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  • Tuvo a Monzón como mentor, pero un accidente truncó su carrera: Frankie Verón, el hombre que desde la pobreza extrema forjó una dinastía de campeones

    Buenos Aires » Infobae

    Fecha: 06/07/2025 04:53

    Frankie Verón junto a otras figuras del boxeo juvenil argentino “Mirá de dónde venimos, de muy allá abajo. Vivíamos de traer comida que la gente tiraba al basural (CEAMSE), carne vencida o lo que sea. No tenía trabajo y había que darle de comer a la familia, así que me iba con mis hijos mayores a cirujear para poder comer”. Así resume Frankie Verón el origen de una familia que, desde la pobreza extrema, forjó una dinastía de boxeadores y hoy lidera un proyecto social que transforma vidas en el conurbano bonaerense. La historia, relatada en una entrevista con Infobae, es la de un hombre que aprendió y tuvo como mentor a Carlos Monzón, fue apadrinado por Tito Lecture y un grave accidente truncó su carrera. Actualmente, dirige una academia con decenas de chicos que encuentran un futuro lejos de la calle y entrena a cinco hijos boxeadores, dos de ellos que tendrán en las próximas dos semanas combates muy importantes en busca de sus sueños de ser campeón mundial. La dinastía Verón: Frankie junto a sus hijos Maxi, Bebu, Luis, Nicolás y Fabricio, todos campeones nacionales y regionales de boxeo La familia Verón representa cinco generaciones dedicadas al boxeo, con un linaje que comenzó con el abuelo de Frankie, continuó con su padre —el “Torito Verón”, homenajeado con un monumento en Concordia— y se proyecta en sus propios hijos y nietos. “Ya la quinta generación, tengo un nieto que todavía usa pañales y ya está practicando boxeo”, cuenta Frankie, quien a sus 60 años sigue al frente del gimnasio junto a su equipo y su socio Pachano, con quien comparte la tarea de sacar chicos de la calle y brindarles contención. El gimnasio The Beach, ubicado en Avenida Rolón 2269, San Isidro, recibe entre 20 y 30 chicos de bajos recursos, muchos de ellos sin posibilidad de pagar una cuota o incluso comprar guantes. “No se les cobra nada. Está lleno de chicos y tenemos que reponer nosotros con lo nuestro porque lamentablemente no tienen para comprarse un par de guantes”, explica Frankie. La tarea social es central: “Un chico más en el gimnasio pide menos en la esquina”, se suma el manager Jonathan Acosta, su amigo que lo acompaña hace una década y quien también está convencido de que el deporte puede cambiar destinos. Frankie Verón fue multicampeón en la era amateur y uno de los máximos exponentes del box argentino La vida de Frankie estuvo marcada por la adversidad. Tras una carrera amateur de 50 peleas —con una sola derrota en los Juegos Sudamericanos de Chile—, un grave accidente lo dejó con una discapacidad: “Me corté el pie el 29 de diciembre del 86 y a los dos meses ya estaba entrenando de vuelta”. Peleó cuatro veces sin esa extremidad y llegó a ser campeón argentino amateur nuevamente, hasta que la Federación le prohibió seguir compitiendo tras más de cuatro décadas en el pugilismo. “Quedé en la historia del boxeo argentino como el único que peleó con una parte de su cuerpo menos”, afirma, quien en su momento de esplendor tenía firmado para pelear en los Estados Unidos, ya que representaba a Lecture Boxign Club, en el Luna Park. “Tito Lecture era como mi padrino, mi representante amateur. Él me daba ropa, yo era como la figurita de él en esa época. Me ayudó un montón”, cuenta orgulloso, mientras recuerda a otros grandes boxeadores con los que se rodeaba, como otros grandes técnicos como Santos Zacarías. Uno de ellos era ni más ni menos que Carlos Monzón. Frankie Verón viene de una generación de abuelo y padre boxeador. Tuvo que abandonar el deporte por un grave accidente “Monzón era uno de los que se ponía al lado mío y me trataba de enseñar. Calladito me hablaba al oído, tenía una muy buena relación. Incluso llegué a hacer sparring con uno de sus pupilos, campeón nacional, y se sorprendía cómo yo siendo amateur le pegaba. Se metía en el medio y decía: ¿Cómo puede ser que este pibe siendo amateur te esté pegando así?