13/07/2025 11:27
13/07/2025 11:27
13/07/2025 11:26
13/07/2025 11:25
13/07/2025 11:24
13/07/2025 11:24
13/07/2025 11:23
13/07/2025 11:23
13/07/2025 11:23
13/07/2025 11:21
Buenos Aires » Infobae
Fecha: 13/07/2025 04:45
En ocho años la cantidad de presos en comisarías creció un 145 por ciento (Foto: CNPT) La cantidad de personas detenidas en comisarías de todo el país creció un 145 por ciento en los últimos ocho años. Pasó de 5.422 presos en 2016 a 13.287 en diciembre de 2023, el último registro oficial. El incremento supera la capacidad de alojamiento en un 36 por ciento, lo que tiene como consecuencia el hacinamiento de personas con mala alimentación, falta de atención médica, denuncias de violencia policial y por lo menos 54 muertes en esos lugares de detención durante 2023. Así surge del informe que elaboró el Comité Nacional para la Prevención de la Tortura (CNPT), un organismo que depende del Poder Legislativo, y fue presentado en la Comisión Bicameral de la Defensoría del Pueblo del Congreso. La CNPT releva la información de todo el país sobre las condiciones de detención en comisarías, alcaidías y unidades penitenciarias. El trabajo tiene 218 páginas y hace un análisis del grave estado de situación que atraviesan los lugares de detención. Uno de los puntos centrales es sobre las personas alojadas en comisarías, sub comisarías, alcaidías y otro tipo de dependencias policiales del país. Las detenciones en comisarías fueron noticia en los últimos tiempos por lo que ocurría en las de la ciudad de Buenos Aires: sobrepoblación y fugas. Pero no son una excepción. Según el informe, desde 2016 hasta fines de 2023 la cantidad de personas alojadas en esas dependencias no dejó de crecer cada año. De 2019 a 2020 se dio el mayor incremento -de 8.257 personas a 11.778- y de 2022 a 2023, el menor -de 13.252 a 13.287-. Pero la cantidad nunca mermó. El crecimiento año por año de la cantidad de presos en comisarías, según el informe de la CNPT El aumento es de un 145 por ciento que contrasta con el de las unidades penitenciarias que en el mismo período fue de 48,5 por ciento. Pero además es una cantidad de detenidos que supera la capacidad de alojamiento. El informe describe que en todo el país hay 1206 establecimientos policiales con capacidad para 9704 personas. Pero a diciembre de 2023 había 13.287: “Esto significa que los lugares de encierro policial funcionaron con un 36,9% de sobrepoblación”. De las 24 provincias del país, 10 tenían sobrepoblación. La provincia de Buenos Aires con un 188 por ciento; Chaco 144 por ciento; la ciudad de Buenos Aires 174 por ciento; La Pampa 151 por ciento; Neuquén 152 por ciento; Salta 109 por ciento; Santa Cruz 113 por ciento; Santa Fe 205 por ciento (el mes pasado el gobierno trasladó a los 400 presos que había en comisarías de Rosario a una nueva cárcel); Santiago del Estero 103 por ciento; y Tucumán 426 por ciento. En Tucumán la capacidad de alojamiento en comisarías es de 489 personas y había detenidas 2086. “Ante la escasez de plazas penitenciarias, en numerosas jurisdicciones las personas son alojadas en comisarías y establecimientos policiales, con frecuencia, por períodos prolongados. Algunas permanecen allí por años, pese a que las estadías en estos espacios deberían durar el menor tiempo posible”, describe el informe. La cantidad de detenidos y la sobrepoblación de cada provincia Las comisarías y las alcaidías son lugares de detención transitoria. Las personas deberían estar 48, 72 horas hasta que se defina su situación y si deben continuar detenidas, pasar a una cárcel. Pero eso no ocurre. Hay personas detenidas en comisarías por años, inclusive ya condenadas. Pero esos lugares, señala el informe, “no cuentan con infraestructura, servicios, tratamiento ni personal idóneo para permanencias extendidas” y en contra de lo establecido en estándares nacionales e internacionales, “el alojamiento prolongado de personas en sedes policiales es una práctica habitual y extendida en una porción importante del territorio nacional”. Y también le quita a la Policías personal que tiene que ocuparse de funciones de penitenciarios para la que no están preparados y así relejan las propias, como la de patrullaje y prevención del delito. Este cuadro de situación tiene varias consecuencias en las condiciones de detención. Una es la infraestructura de las comisarias. No solo que están sobrepobladas, sino que no tienen las condiciones para detenciones prolongadas. El informe describe que las celdas no tienen la iluminación ni la ventilación para la cantidad de personas que alojan. La sobrepoblación genera que se usen “patios, pasillos, oficinas, baños u otros sectores” como celdas y que no tienen las condiciones mínimas para eso. Además, las comisarías tienen un “régimen excesivamente estricto” sin lugares o muy escasos para recreación, lo que provoca que los presos están días enteros