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  • Un estudio reveló cómo los espacios verdes cerca del hogar fortalecen el desarrollo y la salud de los niños

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 09/07/2025 22:32

    El acceso a la naturaleza impulsa el desarrollo cognitivo y el bienestar infantil, según un estudio de la Universidad de Illinois (Imagen Ilustrativa Infobae) De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), “los espacios verdes son un recurso indispensable para lograr una salud sostenible en las zonas urbanas”. El acceso a la naturaleza cerca del hogar juega un papel decisivo en el bienestar en la infancia. En ese sentido, un estudio de la Universidad de Illinois en Urbana-Champaign, publicado en la revista Children, Youth and Environments, analizó cómo la cercanía a entornos naturales influye, desde los primeros años de vida, en dimensiones fundamentales del desarrollo cognitivo y de la dinámica familiar. Influencia de los espacios verdes en el desarrollo cognitivo infantil La investigación vinculó el contacto regular con la naturaleza con mejores resultados en la salud física y mental de los niños. El estudio, desarrollado en Illinois, puso de relieve que el acceso temprano a espacios verdes contribuye al crecimiento social y emocional, factores fundamentales para el desarrollo cognitivo. La presencia de espacios verdes cerca del hogar favorece la función ejecutiva y la estabilidad familiar en la infancia (Imagen Ilustrativa Infobae) Este término hace referencia a habilidades mentales básicas que incluyen la memoria de trabajo, la flexibilidad cognitiva y el autocontrol, todos ellos esenciales para el comportamiento adaptativo y la resolución de problemas. Durante la investigación, los científicos enfatizaron los beneficios detectados en niños que tuvieron acceso a estos espacios antes de cumplir los dos años. Las oportunidades de juego sensorial y exploración, al interactuar con árboles o arenas, favorecen que los pequeños desarrollen mayor capacidad de atención y autorregulación. El contacto temprano con elementos naturales mejora la salud física, mental y emocional de los niños (Freepik) El análisis detallado de los datos recopilados reveló que ciertos aspectos del entorno inmediato, como la presencia de árboles, areneros o zonas de almacenamiento al aire libre, se asociaron con mejores resultados en el control sobre la atención y las acciones. Asimismo, la posibilidad de disponer de una terraza o de residir en zonas rurales, como en granjas, se asoció a una mejora sostenida de la función ejecutiva a edades posteriores, hasta los cinco años. Los investigadores interpretaron que estos espacios facilitan tanto la interacción sensorial como el juego y la socialización. Disponer de áreas para sentarse afuera, por ejemplo, fomenta la convivencia familiar y la conversación, factores igualmente relevantes para el desarrollo de habilidades cognitivas y emocionales. El estudio destaca la importancia de políticas públicas que garanticen espacios verdes accesibles y seguros para todas las familias (Imagen ilustrativa Infobae) La combinación de interacción natural y actividades compartidas potencia el aprendizaje y la adaptabilidad de los niños. El estudio no solo se centró en las características del entorno, sino también en el ambiente familiar. Las conclusiones señalan que altos niveles de espacios verdes alrededor del hogar se relacionaron con menores niveles de caos doméstico, definido por los expertos como la suma de ruido excesivo, desorganización y falta de rutinas. Un hogar menos caótico favorece la función ejecutiva y el bienestar emocional tanto de los niños como de los adultos. La investigación encontró que familias con áreas naturales cercanas reportaron menos desorganización y ruido (Imagen Ilustrativa Infobae) Los datos también revelaron que el caos en los primeros años de vida, en ciertos casos, se vinculó con mayores niveles de resiliencia y adaptabilidad en los chicos a los cuatro años, probablemente porque aprenderían a regularse en ambientes menos predecibles. No obstante, los beneficios de la estabilidad y el contacto con la naturaleza resultaron ser más significativos y generalizables. Cómo se realizó el estudio El trabajo, liderado por la investigadora postdoctoral Samantha Iwinski y un equipo multidisciplinar, se basó en un proyecto que contó con la participación de 435 familias del oeste de Estados Unidos. La investigadora principal subrayó la necesidad de diseñar entornos accesibles, inclusivos y seguros, que promuevan el desarrollo infantil (Imagen Ilustrativa Infobae) Al combinar datos sociodemográficos, información sobre los espacios exteriores y el seguimiento del desarrollo infantil hasta los cinco años, la investigación planteó una conexión entre el acceso temprano a sitios naturales y el desarrollo de la función ejecutiva. Además, el trabajo incluyó familias que habitan desde departamentos hasta casas rurales, contemplando así una diversidad de contextos. Los resultados apuntan a la necesidad de considerar el entorno y las dinámicas familiares de manera conjunta, en vez de analizar factores por separado, al evaluar el bienestar infantil. El análisis de 435 familias mostró que evaluar conjuntamente el ambiente físico y las relaciones familiares es clave (Imagen Ilustrativa Infobae) La investigadora principal destacó la importancia de diseñar políticas públicas que incrementen la presencia y accesibilidad de espacios naturales, y de asegurar que estos resulten atractivos, inclusivos y seguros para todas las familias.

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