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» Voxpopuli
Fecha: 08/07/2025 07:21
En una demostración de audacia y apego a los principios cristianos, el cura Alberto Barros no se guardó nada, acusando al primer mandatario de actuar con «ignorancia, crueldad y violencia», y recordándole, con la autoridad moral que le confiere su investidura, que fue nada menos que «Jesús el que inventó la justicia social». Esta posición del sacerdote no solo desnuda la profunda contradicción entre el discurso de Milei y los valores cristianos, sino que resalta la peligrosa deriva ideológica de un gobierno que parece decidido a atacar los cimientos mismos de la solidaridad. La Aberración de Calificar al Estado de «Maligno» y a la Justicia Social de «Pecado» Las declaraciones de Milei, proferidas en un templo evangélico en Chaco, donde sostuvo que «el Estado es la representación del ‘Maligno’ en la Tierra», han generado una lógica indignación. Para el padre Barros, estas ideas son «realmente delirantes» y revelan un alarmante grado de «ignorancia, mentira, crueldad, confusiones y violencias» en las palabras y actitudes presidenciales. La acusación no es menor: el sacerdote advirtió que, si Milei fuese «coherente, tendría que dejar de ser presidente», puesto que, según su propia lógica, estaría al frente de un «ente demoníaco». Esta paradoja expone la irracionalidad inherente a un discurso que, además, ha arremetido en el pasado incluso contra el Papa Francisco, calificándolo, según Barros, como la «entronización del demonio en Roma». El Estado, como bien enfatiza el sacerdote, es la «forma jurídica» de una nación, concebida para el «beneficio de todos» y la construcción del «bien común», principios que el ultraliberalismo de Milei parece decidido a pulverizar en su afán por desmantelar todo lo que suene a lo colectivo. Milei, un «Presidente Anticatólico» que Tergiversa las Enseñanzas de Jesús Pero la crítica más aguda de Alberto Barros se centra en la calificación de «anticatólico» para describir a Milei. El vicepresidente de Cáritas Misiones aseguró que el presidente «tiene rasgos muy fuertes de anticatolicismo» y que «desprecia profundamente las enseñanzas de la Iglesia que están en sintonía con el mensaje de Jesús». Esta afirmación no es un capricho personal, sino una profunda reflexión sobre la desconexión entre la ideología de Milei y los pilares de la fe cristiana. El asombro del sacerdote fue aún mayor al ver la «caradurez» del mandatario al «tergiversar de una manera brutalmente mentirosa las mismas enseñanzas de Jesús» dentro de un templo evangélico. Las palabras de Milei, que calificó a la justicia social como «un robo», un «virus» y un «pecado capital» que brota de la «envidia», son una afrenta directa a los valores evangélicos y, más allá de la fe, a cualquier concepción humanista de la sociedad. La Justicia Social: Una Virtud de Amor Fraterno, No un Pecado Barros fue contundente en su réplica a la concepción distorsionada de Milei: «Por decirlo de una manera simplona, Jesús es el que inauguró e inventó la justicia social que la Iglesia viene predicando y tratando de vivir desde hace 2000 años”. Para el cura, la justicia social es «todo lo contrario» a lo sostenido por el presidente; es una «virtud», el noble propósito de «buscar que en una sociedad nadie quede afuera, nadie quede descartado». El sacerdote citó las palabras de Jesús: «Felices los que tienen hambre y sed de justicia, serán saciados», para recalcar que la justicia social es la «virtud de la solidaridad», la «virtud de la fraternidad», la «virtud de la compasión con el que sufre», y la «virtud del dar una mano al que más necesita». Que el presidente de la nación diga que es “un pecado” es, para Barros, una «aberración», ya que es, en su esencia, la «virtud del amor fraterno». Finalmente, el sacerdote misionero invirtió la acusación de Milei, señalando con lucidez que «lo que es un virus y una enfermedad es todo lo que él propone: la avaricia, el individualismo», así como la «crueldad de quien se desentiende del dolor de los sufrientes, jubilados empobrecidos y enfermos sin medicamentos”. La condena de Alberto Barros no es solo un llamado de atención, es una voz que se levanta para recordar que gobernar es, por sobre todo, velar por el bien común y por los más vulnerables, una enseñanza que el gobierno de Milei parece haber olvidado por completo.
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