, pero también tuvo que afrontar tratativas policiales y mediáticas en las que fue considerada sospechosa, según su propio testimonio recogido en ABC News. La investigación resultó particularmente compleja por la inmensidad del territorio. Las autoridades llegaron a registrar más de 600 sospechosos y casi 700 vehículos posibles, mientras la falta de hallazgos acentuó el sufrimiento de los Falconio, como relató The Mirror La historia del caso El 14 de julio de 2001, Peter Falconio, un mochilero británico de 28 años originario de Huddersfield, Yorkshire, recorría Australia junto a su novia Joanne Lees en una clásica ruta de viaje por carretera, usando una kombi Volkswagen T2 de color naranja. La pareja, que llevaba varios meses visitando países de Asia y Oceanía, y atravesaba el extenso Stuart Highway, un tramo árido y solitario del Territorio del Norte, a más de 250 kilómetros al norte de Alice Springs, en dirección a Darwin. La víctima emprendió un viaje de meses por Asia y Oceanía previo al ataque (AP) Según consigna 9 News, fue allí donde su viaje se detuvo abruptamente y comenzó una de las historias criminales más recordadas de Australia. La noche de los hechos, mientras conducían, fueron alcanzados por un hombre que manejaba una camioneta tipo “ute” blanca con toldo verde, luego identificado como Bradley John Murdoch, un mecánico australiano de 43 años, con historial criminal y actividades como traficante de drogas interestatal, según indica CNN. Murdoch hizo señales a la pareja para que se detuvieran, advirtiendo que había visto supuestas chispas bajo su vehículo. Según Mirror, Falconio descendió del automóvil en el tramo desértico y oscuro cerca de la localidad de Barrow Creek para revisar junto a Murdoch, mientras que su novia Joanne Lees permanecía en el asiento del conductor esperando instrucciones sobre si debía acelerar el motor. El procesamiento judicial generó amplio interés en medios de dos continentes (Captura de video) En ese momento, Lees escuchó un fuerte disparo y ya no volvió a ver a su novio, según declaraciones recogidas por ABC News Acto seguido, Murdoch, quien medía 1,93 metros y resultaba imponente tanto por su físico como por su violencia, se dirigió a Joanne Lees. La amenazó, la ató las manos detrás de la espalda con bridas plásticas y un cable eléctrico, y le cubrió la cabeza. Según su testimonio en el juicio y posteriormente en su libro “No Turning Back”, Murdoch la introdujo en la parte posterior de su camioneta con claras intenciones de secuestrarla y posiblemente matarla, según ABC News. El atacante utilizó un cable eléctrico negro y bridas para inmovilizar a Joanne Lees (Reuters) Mientras el asesino se encontraba fuera de su vista, probablemente moviendo el cuerpo de Falconio, como intuyó Lees por el ruido de algo pesado arrastrándose contra la tierra, ella aprovechó un descuido para forcejear, quitándose parcialmente las ataduras y logrando escapar. Descalza y aterrada, Lee corrió y se ocultó entre los arbustos del desierto durante al menos cinco horas, mientras Murdoch, acompañado de su perro y usando una linterna, rastreaba la zona infructuosamente para hallarla, según la reconstrucción brindada por Mirror Al amanecer, y tras permanecer oculta mientras el agresor patrullaba la carretera y el área circundante, Joanne Lees logró reunir el coraje suficiente para salir de su escondite y pedir auxilio. Consiguió detener a un camionero que circulaba por la misma ruta; ese conductor la llevó de inmediato a buscar ayuda y a dar aviso formal a las autoridades de Barrow Creek, encendiendo la primera alarma de lo que pronto se convertiría en una investigación internacional cubierta por medios de Australia y el Reino Unido. Murdoch siempre negó su responsabilidad, incluso tras recibir diagnóstico terminal (AP) La policía halló sobre la carretera una pequeña mancha de sangre perteneciente a Falconio, pero nunca encontró el cuerpo ni evidencias mayores en el lugar del ataque, un hecho que, junto a lo inhóspito y desolado del desierto australiano, dificultó la búsqueda y alimentó incertidumbres durante años, según explica Daily Mail. Las autoridades desplegaron grandes operativos, analizaron cientos de sospechosos y vehículos de la zona, y durante largo tiempo la única versión sólida fue la de la sobreviviente. La ausencia de rastros de Falconio implicó que la figura del responsable fuera durante meses incierta. Sin embargo, la investigación policial dio un giro en 2003, cuando Murdoch se encontraba involucrado en otro proceso penal por supuestos delitos de violación y secuestro en Australia Meridional. Al momento de su detención, las autoridades hallaron entre sus pertenencias un recorte periodístico sobre el atentado a Falconio. Paralelamente, Joanne Lees reconoció con total certeza la imagen de Murdoch entre un conjunto fotográfico presentado por las fuerzas de seguridad. El juicio final La pareja viajaba en una Volkswagen T2 naranja, emblemática en la ruta australiana (Reuters) El caso llegó a juicio penal en octubre de 2005, con niveles de atención mediática inéditos en el territorio australiano. Fue sentenciado a cadena perpetua con un mínimo de 28 años sin acceso a libertad condicional, y nunca durante las dos décadas siguientes confesó su crimen ni indicó qué hizo con los restos de Falconio, según informó CNN El paradero del cuerpo del británico permanece sin esclarecerse y la familia del joven mochilero continúa pidiendo, hasta el día de hoy, que alguien rompa el silencio y revele la verdad, según Daily Mail.
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