en los calabozos. Allí también se da que se conviven personas acusadas de delitos graves con otras que están por contravenciones o hechos menores. La sobrepoblación en comisarías es del 36,9 por ciento (Foto: CNPT) “El hacinamiento, a su vez, provoca que las personas privadas de libertad no cuenten con camas, y muchas deban dormir en colchones en el piso, que en varias ocasiones tampoco son suficientes por lo cual se utilizan frazadas. Algo similar ocurre con la falta de sanitarios y, cuando no son suficientes para la cantidad de personas detenidas, utilizan botellas y otros recipientes. La ocupación por encima de la capacidad de los establecimientos acelera el deterioro de los espacios de detención, observable en el estado de paredes, cielorrasos, sanitarios, mobiliario y, de manera preocupante, de las instalaciones eléctricas”, describe la CNPT. La salud es un tema central. Las condiciones de hacinamiento y de falta de condiciones de vida digna generan enfermedades propias de ese contexto: “Se registraron infecciones cutáneas y respiratorias, vinculadas a la humedad, escasez de ventilación, régimen de encierro y hacinamiento; cuadros de malnutrición; infecciones gastrointestinales; entre otros”. La CNPT detalla que las comisarías no tienen sectores médicos propios, por lo que los detenidos tienen que ser trasladados a hospitales. “Tanto las autoridades, como las personas privadas de la libertad, suelen describir todo tipo de hechos de discriminación ejercidos por los profesionales de la salud. En algunas jurisdicciones se han impulsado acuerdos o mesas de trabajo para disminuir obstáculos, agilizar turnos, etc.; mientras que en otras, optaron por crear dispositivos sanitarios dentro de la misma órbita ministerial”, describe el trabajo. Tampoco hay atención ni tratamiento para problemas de salud mental ni para el consumo de drogas. Hacinamiento, mala alimentación y nula atención a la salud en las comisarías Como la salud, la alimentación es otro problema grave que destaca la CNPT. Se dan tres principales situaciones en las comisarías. En las algunas provincias el estado no da ningún tipo de alimento, “lo que viola todo estándar en materia de derechos de las personas privadas de libertad”. En otras se contrata un servicio de vianda de empresas privadas. Y por último hay lugares donde se deriva a las comisarías lo que sobra de las cárceles. Pero lo que suele ocurrir es que son los familiares de los detenidos los que les llevan la comida porque los alimentos que el Estado les da suele llegar en malas condiciones. Sin embargo, la CNPT destaca que “en algunos lugares tampoco se encuentra permitido el ingreso de alimentos elaborados, por lo que la dieta resulta poco variada y saludable”, lo que tiene como consecuencia “problemas de salud y malnutrición”. La Comisión también dio cuenta de torturas y malos tratos hacia los detenidos. En su trabajo de monitoreo de los lugares de detención destacó que en 2024 de 849 personas detenidas en comisarias, 189 dijeron que fueron víctimas de violencia policías. Es el 22 por ciento de quienes fueron entrevistados. “Este total se distribuye en catorce jurisdicciones diferentes, siendo señaladas como responsables las policías de Ciudad de Buenos Aires, provincia de Buenos Aires, Catamarca, Chaco, Córdoba, La Pampa, La Rioja, Misiones, Río Negro, San Juan, Santa Cruz, Santiago del Estero, Tucumán, como también Fuerzas Federales de Seguridad”, detalla el informe. Los entrevistados relataron que sufrieron golpes de puños y con tonfas, patadas, que eran atados e interrogados de manera violenta. También que eran requisados desnudos “marco en el cual las personas detenidas son obligadas a realizar posiciones humillantes y a permanecer por tiempos prolongados con sujeciones y/o de rodillas o en el piso”. 54 personas fallecieron en comisarías en 2024 (Foto: CNPT) “La violencia en el contacto inicial con las policías resulta recurrente sobre todo cuando se trata de jóvenes y adolescentes, quienes agregan que suelen ser hostigados por personal policial de manera regular en el barrio donde viven”, detalla la CNPT. De la violencia se desprende el dato más grave, las muertes de presos en comisarías: “Durante 2024 el CNPT avanzó en la recolección e integración de las muertes ocurridas a lo largo de 2023. De la información reportada, se desprende que se produjeron al menos 54 fallecimientos en establecimientos policiales y 132 en el marco de intervenciones policiales”. Las 54 muertes significan una tasa de mortalidad de 3,9 cada mil personas detenidas. De las personas que murieron en comisarías el 87 por ciento eran hombres y mayormente entre 18 y 29 años. El informe destaca que puede haber cifras ocultas. La CNPT trabaja con información oficial y hubo demoras e imprecisiones en lo que se reportó porque involucra a las mismas fuerzas que las cometieron.
Ver noticia original