‘“. Sin embargo, todo se precipitó con un accidente inesperado. Así recuerda Frankie el grave episodio que sufrió: “Lamentablemente se truncó mi carrera por un error humano que le puede pasar a cualquiera. Venía sentado en la puerta de un tren y me agarró un puente. Recuerdo que me decían: ‘No, Verón, ¿cómo va a seguir en el boxeo? Dedíquese a ser entrenador’. Pero tengo 20 años, ‘¿qué voy a ser entrenador?’, respondí. En 50 peleas no me ganaron ni con el pie menos. Pero bueno, pasaron 20 años de ese accidente, me casé y volví al boxeo”. Frankie Verón junto a su mentor Carlos Monzón De ese mal momento, Frankie destaca un gran gesto que tuvo Carlos Monzón: “Cuando pasó lo de mi accidente fue el primero que se preocupó y vino a colaborar en un evento de boxeo que se armó en José León Suárez en marzo del 87 para reunir el dinero para comprarme la prótesis”. La resiliencia lo llevó a reinventarse como entrenador y referente, transmitiendo su pasión a seis de sus nueve hijos. “Ahora, agradecido a Dios que me dieron la posibilidad de contar con estos boxeadores que tengo ahora y los chiquitos que están viniendo. Me siento capacitado y orgulloso de mí mismo. No es fácil sacar un Campeón Sudamericano, Latino, Continental, Olímpico y todos seleccionados”, destaca. El campeó argentino Bebu Verón junto a su manager Jony Acosta Entre sus hijos, Luis Alberto Verón de 33 años fue Campeón Latino y Sudamericano, llegó a estar cuarto en el ranking mundial detrás de figuras como Manny Pacquiao y Dani García, y acumuló 17 peleas invicto como profesional. Nicolás “El Mazazo” Verón, que en amateur ganó todo, tuvo tres oportunidades de pelear por el título mundial y fue parte de la selección argentina. Bebu Verón (14-1-1, 10KOs), otro de los hijos, es Campeón Continental mediano AMB, olímpico en Tokio 2020, suma más de 140 peleas como amateur y 15 como profesional, y se prepara para una pelea clave en California, Estados Unidos, el 12 de julio contra el mexicano Vladimir Hernández, 15° en el ranking mundial de la AMB. “Ya logró ser olímpico, ahora su objetivo es llegar a ser campeón mundial. Y lo va a lograr porque tiene la pasión y la disciplina”, asegura Frankie. La derrota de Bebu ante Brandon Adams, que acabó con su invicto en septiembre de 2024, no fue un obstáculo, sino un aprendizaje. “No peleó contra cualquiera, por algo era el nueve del mundo. Va a venir más potenciado. Esa derrota lo potenció”, dice su padre, quien analiza cada detalle de los rivales y planifica los entrenamientos con precisión. La próxima pelea, según el manager Jonathan Acosta, puede catapultar a Bebu al top 10 mundial y abrirle la puerta a una pelea por el título. Entrenamiento maxi verón “Arranqué así más para darle una mano y después nos fuimos metiendo y, bueno, creo que mal trabajo nos hicimos. Sacamos un campeón continental. Vamos bien”, detalla Jony sobre su cómo se formó su gran amistad con Frankie hace una década. Maxi Verón, de 22 años y con más una decena de títulos nacionales y regionales, también se prepara para su primera pelea internacional en España, donde el 17 de julio se enfrentará al marroquí Moussa Gholam (un rival ranqueado número 12 del mundo que ostenta el título intercontinental de peso superpluma de la OMB desde 2019), en un evento organizado por la AMB. Será una vidriera importante que lo puede dejar entre los 15 mejores del mundo. Después se encuentra el menor, Fabricio Daniel Verón, de 20 años y récord amateur: 35 ganadas, 7 pérdidas. Doble campeón regional categoría 64kg en 2024 2025 y campeón de la Liga Metropolitana. “Ahora vengo con 12 peleas, 11 ganadas y una perdida. Vengo con cuatro nocaut”, detalla Maxi, quien destaca el sacrificio y la disciplina como claves para el éxito: “Es muy difícil hacer boxeo bien por completo con la dieta, la buena salud, los entrenamientos, no faltar a ninguno. Pero sé que en el momento de la verdad, va a valer la pena. Tengo ganados cuatro regionales, tres nacionales y un selectivo. Tengo la experiencia necesaria para ser profesional y ahora siento que puedo pelear contra uno de los mejores", destaca. Entrenamiento de Maxi Verón El método Verón combina rigor, pasión y una competencia sana entre hermanos. “No es que se quieran superar, o sea, se superan entre ellos y dicen, ‘Si vos hiciste 50 dominadas, yo voy a hacer 60’”, relata Frankie, que exige a todos —hijos y alumnos— el mismo compromiso. “Yo de chiquito los miraba. Luis llevaba los guantes a casa y con Bebu guanteábamos en la pieza. Nos escondíamos, cortábamos una naranja que nos poníamos como bucal y empezábamos a guantear. Los rounds eran infinitos, hasta que estaba la comida, comíamos y volvíamos