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  • Pablito Viajero cumplió su sueño y llegó a Alaska en su "Econo" desde Argentina

    Parana » Uno

    Fecha: 15/07/2025 23:58

    Pablito Viajero documentó el recorrido desde Ushuaia y demoró cinco años y medio en lograrlo. Comentó que seguirá su travesía hasta Deadhorse. Después de cinco años y medio, una pandemia y miles de kilómetros recorridos a bordo de su inseparable Honda C90, apodada cariñosamente "Econo", Pablo Imhoff, conocido en redes como Pablito Viajero, cumplió el sueño que lo había llevado a dejar su Santo Tomé natal: llegar a Alaska . Pero más allá de la hazaña, fue su reflexión sobre los miedos y las decisiones que marcan la vida la que conmovió a sus seguidores. La hazaña de Pablito Viajero Después de haber recorrido el país, con las Islas Malvinas incluidas, durante el Proyecto Argentina, Pablo partió hacia Ushuaia en 2019 para iniciar el llamado Proyecto Alaska. Siempre supo que el viaje iba a ser más que kilómetros y paisajes. Pablito Viajero 2 Pablito Viajero arrancó desde Ushuaia hace cinco años y medio. Lo que no imaginó fue todo lo que vendría después: una cuarentena inesperada en Tierra del Fuego, reparaciones complejas de su moto en Perú y Ecuador, y la pérdida de su padre mientras cruzaba Colombia. Cada etapa del recorrido fue también una prueba personal. “Miedos van a surgir en todo momento” En su último video, grabado apenas después de cruzar la frontera a Alaska, Pablo hizo un balance emocional de estos años en la ruta. “Fue mucho más difícil de lo que pensaba. Por momentos estuve al límite en este viaje”, confesó. Y aunque muchas de esas situaciones no quedaron registradas en sus redes, él mismo contó que hubo ocasiones en las que pensó en abandonar. “No estaba mal si abandonaba, pero le puse mucho esfuerzo, muchas ganas, y pude salir adelante”. La clave, según Pablito, estuvo en no dejar que los miedos ganaran. “Los miedos no desaparecen. Hay que enfrentarlos, sobrellevarlos, aprender de ellos. Si no hubiese enfrentado esos miedos, imagínense todo lo que me hubiese perdido”, dijo emocionado, ante una cámara que lo mostró más vulnerable que nunca. Pablo remarcó que su historia no busca motivar solo a quienes sueñan con recorrer el continente en moto. “Cada persona tiene que descubrir cuál es su sueño, cuál es su propósito en la vida e ir tras eso”, reflexionó. Según él, la vida se trata justamente de eso: identificar lo que uno quiere y atreverse a perseguirlo, aunque dé miedo. Mientras celebraba la llegada a su destino final, a bordo de una moto que tampoco estaba diseñada para semejante travesía, Pablo dejó en claro que el riesgo, las dificultades y las renuncias formaron parte del recorrido, pero que todo valió la pena. “Las cosas que me hubiese perdido” Esa frase, que cerró su monólogo, sintetiza el espíritu de la aventura y el mensaje que busca dejar: los miedos son inevitables, pero lo realmente trágico es todo lo que uno se pierde si les permite ganar. Desde Santo Tomé a Alaska, en una Honda C90 modelo 1992, Pablo Imhoff demostró que los límites suelen estar más en la cabeza que en el camino. Y que, como en su caso, basta animarse para comprobarlo.

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