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» El siglo web
Fecha: 12/07/2025 10:32
En el marco de los actos oficiales por el 9 de Julio, una imagen cargada de simbolismo fue registrada esta mañana en la Casa de Gobierno: el gobernador Osvaldo Jaldo recibió al senador nacional Juan Manzur, en lo que fue leído como un gesto claro hacia la recomposición del oficialismo tucumano de cara a las elecciones del 26 de octubre. La reunión, realizada en el despacho oficial, fue compartida también por las senadoras Sandra Mendoza y Beatriz Ávila, y repercutió en la Casa Rosada como una señal de distensión dentro del peronismo local, luego de meses de marcada distancia entre sus principales referentes. La ausencia del presidente Javier Milei en los festejos patrios generó un escenario propicio para el acercamiento. La fotografía conjunta no sólo fue interpretada como un respaldo mutuo, sino como un paso firme hacia la consolidación de la unidad justicialista. Manzur acudió a Casa de Gobierno, lo que fue considerado un reconocimiento institucional al liderazgo de Jaldo. Del otro lado, el gobernador dejó atrás las diferencias para abrir un canal de diálogo político en el que la prioridad será mantener el control del distrito frente al avance libertario. “De esta foto, cualquiera puede ser candidato”, comentó Sergio Mansilla, presidente subrogante de la Legislatura, antes de que los funcionarios salieran a la esplanada del Palacio de Gobierno junto a la intendenta Rossana Chahla. Se estima que esta señal interna contribuirá a reducir tensiones en el PJ tucumano, donde el vicegobernador Miguel Acevedo había actuado como intermediario entre ambos sectores. Mientras tanto, la definición de la lista de candidatos a diputados nacionales ha sido postergada, priorizando la cohesión partidaria sobre las disputas personales. Jaldo necesita mantener a Tucumán dentro del mapa peronista, en un contexto nacional desfavorable, donde el avance del oficialismo libertario se apoya en el descontento económico y en encuestas que reflejan malestar con la gestión anterior. Desde Buenos Aires, la imagen fue observada como un mensaje político de doble vía: mientras el gobernador reafirma su rol dialoguista con Nación, Manzur continúa tejiendo vínculos con el poder político y empresarial, sin perder presencia en la escena porteña. La unidad ha sido puesta en marcha, aunque se reconoce que el camino no estará exento de obstáculos. El PJ tucumano ha dado un primer paso, y los liderazgos han enviado un mensaje claro a las bases: no hay lugar para rencillas internas en un contexto de alta competencia electoral. Los próximos días serán decisivos para definir cómo se traducirá esta fotografía en términos concretos: si la unidad podrá ser sostenida en el tiempo, o si se tratará de una tregua momentánea antes de un nuevo capítulo en la interna justicialista.
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