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» Elterritorio
Fecha: 13/07/2025 10:51
Informáticos autodidactas, de oficio, que contienen la obsolescencia programada y buscan acortar la brecha digital, generar nuevos paradigmas de consumo y de habitar la internet domingo 13 de julio de 2025 | 6:05hs. Con nuevas ideas, se hacen demos en aparatos antiguos. Foto: Marcos Isaac Con El Eternauta resucitado en modo superhéroe más argento que nunca, no sólo la nostalgia de ‘lo viejo funciona’ se puso en auge, sino importantes valores sociales de cómo nos conectamos; esta idea de que ‘nadie se salva solo’. Y, conjugando estas dos visiones, Cybercirujas dice presente en Misiones para abrir el debate sobre las formas de consumo tecnológico, para potenciar la reflexión sobre lo ético y social, los derechos y protección legal, impulsar el software libre y acortar la brecha digital, entre algunos de sus manifiestos. El movimiento surgió en pandemia cuando quedó al descubierto la desigualdad digital imperante. Con esa realidad, el activismo tecnológico emergió especialmente en Caba y Córdoba y después fue explotando en distintos puntos del país. Soldán, uno de los presentes en esa génesis citadina, llegó a la Tierra Colorada y trajo consigo todo este bagaje cybercirujero. Soldán es maestro, se dedicó -hasta su llegada a Misiones en 2023- a enseñar a pequeños de nivel primario. Pero la afición por la informática le vino desde muy chico, junto a su hermano comenzó a armar y desarmar equipos, a entender sobre las competencias del software y el hardware. Precisamente en la primera experiencia laboral en su Campana natal, comenzó a interiorizarse y militar por el software libre. Hoy, desde Itaembe Guazú, sigue vinculado con la red que él mismo ayudó a gestar en plena pandemia, y aunque todavía no tiene un desarrollo activo neto, impulsa constantemente esta idea de repensar las formas de conectarnos. “Tiene que ver con lo viejo funciona sí, porque en mi primer trabajo informático descubrí Linux, ese sistema operativo abierto, comunitario que tiene otro paradigma de cómo funciona el software en las computadoras. Hace que la cosa sea libre y colectiva. No es solamente vender una aplicación como es Windows o cualquiera de esas, sino otro sustento filosófico, el de compartir”, comenzó contando el joven. Bajo estos conceptos se mueve y sostiene la práctica cyberciruja de distintas maneras en el país, con la feria universitaria en Córdoba, las demo party y los reciclajes en Caba, por mencionar algunas. El movimiento nuclea personas de diferentes ámbitos, no sólo técnicos, académicos y afines a la informática o los videojuegos, sino de todo tipo ya que hay gestiones artísticas, de logísticia, de tender redes. Tal como menciona Soldán a veces no es solo reparar una máquina sino hacérsela llegar a otro. En definitiva, estos activistas reparadores vienen a plantear un debate más allá de si estamos o no en internet, si estamos o no ‘enredados’, sino cómo habitamos los espacios digitales. Entre los ejemplos cotidianos de la resistencia de Soldán, en su oficina hay una vieja Raspberry Pi que oficia de servidor casero: desde ahí escucha música, proyecta en la tele, navega. Y mientras cuenta las semanas para ser papá y no deja de estar atento al mundo de la legislación en torno al mundo informático, el nacido en los albores de los 90 proyecta un nuevo encuentro Cyberciruja, como el que hubo en octubre en el Cidade. Esta vez quizás le sume otra faceta suya y aproveche para presentar el tercer número del fanzine que edita con un amigo actualmente en Italia. Mientras, reflexiona sobre cuestiones básicas como la idea de que la pantalla en clase tiene que tener un sentido y objetivo claro o sino más que sumar resta y la problemática del derecho a la privacidad por sobre la cibervigilancia. En ese sentido destaca que mientras hoy el consumo está perfilado hacia los smartphones, las PC continúan siendo el núcleo que permite trabajar, crear y realizar muchas más tareas que el teléfono, de una manera más eficiente y económica. Teniendo en cuenta que todo el contenido que utilizamos y vemos pasa por no más de 4, 5 plataformas, de prácticamente los mismos dueños, Soldán rescata el concepto de soberanía cognitiva. Ese que enarbola Juan Ruocco sobre la capacidad de una persona, comunidad, nación de controlar y gestionar su propio conocimiento, su pensamiento y sus decisiones. Entre ideas de vanguardia y objetos de antaño -como una Commodore del 83- cybercirujas como Soldán construyen otro paradigma. No es simplemente resistir al descarte sino abrir la jugada para poder crear, más democráticamente, en sociedad. Compartí esta nota:
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