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Parana » AnalisisDigital
Fecha: 11/07/2025 01:00
Por Gabriel Michi (*) El extraño recorrido de la política internacional de Donald Trump acaba de protagonizar una nueva curva. De aquellos elogios cruzados del presidente de los EE.UU. con su par ruso, Vladimir Putin, se pasó a un escenario de amenazas y distanciamientos que se vuelve muy peligroso. No sólo por quiénes son los líderes en cuestión -con personalidades de muy pocas pulgas- sino por una historia de enfrentamientos que se tensionó al máximo después de la Segunda Guerra Mundial, durante toda la Guerra Fría y que sólo empezó a aflojar tras la caída del Muro de Berlín y la debacle de la Unión Soviética. Pero el juego de desconfianzas mutuas siguieron, así como las alianzas distintivas de unos y otros también se mantuvieron en el tiempo. Cuando Trump regresó a la Casa Blanca en enero de 2025 pareció haber retomado un camino de "buenas relaciones" que ya había empezado a cursar en su primer mandato (2017-2021) mostró señales de que pretendía dar un giro importante en la posición de los EE.UU. con respecto a la guerra entre Rusia y Ucrania, cortando la ayuda y hasta humillando en público al presidente Volodymyr Zelensky y tendiendo puentes de acuerdos con Putin; incluso insinuando la posibilidad de aceptar que éste se quede con los más de 100.000 kilómetros cuadrados que tomó en territorio ucraniano desde el inicio del conflicto en febrero de 2022. Esa curva en la política internacional sorprendió a muchos y dejó en una situación muy incómoda (y llena de temores) a los aliados europeos de Ucrania, que se preocuparon por la posibilidad de que cese el apoyo militar de la principal potencia del Mundo. Pero ahora una nueva curva de Trump vuelve a descolocar a todos: en las últimas horas lanzó una serie de críticas y amenazas contra la Federación rusa y contra Putin en particular que plantean nuevos interrogantes hacia el futuro. Interrogantes que desembocan todos en el temor a una escalada muy peligrosa. Así, del amor al odio, sin escalas. Al estilo Trump.
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