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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 07/07/2025 04:56
El aumento mamario evoluciona con nuevas técnicas y materiales, priorizando seguridad y bienestar El aumento mamario ha dejado de ser solo una cuestión estética para convertirse en una historia de innovación y evolución. A medida que las técnicas quirúrgicas y los materiales avanzan, los implantes han recorrido un largo camino, ofreciendo no solo mejores resultados, sino también una mayor seguridad y comodidad para quienes deciden someterse a esta intervención. En un mundo donde las expectativas cambian constantemente, la cirugía de aumento mamario se reinventa con cada avance, poniendo en primer plano no solo la belleza, sino también la salud y el bienestar a largo plazo. Según la Sociedad Internacional de Cirugía Plástica Estética (ISAPS), se reportó un crecimiento del 40% en los procedimientos estéticos en los últimos cuatro años. En 2023, hasta ahora, último dato disponible, se realizaron más de 15,8 millones de intervenciones quirúrgicas, siendo la liposucción y el aumento mamario los procedimientos más frecuentes. Por su parte, la Sociedad Estadounidense de Cirujanos Plásticos (ASPS) confirma esta tendencia: el aumento de senos, uno de los procedimientos de cirugía plástica más populares desde 2006, ocupa el segundo lugar en el top 5 de cirugías estéticas más realizadas, según el 2023 Procedural Statistics Release. Los implantes mamarios modernos ofrecen mayor durabilidad y menor riesgo de complicaciones, según especialistas (Freepik) Argentina no queda fuera de esta tendencia. Con más de 1,2 millones de procedimientos estéticos anuales, el país se posiciona entre los más activos de la región. De ese total, el aumento mamario es la cirugía más común, con más de 77.000 intervenciones al año, lo que representa el 16,4% del total de cirugías quirúrgicas, según datos de ISAPS. “La cirugía plástica mamaria evolucionó significativamente, no solo en técnicas sino también en los materiales y la tecnología de los implantes”, explica el cirujano plástico Juan Manuel Seren (MN 107.174), reconocido por su técnica de rápida recuperación, basada en el protocolo ERABAS (Enhanced Recovery After Breast Augmentation Surgery). Esta evolución hace fundamental que las pacientes comprendan las características de los implantes actuales, su vida útil y las recomendaciones para su recambio. Ahora bien, nada sucedió de la noche a la mañana. Para entender la evolución actual, es necesario remontarse a los pioneros de esta técnica. En 1961, Thomas Cronin y Frank Gerow, de la Universidad de Texas, junto con los laboratorios Dow Corning Corporation, desarrollaron las primeras prótesis mamarias de gel de silicona, implantándolas por primera vez en 1962. Su experiencia, presentada en 1964, marcó el inicio de una nueva era en la cirugía reconstructiva y estética mamaria, tal como destaca el cirujano plástico español Francisco José Escudero Nafs en su paper “Evolución histórica de la reconstrucción mamaria”. La historia del aumento mamario muestra avances desde los primeros implantes de silicona en 1962 hasta hoy (Imagen Ilustrativa Infobae) El prototipo original de Cronin y Gerow, detalla, se componía de una envoltura lisa de elastómero de silicona con un contenido de gel de silicona de consistencia natural, similar al tejido mamario. Posteriormente, en 1965, se presentó en Francia una prótesis inflable de elastómero de silicona que se rellenaba con líquido, y en 1967, Jenny introdujo la prótesis inflable con suero fisiológico, sostiene Escudero Nafs. La década de 1990 marcó un punto de inflexión cuando el uso de las prótesis de gel de silicona fue restringido en varios países al relacionarse con el desarrollo de enfermedades inflamatorias sistémicas autoinmunes. Sin embargo, tras años de investigación y estudios epidemiológicos, no se confirmó la relación entre las prótesis de gel de silicona y las enfermedades autoinmunes, lo que permitió su retorno al mercado con mejoras significativas. Los implantes mamarios modernos se clasifican principalmente según dos criterios: su superficie y su peso, cada uno con características específicas que determinan su aplicación clínica. La explantación mamaria crece por cambios estéticos y razones médicas, reflejando nuevas tendencias en cirugía plástica/ Crédito: Freepik Cuántos tipos de implantes mamarios existen Los implantes se dividen por superficie en tres tipos principales. Los implantes lisos mantienen una superficie completamente lisa que facilita su inserción y reduce la adherencia al tejido circundante. Los implantes texturizados, desarrollados a partir de 1987, presentan una superficie rugosa con diversas irregularidades como poros, depresiones y nódulos. Los implantes de microespuma de poliuretano representan un subtipo que se adhiere bien y tiene menos riesgo de extrusión o seroma, lo que reduce las complicaciones relacionadas con la reconstrucción heteróloga. En cuanto al peso, existen las prótesis de peso estándar, que son los implantes tradicionales, y las prótesis de bajo peso, que representan la última gran evolución en implantes mamarios. “Estas tienen un 30% menos de peso en comparación con los implantes estándar del mismo volumen. Por ejemplo, un implante de 400 cm³ podría pesar 120 gramos menos”, grafica Seren. Esto genera menos estrés tisular y menor riesgo de complicaciones. La vida útil de los implantes mamarios es prolongada, pero requiere controles periódicos y recambio ante desgaste (Imagen Ilustrativa