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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/07/2025 07:22
Los expertos dicen que estar hiperconectados, no es o mismo que relacionados. La soledad puede duplicar el riesgo de depresión y favorecer trastornos de ansiedad, adicciones y deterioro de funciones cognitivas en adultos mayores (Imagen Ilustrativa Infobae) El ser humano es social por naturaleza. Depende de la relación con los demás para desarrollarse. A lo largo de la historia, la cooperación fue la clave para la supervivencia y el bienestar colectivo. Diversas investigaciones señalan que, desde el nacimiento y durante toda la vida, la interacción social condiciona el crecimiento del cerebro y la salud mental. Sin embargo, estamos ante una “epidemia de soledad”. Tanto es así, que la Comisión sobre Conexión Social de la Organización Mundial de la Salud (OMS) realizó un informe llamado “De la soledad a la conexión social: trazando un camino hacia sociedades más saludables”, donde destacó que el aislamiento social y la soledad son generalizados en el mundo, y producen graves impactos en la salud, el bienestar y la sociedad. Según la OMS, la salud social es tan importante como la física y mental. Estas tres dimensiones guardan una estrecha relación entre sí. Sin una buena salud social, es difícil gozar de buena salud, afirmó la entidad. “En esta época en que las posibilidades de conectarse son infinitas, cada vez más personas se encuentran aisladas y solas”, declaró Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS. Cabe preguntarse ¿qué cambió en el mundo para que la soledad provoque 871.000 muertes al año, como expresa el informe? El doctor José Eduardo Abadi, médico psiquiatra, psicoanalista y escritor explicó a Infobae: Según el informe de la OMS, entre el 17 % y el 21 % de la población mundial dice sentirse sola, y los niveles más altos se registran entre los adolescentes (Imagen Ilustrativa Infobae) “El aislamiento y la soledad han crecido en el mundo de hoy. La gente siente que no tiene un lugar en el alma, en el mundo del otro y que no tiene alojado al otro en el alma de uno. Por lo tanto, lo que existe es gente hiperconectada, pero no relacionada. ¿Qué quiero decir con esto? Que estar conectado no es lo mismo que transitarse recíprocamente, que empatizar, que poder sentir deseo y compasión. Es decir, estar conectado no implica registro del otro, que es una de las claves para salir de la vivencia de soledad, de aislamiento y sentirse parte de un encuentro”. Y agregó que vivimos en un mundo donde hay una jerarquización de la velocidad: “Pero esto es mentira, no es velocidad lo que está en juego, es vértigo. Por lo tanto, hay poca estabilidad en los vínculos. Hay un sentimiento de fluidez que termina siendo débil y frágil. Se debilitan los vínculos de lealtad y eso hace sentir una distancia que se relaciona con una incapacidad de confiar plenamente en que el otro tiene registro de mí y yo del otro”. Según la OMS, hay dos factores influyentes. Por un lado, la pandemia de COVID-19 que incrementó sentimientos de soledad en gran parte de la población a raíz de los confinamientos. Al mismo tiempo, las tecnologías modificaron aceleradamente la forma en la que nos relacionamos, y sus consecuencias sobre la salud mental y la vida social generan gran preocupación entre los expertos. La soledad y el aislamiento social tienen efectos especialmente nocivos en los adultos mayores. Según el informe, estas condiciones aumentan el riesgo de deterioro cognitivo (Imagen Ilustrativa Infobae) La doctora Graciela Moreschi, médica psiquiatra y escritora, explicó a Infobae: “La multiconectividad es parte de lo que provoca la soledad. En primer lugar, porque la gente está distraída de su vida, entonces utiliza las redes para entretenerse y no resolver el contacto con el otro. La gente no se mira, no se toca, no hay presencia. El no estar solo tiene que ver con estar presente en el día a día”. Y completó: “Sí, esto no se está dando justamente porque esta interconectividad excesiva lo que hace es, no solamente distraernos, sino cubrir ese sentimiento de soledad. Y cuando uno se da cuenta, lo único que tiene del otro lado son personas que están tan solas como uno, pero también distraídas. Basta salir y ver en un restaurante que la gente sigue conectada en el teléfono y no se mira cara a cara. Esto produjo fragmentación y el trabajo remoto exacerbó ese aislamiento. Desde que existe la ‘home office’, la gente no sale de su casa, está