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» Diario Cordoba
Fecha: 09/07/2025 00:06
Los militares pueden saber mucho de ellos mismos tan sólo con mirarse al pecho y los hombros. Hay mucha información ahí, aunque la mayoría de los civiles no sabrán interpretarla. El rango, la procedencia y hasta los logros profesionales pueden conocerse de un solo vistazo, si uno es capaz de leer las señales del lenguaje no verbal castrense. Los 48 guardias civiles en prácticas que han sido recibidos este martes en Córdoba portaban en sus charreteras la divisa más sencilla de la Guardia Civil, con tan solo un punto. Con el tiempo, varios de ellos irán llenando sus hombreras de bandas, puntos y estrellas; quizás alguna de ocho puntas. Indican el rango dentro del escalafón, y por eso estos jóvenes recién formados aún no han tenido tiempo de progresar en la Benemérita. A primera hora de la mañana, para evitar el calor, este medio centenar de agentes han recibido probablemente sus primeras órdenes en Córdoba. Un capitán les instruía sobre cómo hay que saludar a las autoridades: al coronel al mando, "a sus órdenes"; a la subdelegada del Gobierno, un sencillo saludo civil. La Guardia Civil es un cuerpo singular, puesto que sus funciones tienen mucho que ver con la seguridad ciudadana, pero su formación y organización son militares. Son soldados al servicio de la sociedad. Silvia Verdejo atiende a los medios tras la recepción. / Noemí Caballero / COR_EXTERNAS Condecoraciones en prácticas Por eso no es extraño que algunos de estos jóvenes números en prácticas portaran ya condecoraciones en sus guerreras. Proceden del Ejército, ya que es fácil pasar de un ámbito al otro al ser todos ellos militares. "Nosotros los militares nos miramos el pecho y sabemos más o menos la historia de cada uno", ha dicho el jefe de la Guardia Civil en Córdoba, el coronel -tres estrellas de ocho puntas en la charretera- Ramón María Clemente. Andrés Leal, un joven natural de Córdoba capital que ahora prestará servicio en Peñarroya-Pueblonuevo, es uno de ellos. Procede de las plazas reservadas a integrantes del Ejército que quieren pasarse a la Guardia Civil. "Es una buena manera de continuar en el Ejército. No me lo pensé desde que supe que había plazas reservadas", ha dicho este martes tras la recepción de las autoridades. Ahora tiene, asegura, "mucha ilusión y ganas de empezar, porque hay mucho esfuerzo para llegar hasta aquí". Cerca, en Pozoblanco, realizará su trabajo la joven de 26 años Silvia Verdejo, que procede de Andújar (Jaén). A ella la vocación, recuerda, "me viene desde joven, ya que siempre me ha atraído este mundo". Está dispuesta a "aprender de las mejores personas", pero sobre todo, "como ha dicho mi coronel, de la calle, en el servicio mano a mano con la ciudadanía". Suscríbete para seguir leyendo
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