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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 14/07/2025 04:54
Una mirada sesgada de la educación profundiza las brechas de aprendizaje entre mujeres y varones (Imagen Ilustrativa Infobae) No es tu género, es tu sociedad y su historia las que hacen que aún se continúen perpetuando percepciones -incluso en ámbitos académicos- como que los varones tienen una “habilidad superior o innata” para ciertos conocimientos. “Los niños no lloran”, “las niñas son más tranquilas”,y otras frases que pueden parecer inocentes, pero que lo único que hacen es colisionar de lleno en la formación de una falsa identidad binaria sobre lo que sí es posible y lo que no. Diversos estudios recientes ponen el foco en esta brecha de género que suele observarse al analizar el desempeño de niños y niñas en áreas de ciencias y matemáticas. Si bien las mujeres tienen mejor tasa de finalización de la educación secundaria, son quienes quedan impactadas por tareas de cuidado y trabajo doméstico que rivalizan con sus estudios, dedicación y profesionalización (Imagen Ilustrativa Infobae) El inicio y el estereotipo En un estudio liderado por la psicóloga cognitiva Elizabeth Spelke que fue publicado por la revista Nature y titulado “La rápida aparición de una brecha de género en matemáticas en primer grado” se destaca de manera clara que estas disparidades que suelen observarse forman parte de una internalización del estereotipo sociocultural de que las “niñas son malas en matemáticas”. A partir de una investigación realizado a lo largo de más de cuatro años en Francia -con un alcance de 2.653.082 niños y niñas- se analizaron los desempeños en lengua y matemáticas y se observó que en el momento de ingresar en la escuela el rendimiento era similar entre ambos géneros, pero tras tan solo cuatro meses de escolarización los varones comenzaron a mostrar un diferencial que los ubicaba por sobre las niñas en cuanto a las matemáticas. En marzo de 2025 la University College London (UCL) también puso el foco en este “gap” entre niños y niñas en Gran Bretaña con respecto al rendimiento en “ciencias duras”. Entre los factores diferenciales se mencionan “La confianza, el sentimiento de pertenencia y el ausentismo” y son los varones quienes suelen ser animados a desarrollarse en las ciencias. La UNESCO destaca que si bien son las mujeres quienes tienen la mejor tasa de finalización de la educación secundaria -e incluso engrosan las matrículas de las universidades- son quienes quedan impactadas por tareas de cuidado y trabajo doméstico que rivalizan con sus estudios, dedicación y profesionalización. También son las que más sufren el llamado “síndrome del impostor” y esa idea de no “sentirse 100 % capaces de alcanzar el éxito o el rendimiento esperado” La brecha en matemáticas aumenta con las imposiciones sociales. (Imagen Ilustrativa Infobae) El techo de los números Spelke, quien desde hace décadas trabaja en romper el mito del género como diferencial, reflexionó ya en 2005 que “Si realmente existieran diferencias biológicas, quizá las observaríamos en la infancia”. Ese mismo año presentó una crítica reseña en la revista American Psychologist para demostrar que se trata de imposiciones socioculturales y desde hace unos años trabaja junto a Esther Duflo, profesora de economía del MIT y premio Nobel, en un análisis de trazabilidad del estudio de las matemáticas y ciencias en cuatro estados de la India analizando el desempeño en la primera infancia. Además del primer impacto diferenciador entre niños y niñas tras cuatro meses de escolarización, el segundo gran salto se observó- cuadruplicando la diferencia de desempeño a favor de los varones- en segundo grado, y ampliándose nuevamente en cuarto grado para escalar en sexto grado. Sin embargo, estos diferenciales no ocurrieron en el caso de la enseñanza de lengua; donde en un comienzo las niñas presentaban un diferencial y luego la brecha tendió a igualarse a lo largo de la escolarización. Otro de los hallazgos subrayados es que la brecha en matemáticas aumenta con la escolarización y no con la edad poniendo el foco en el rol de las instituciones educativas, los métodos de enseñanza y las imposiciones sociales.
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