aislada, distraída o con el trabajo, o con las series, o con todo lo que brinda ese aparente confort que aísla aún más. Hay una carencia del otro". La experta afirmó que cuando la persona está distraída, está rodeada de cosas que no la llenan, como ocurre con las adicciones: “Adicción de cualquier tipo es llenar el vacío con cosas que, en realidad, uno no necesita y dañan. Esto sucede con cualquier adicción: a las redes, a las compras, a las series, a la televisión”. La pandemia, el trabajo remoto y el uso constante de pantallas agudizaron los sentimientos de soledad (Imagen ilustrativa Infobae) De qué hablamos cuando hablamos de soledad La doctora Moreschi definió a la soledad como un sentimiento profundo, doloroso, donde la persona siente un vacío existencial, “un vacío donde no tiene a otros, pero fundamentalmente no tiene un para qué. No tiene un sentido”. Pero no tiene que ver con vivir solo o no, explicó la experta: “Hay gente que está viviendo con una familia y se siente absolutamente sola porque no conecta con ella. De hecho, casi no se miran, no hablan, están todos sentados a la mesa, cada uno con su teléfono. Por lo tanto, no depende de estar o no conviviendo con otro. Hay soledades en pareja que son mucho más duras que las soledades de estar solo, sin convivencia con nadie. Porque el que no tiene convivencia con otra persona a menudo tiene una búsqueda y una red social”. De acuerdo al informe de la OMS, la desconexión social se produce cuando una persona no tiene suficiente contacto social, no se siente apoyada por las relaciones que tiene o cuando sus relaciones son tensas o negativas. Puede adoptar dos formas, principalmente: A diferencia de otros factores de riesgo, la falta de vínculos no siempre es visible y puede afectar a personas que viven acompañadas o en pareja (Imagen Ilustrativa Infobae) Soledad. “Es un sentimiento personal doloroso. Se produce cuando las relaciones no se ajustan a lo que la persona quiere o necesita. Así pues, una persona puede sentirse sola aunque esté rodeada de gente. Puede que una persona tenga amistades, pero que no se sienta comprendida ni apoyada”, definió la OMS. Aislamiento social. “Tiene que ver más con la cantidad, como tener muy pocas relaciones o no ver a otras personas con suficiente frecuencia. Por ejemplo, alguien que vive solo y habla poco con los demás puede estar socialmente aislado. Una persona puede estar aislada pero no sentirse sola, ya que hay personas a las que les gusta la soledad. Aun así, el aislamiento social puede dañar la salud física y mental, sobre todo con el paso del tiempo", describió la entidad. De acuerdo al nuevo informe de la OMS, cualquiera puede sentirse solo, pero hay dos grupos que se ven más afectados: Los adolescentes y adultos jóvenes son el grupo más afectado por la soledad a nivel global, según la OMS (Imagen Ilustrativa Infobae) Las personas jóvenes (de 13 a 29 años) son quienes más solas se sienten . Entre el 17 % y el 21 % de la población mundial dice sentirse sola, y los niveles más altos se registran entre los adolescentes . Los habitantes de los países más pobres también se sienten más solos. Alrededor del 24 % de la población de los países de ingreso bajo se siente sola. En los países más ricos, esta cifra es inferior, situándose en torno al 11%. Los efectos de la soledad en la salud El informe de la OMS señala que entre 2014 y 2019 se produjeron anualmente en todo el mundo más de 871.000 muertes relacionadas con la soledad. “La soledad y el aislamiento social pueden provocar problemas como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, hipertensión y diabetes”, señaló. Además, destacó que afecta el rendimiento escolar, universitario y laboral, y debilita el tejido comunitario. Las personas que experimentan soledad tienen el doble de probabilidad de desarrollar depresión (Imagen ilustrativa Infobae) Y en cuanto a la salud mental, “la soledad puede provocar depresión, ansiedad e incluso pensamientos de autolesión o suicidio. Las personas que se sienten solas tienen una probabilidad dos veces mayor de deprimirse”, destacó la OMS. La doctora Moreschi afirmó que no solamente provoca depresión, también trastornos de ansiedad, ya que ambos van de la mano. “La persona que se siente sola se deprime y se vuelve adicta: a la comida, al sedentarismo, al alcohol, al cigarrillo, a las series, a las redes, a las compras, porque en todas las adicciones hay un vacío que tapar”, manifestó. La desconexión social también puede afectar el cerebro, destacó el