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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 16/07/2025 18:43
La cancha de Lanús y Ángel Di María, motor de la movida El 10 de junio de 2013, Estudiantes recibía a Lanús en el Unico de La Plata. Un rato antes del comienzo del encuentro, en las inmediaciones del estadio, la barra Granate tuvo algunos cruces con la policía local. El clima estaba tenso y cuando los encargados de las banderas y los bombos comenzaban a ingresar a la popular, se desató una represión inusual. A menos de tres metros de distancia, un efectivo disparó con balas de goma a quemarropa a Javier Gerez, miembro de la Subcomisión del hincha de Lanús. Gerez perdería la vida al instante. Y el fútbol argentino perdería a los hinchas visitantes, ya que tras aquel trágico hecho y en medio de la violencia que se vivía en los estadios, las autoridades de la Provincia de Buenos Aires decidieron que no se jugara más con ambas parcialidades en su jurisdicción. Y la AFA a los pocos días hizo extensiva esa sentencia para todo el país. La Argentina pasaba a ser el único lugar del mundo donde el fútbol se jugaría solamente con simpatizantes locales. Un par de meses después, en julio de ese año, se intentó una prueba piloto para que volviera el visitante. Se armó un triangular de invierno entre Estudiantes, San Lorenzo y Boca. La experiencia terminó muy mal: la interna de La Doce explotó en la previa del partido en el Nuevo Gasómetro y dejó dos muertos. Ya no habría más chances. Las dos parcialidades sólo sobrevivieron en la Copa Argentina. Pero no en la Liga local y mucho menos en el Ascenso, cuya prohibición regía desde la Promoción del torneo 06/07, cuando en el partido Chicago Tigre una emboscada de la gente de Mataderos terminó con la vida de Marcelo Cejas, asesinado a pocos metros del estadio. Hubo algunas excepciones como la chance de que River llevara su gente cuando jugó en el Nacional B y la picardía de poner entradas para neutrales en partidos en el Interior. Pero oficialmente, nada. Pero eso podría empezar a cambiar: este jueves al mediodía se oficializará que, por primera vez en estos 12 años, habrá público visitante en un partido de Liga en Provincia. Será en Lanús frente a Rosario Central, programado para este sábado a las 16.30. Porque la vuelta de Ángel Di María todo lo puede. Tanto la AFA como las autoridades de Seguridad hablan de una prueba piloto. En realidad, son varios los puntos que terminarán de acordar en el cónclave citado para las 12 horas de este jueves en el centro de monitoreo de la Policía Bonaerense en el predio de la autopista Ricchieri, a metros del Puente 12. Allí estará el ministro de seguridad bonaerense Javier Alonso, el presidente de la AFA, Claudio Chiqui Tapia, Nicolás Russo y Gonzalo Belloso, titulares de Lanús y Rosario Central respectivamente; y el hombre que dirige el organismo de seguridad deportiva provincial, el Aprevide, Guillermo Cimadevilla. Las condiciones para que se pueda llevar adelante la medida es que sean 7000 las localidades para el visitante (Central pretendía 12.000, tal la capacidad de la tribuna del estadio granate), que la barra y las filiales no puedan venir en micros escolares, sino en ómnibus de larga distancia sin que puedan hacer paradas intermedias entre la salida de Rosario y la llegada al estadio, por miedo a robos en los paradores de las estaciones de servicio o enfrentamientos con hinchas de otros equipos que puedan estar trasladándose a diferentes estadios; y que tampoco puedan traer banderas de cualquier tamaño. Este último punto tiene que ver con que la Seguridad considera que a veces puede haber emboscadas a hinchas comunes para robarles las mismas y eso provocar incidentes. Si todos aceptan estas condiciones, habrá luz verde, algo que se descuenta, aunque falta la formalización. ¿Significa que si sale bien esta prueba volveremos a tener fútbol con visitantes en todos los encuentros? La respuesta lamentablemente es negativa. En principio, las autoridades de Provincia sólo aceptaría un encuentro por fecha y se podrían estirar a uno por día en caso de que se vayan jugando partidos sin ningún incidente. Pero no más que eso. La decisión del Ministerio es darle lugar al fútbol con ambas hinchadas, pero sin descuidar la cantidad de efectivos que patrullan las calles y para volver al viejo esquema deberían traer muchos oficiales desde otras jurisdicciones y esa idea está en principio descartada. Un operativo como el de Lanús-Central utilizará alrededor de 20 por ciento más de efectivos que si solo jugaran con público local, lo que no parece un número tan grande porque serían cerca de 70 hombres más, pero si eso se multiplica por todos los encuentros del fin de semana el número varía y bastante. Obvio que lo que se discute tiene que ver con la Liga Profesional. Para las categorías de Ascenso nadie prevé cambiar el status quo reinante. Por otro lado, hay resistencia de los clubes que tienen su estadio todo abonado a darle lugar a los simpatizantes rivales. Con Boca y River a la cabeza, nadie piensa en sacarles butacas a sus propios socios para ofrecerlas al visitante. “Es antipático y por eso no lo vamos a blanquear, pero darles tres mil entradas al visitante significa poner además dos pulmones para que no se mezclen con los locales, entonces lo que sacás son casi seis mil localidades. No está en nuestros planes”, admite un dirigente de uno de esos clubes a Infobae. Así planteadas las cosas, puede que no haya reciprocidad y entonces lo que ocurrirá es que algunos clubes recibirán por un tema de recaudación a la hinchada rival, aunque después no puedan concurrir en el partido revancha. De hecho, que Lanús le dé 7000 tickets a 23000 pesos, que es lo que vale la popular a Central, no garantiza que cuando jueguen el próximo año en Arroyito la situación sea equivalente. Eso está por verse, ya que Central es otro de los clubes cuyo estadio está ocupado por locales al 100 por ciento. Habrá además una recomendación muy fuerte mañana mismo para la gente del Canalla. “Si hay un incidente, por menor que sea, a Provincia no vuelven más”, le dijo un funcionario a este medio. Porque todos quieren el rédito del fútbol tal como se jugó hasta 2013, pero nadie quiere pagar el costo de que se produzcan imágenes de enfrentamientos como las de antaño. Será entonces un primer paso. Empujada por la fiebre de los hinchas de todos los equipos por ver a Di María, la Liga probará lo que nunca debió haber perdido. Y, si sale bien, probablemente sea la puerta para regresar paulatinamente al fútbol con dos hinchadas. Y si eso sucede, Angelito podrá colgarse otra estrella en su pecho. Y quizás estemos hablando de la más importante de todas.
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