Infobae) La diferencia con los implantes del pasado es notable. Anteriormente, las prótesis no traían número de serie, volumen ni marca, y los cirujanos las importaban sin control estricto. Hoy en día, organismos como la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT) regulan los implantes, y las empresas deben cumplir con estrictas pruebas de seguridad y normas de la Comunidad Europea y la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA), para su uso en humanos. Los principales fabricantes actuales provienen de Alemania, Países Bajos y Brasil. La Sociedad Argentina de Mastología especifica que “existen distintos tipos de implantes, que médico y paciente deberá evaluar según los objetivos buscados y sin perder la armonía del cuerpo”. Los implantes anatómicos con gel cohesivo de silicona permiten tratar el volumen de las mamas, defectos de posición, asimetrías y reconstrucción mamaria, mientras que cuando solo es necesario aumentar el volumen, se suelen utilizar implantes redondos, ya sean texturizados o lisos. Duración y vida útil: qué es lo que hay que saber Los implantes mamarios actuales tienen una vida útil “mucho más larga y prolongada que los implantes del pasado”, señala Seren. Sin embargo, es importante entender que “todos los implantes son rompibles”. La resonancia magnética y la ecografía son claves para el diagnóstico y seguimiento de los implantes mamarios /Freepik La FDA es clara al respecto: “La vida útil de los implantes de seno varía según la persona y no se puede predecir. Eso significa que todas las personas con implantes de seno pueden necesitar cirugías adicionales, pero nadie puede predecir cuándo”. Las causas más comunes de ruptura de implantes mamarios en la actualidad son los accidentes de tránsito, debido al impacto o al cinturón de seguridad, seguidos por accidentes domésticos y deportes de contacto. “Es un mito que la presurización o la altura de un avión puedan romper un implante”, aclara Seren. Aunque los implantes ya no se cambian necesariamente cada 10 años, Seren advierte que la curva empieza a ascender en cuanto a desgaste de material a partir de esa década. “Se recomienda realizar controles con el cirujano cada dos años después de la cirugía de implantes. Si la paciente sufre un accidente de tránsito o algún traumatismo, debe acudir al control de inmediato”, enfatiza el especialista. El recambio se considera cuando los controles detectan una probable ruptura o hay un pliegue patológico. En estos casos, se aconseja a la paciente que empiece a pensar que el próximo año quizás sería bueno hacer un recambio de implantes mamarios preventivos para evitar futuras complicaciones. Los implantes mamarios anatómicos, con gel cohesivo de silicona, son ideales para tratar asimetrías y defectos de posición, mientras que los implantes redondos son los más usados cuando solo se busca aumentar el volumen de los senos Crédito: Freepik El rol del diagnóstico por imagen El mastólogo y ginecólogo, Martín Darraidou (MN 110716), (MP 229113), miembro titular de la Sociedad Argentina de Mastología, explicó que la resonancia magnética (RMN) y la ecografía mamaria son los métodos más efectivos para evaluar el estado de los implantes. “Los estudios mamarios deben indicarse con la misma frecuencia que las pacientes sin implantes. La presencia de implantes no es causa suficiente para modificar lo habitual”, precisa. Un aspecto importante es que “la ruptura del implante es fundamentalmente asintomática, con excepción de que haya fuga de material generando adenopatías palpables o nódulos (granulomas en la mama), lo cual es raro con los implantes modernos”, señala Darraidou. La complicación más importante actualmente es el seroma crónico, que se asocia con el muy poco frecuente linfoma asociado a prótesis. Jorge Pardo (MN 107020, MP 56063), especialista en ginecología y obstetricia, coordinador médico del Grupo Naitre, destacó que para realizar la mamografía en pacientes con implantes debe utilizarse la técnica de Eklund, que es necesaria para mejorar la visualización. “Esta técnica consiste en desplazar el implante hacia atrás (contra la pared del pecho) para poder visualizar y radiografiar el tejido mamario circundante. La RMN representa el principal avance tecnológico que ha mejorado el seguimiento de pacientes con implantes mamarios”, sostuvo. En los últimos años, las técnicas de aumento mamario han evolucionado hacia procedimientos menos invasivos La FDA recomienda que las pacientes con implantes de silicona realicen exámenes periódicos para detectar rupturas silenciosas, y que informen al centro de salud sobre la presencia de implantes al programar una cita. La explantación mamaria, cirugía para retirar los implantes, se realiza cuando el implante cumplió ya un ciclo en el cuerpo de la paciente. Esta tendencia viene creciendo entre pacientes que buscan mamas más pequeñas y armónicas, especialmente aquellas que se operaron en los años 90 o 2000, cuando la moda era de implantes muy grandes. También existen razones médicas para la explantación, como el síndrome ASIA, enfermedades autoinmunes o la ruptura del implante. La evolución de la cirugía mamaria refleja no solo avances tecnológicos, sino también cambios en las preferencias estéticas y la mayor conciencia sobre la importancia del seguimiento médico continuo. De todas formas, como se enfatiza desde la FDA, siempre es importante consultar a un cirujano con experiencia para que evalúe cada caso y haga un seguimiento personalizado.
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