informe de la OMS: “Aumenta el riesgo de sufrir problemas de memoria, demencia y Alzheimer en las personas mayores. La conexión social, por el contrario, puede proteger el cerebro y reducir la probabilidad de demencia”. Cómo salir de la soledad La clave para salir de la soledad está en romper la rutina del encierro: salir del hogar, participar en grupos y sostener vínculos presenciales (Imagen Ilustrativa Infobae) Según el doctor Abadi, “para poder salir de la sensación de soledad, para poder cambiar algo que nos hace sufrir, hay que reconocer que esto está presente en nosotros; si no hay conciencia de síntoma de enfermedad, difícilmente se pueda salir adelante”. La doctora Moreschi, por su parte, aseguró que el tema clave es preguntarse hasta qué punto uno está dispuesto a reconocer esta soledad, a salir de la distracción. “Porque el recurso más rápido es mirar series o redes. Cuando uno logra salir de ahí, acepta ese vacío y busca algo que implique exponerse, exponerse a otros desconocidos, es todo un movimiento. Pero sí se sale de la soledad”. ¿De qué manera?: “Hay que salir del confort de la casa, de esa cueva cómoda en la que muchas veces se transforma nuestro hogar porque aísla. Y ese aislamiento, cuando la persona sale —ya sea a hacer gimnasia, a una plaza, a una actividad social compartida—, se rompe, porque los demás también están dispuestos, abiertos a socializar. Las actividades al aire libre o los hobbies son el mejor recurso, porque uno encuentra a otras personas con intereses similares: bailar tango, salsa, hacer taichí en una plaza, etc.”, recomendó Moreschi. Y añadió: “Tengo la experiencia de mis talleres, donde veo que forman redes vinculares muy importantes. Los participantes comparten temas profundos y sienten al otro como un par con quien hablar y comentar cosas. El grupo que se forma es sólido y heterogéneo, incluso con personas de diferentes edades. Hay una avidez por contactarse, una necesidad de hablar, no solo de compartir noticias o comentarios, sino de poder abrirse al otro”. Compartir tiempo con seres queridos fortalece la salud mental y ayuda a combatir la soledad (Imagen Ilustrativa Infobae) Y así se vence a la soledad, trabajando en establecer relaciones. “El amor es como un alimento nutritivo que permite establecer vínculos. Y cuando hay vínculos, hay encuentro. Ese encuentro da lugar a una sensación de estar vivo, de tener importancia en términos de existencia e identidad, porque uno importa para el otro y el otro importa para uno. El amor brinda un acompañamiento que permite enfrentar la adversidad con mayor templanza y también compartir el placer. Es lo que nos ayuda a atravesar dificultades sin sentirnos desamparados. Ese acompañamiento hace posible sostenerse ante lo difícil”, dijo el doctor Abadi. Y agregó que es también muy importante preguntarse “si se busca adecuadamente al amor, dándose tiempo para conocerse, escuchar al otro y transformar el intercambio en diálogo, es decir, en algo más profundo y empático”. Asimismo, destacó que para poder hacer un cambio, es imprescindible realizar un esfuerzo para salir de lo que nos aqueja. “Darse cuenta y esforzarse son pasos necesarios. Hace falta algo de paciencia: no se trata de esperar resultados mágicos ni inmediatos, sino de comprender que se trata de un proceso en desarrollo”. Realizar actividades deportivas en grupo es una fórmula efectiva para salir del aislamiento y conocer gente nueva Finalmente, saber pedir ayuda es esencial. “Pedir ayuda dignifica tanto a quien la solicita como a quien la ofrece. Permite acercarse al otro y que el otro se acerque, activa la conciencia de la necesidad del otro. Al encontrar ese interlocutor privilegiado que permite indagar en uno mismo, se abre la posibilidad de estar integrados junto a otros y no solo aislados. Ahí empieza a desarmarse la soledad”, remarcó el psiquiatra. Según la OMS, muchas veces la terapia y apoyo psicológico son necesario para superar la soledad, en especial en casos de personas con pensamientos negativos, baja autoestima o dificultades para manejar las emociones. “Entre las terapias que han demostrado su utilidad se encuentran la terapia cognitivo-conductual, que ayuda a modificar la forma de pensar; la atención plena, una forma de meditación; y las sesiones educativas sobre la soledad y el manejo de las emociones. Estas estrategias han dado buenos resultados a la hora de reducir la soledad y mejorar la salud mental”, concluyó la OMS.
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