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Parana » Adn21
Fecha: 15/07/2025 00:03
En el Gobierno afirman que la disputa “no afecta” las negociaciones con la administración republicana; temen por una “cuña” en el Mercosur Por primera vez en mucho tiempo, y a diferencia de lo que ocurre en la política local, los que se pelean son otros, y es el gobierno de Javier Milei el que apuesta al consenso para conseguir un acuerdo ventajoso. Desde la Casa Rosada y la Cancillería que encabeza Gerardo Werthein miran con detallada atención la reciente pelea entre su principal aliado estratégico, el presidente de Estados Unidos Donald Trump, y su principal socio regional, su par brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, con quien Milei ensayó hace unos días una especie de tibio deshielo durante la última reunión de mandatarios del Mercosur. En el Gobierno creen que la pelea comercial por los aranceles entre Trump y Lula-centrada en la amenaza del norteamericano de imponer una brusca suba de un 50 por ciento en los aranceles a cada producto brasileño a partir del 1 de agosto-no toca sus propias negociaciones con el presidente republicano. Es más: los funcionarios aseguran que la disputa puede potenciar aún más las negociaciones entre Estados Unidos y el Gobierno, que ya logró de sus pares del Mercosur el permiso para negociar 50 exenciones extra al Arancel Externo Común (AEC), una barrera común al ingreso de productos importados al bloque regional. “Estamos afuera de esa pelea, y vamos por caminos paralelos (con Trump)”, comentaron fuentes del Palacio San Martín. El hasta hace días secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Luis María Kreckler, y su flamante sucesor, el ex embajador en Alemania Fernando Brun, coordinan por estas horas, y a pedido de Werthein, las negociaciones entre ambos países, que ya tuvieron varias instancias presenciales en Washington. En medio del cerrado hermetismo, y aunque el optimismo es la sensación predominante, la certeza de los negociadores argentinos es que el acuerdo dependerá, en gran medida, de la decisión de Trump, quien discute nada menos que con 170 países los regímenes arancelarios a ser aplicados para sus productos hacia el mercado norteamericano, con un diez por ciento como piso de suba de aranceles. “Se está trabajando, hay un acuerdo de confidencialidad y no podemos hacer comentarios”, afirmaron a LA NACION altas fuentes de la Cancillería en torno a la discusión con Estados Unidos. Para el Gobierno, las noticias que llegaron en las últimas horas desde Washington tuvieron un sabor agridulce. El martes de la semana pasada se encendieron las alarmas cuando Trump avisó que el Departamento de Comercio anunciaría aranceles del 50% al cobre y sus derivados-lo cual perjudica a Chile y en menor medida a la Argentina-, a productos farmacéuticos y semiconductores, dijo Trump. Los aranceles farmacéuticos podrían alcanzar el 200%, dijo Trump, y agregó que Estados Unidos incluirá “un período de implementación gradual” en su plan para ese sector. De todos modos, la pelea entre Trump y Lula-sorprendente por el tono de pirotecnia verbal, con reproches cruzados económicos y también políticos, que comenzaron con la acusación al brasileño de haber maltratado a su antecesor, Jair Bolsonaro-posiciona según el Gobierno y distintos analistas al país aún más como un aliado de privilegio ante la primera potencia mundial. “Esto marca que Trump pone el foco en Milei para una alianza estratégica regional. El arancel del 50 por ciento es una muestra de mucha distancia diplomática y política, Brasil al principio estaba en el 10 por ciento estándar igual que Argentina”, afirmó a LA NACION el consultor y experto en comercio exterior Marcelo Elizondo. “Esto deja en mejores condiciones a la Argentina, un país amigo en la región, en medio de negociaciones que por lo que se dice estarían avanzando”, completó el consultor. Un refuerzo para ese respaldo al gobierno libertario llegó el miércoles, con el mensaje enviado por el secretario de Estado, Marco Rubio, una comunicación plena de elogios a la administración libertaria. “Valoramos nuestros sólidos lazos con la Argentina, un socio de confianza en la promoción de los valores democráticos en todo el mundo y un aliado contra los regímenes tiránicos en nuestra región. Esperamos continuar nuestra asociación con el gobierno del presidente Milei para generar mayores oportunidades tanto para el pueblo estadounidense como para el argentino”, escribió Rubio en su carta, agradecida vía diplomática y en redes sociales por el canciller Werthein. Trump -quien el 2 de abril pasado lanzó una guerra comercial con el llamado “Día de la Liberación”, en pausa parcial desde hace 90 días- empezó el lunes a enviar cartas a diversos países en las que comunica los gravámenes que se les aplicarán a partir del 1° de agosto próximo. “Que aún no nos haya llegado una carta a nosotros es una señal”, afirmaron fuentes diplomáticas al tanto de la negociación. Unas cien posiciones arancelarias, un 80 por ciento del comercio bilateral, serían la base del acuerdo, según versiones extraoficiales, aunque la continuidad del Mercosur aparece, entonces, envuelto en interrogantes. ¿Cómo queda la relación bilateral con Brasil? “Claramente esto metería una cuña en el Mercosur, quedan Brasil y Argentina en una diferencia de trato muy diferente departe de Estados Unidos”, dijo Elizondo, aunque desde Brasil destacan que el vínculo “no está tan frío” como hace unos meses, y remarcaron que se lograron avances conjuntos como el acuerdo de libre comercio con los países que componen el Efta. Mientras negocian en conjunto acuerdos con la UE, Argentina y Brasil toman rumbos opuestos en relación a Trump. Lula, que le contestó duramente a Trump, se muestra cercano a China y apuesta al desarrollo de los Brics, que también integra la Rusia de Vladimir Putin, mientras Milei se despega de la disputa y espera sacar dividendos de su alianza incondicional con Washington.
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