a pelear. Sino salíamos a la calle, invitábamos a los pibes de la calle a guantear”, recuerda el joven Maxi. Verón padre retoma la pelea de Maxi y asegura que será más exigente: “Él tiene una pelea más difícil. Por ejemplo, Bebu va a pelear con un ranqueado número 50 y Maxi enfrentará a uno que figura 12 en el ranking. Si gana esta pelea lo supera en puesto a Bebu, por eso está muy enfocado”. La pelea, que enfrentará a un 145° frente a un top 15, tendrá además la particularidad de que será “totalmente de visitante”. Porque Moussa Gholam es marroquí, pero está radicado en España, de donde es oriunda la promotora que lo representa, y el lugar en el que se llevará a cabo el combate será el Teatro Las Vegas de Madrid. Así se entrenan los profesionales, amateurs y chicos de recreación en la academia de boxeo de Frankie Verón En el gimnasio, es el técnico; en casa, el padre. La madre, Marta, es la que pone los límites y educa, mientras Frankie se define como el permisivo y el amigo. La pasión por el deporte de los puños se la transmitió a cinco de sus nueve hijos, que actualmente lo practican. Y brinda una cómica explicación de por qué sus tres hijas mujeres no son boxeadoras. “Cuando nos casamos le dije a mi señora: ‘Lo único que te pido es que me des un boxeador, un hijo varón boxeador’. Y se pasó, je. Pero con una condición, las nenas no. Siempre me lo reprocha, me dice, “Te acordás cuando me dijiste que querías un boxeador, mirá, te di cinco’”. La falta de recursos es una constante. Frankie recuerda haber pedido ayuda a la Municipalidad de San Martín para que su hijo pudiera representar a Buenos Aires en un campeonato nacional o incluso, representar al país en los Juegos Olímpicos. La pandemia también puso a prueba la resiliencia familiar. Sin poder entrenar en el gimnasio, colgaron bolsas en la casa y en la plaza, e invitaron a otros chicos a sumarse. “Entrenábamos entre nosotros, hacíamos sparring entre nosotros”, recuerda Bebu, quien valora la experiencia olímpica como un sueño cumplido y un aprendizaje único. “Todas las provincias ayudan a sus campeones, menos la nuestra. Esperemos que colaboren porque se muy difícil todo”, advierte el padre. Frankie Verón, su socio Pachano y su ayudante técnico Mario Sosa El legado de los Verón se extiende a la comunidad. Chicos con discapacidad, jóvenes de villas y barrios humildes encuentran en el gimnasio un espacio de pertenencia y superación. “¿Cuántos de estos chicos hubiesen estado en la calle? Tengo una chiquita que el médico la mandó a que haga este deporte para que se fuera desarrollando”, cuenta Frankie, quien reconoce que el título de “profe” le da vergüenza y reivindica la escuela del Luna Park como su verdadera formación. “Somos como los maestros, pero no me digan profe, díganme Franki porque para mí los profes son los que estudiaron y mi escuela fue la el Luna Park”. La historia de la familia Verón es la de una lucha constante contra la adversidad, la pobreza y la discriminación. Y el ejemplo mismo lo dan ellos cuando se les pide un mensaje a los jóvenes. Muchos chicos de bajos recursos y con problemas motrices se entrenan junto a los boxeadores amateurs y profesionales en la academia de Frankie Verón “Boxeo, fútbol o lo que sea que uno se dedique hay que ser disciplinado. Yo creo que la disciplina te lleva el éxito y lo he visto en muchos boxeadores que andaban muy bien, pero les gustaba salir, el alcohol y no iban a entrenar seguido. Ahí se quedan. En cambio, si tenés disciplina vas a llegar, tenés 100% seguro que vas a llegar”, afirma Bebu. Maxi, que sigue su legado, agrega: “Yo les digo a los chicos que no dejen el boxeo o el deporte que hagan. Que se guíen por eso y que se alejen de la calle porque sino ese camino fácil se te va a terminar rápido. El boxeo te va a traer gloria, te va a hacer recorrer el mundo, te va a hacer conocer personas muy importantes y que no abandonen lo que le guste”. Boxeadores profesionales, amateurs y los chicos de bajos recursos apasionados por el boxeo que se entrenan en la academia de Frankie Verón y Pachano “Que nadie se decaiga, nunca te des por vencido ni aún vencido. En su momento pensé, un corte de pie no me va a bajonear y cada día estoy más entusiasmado”, afirma como cierre Frankie, que sigue mirando a sus hijos y alumnos con la misma pasión de siempre. El futuro, para él, está en el gimnasio, en el trabajo diario y en la posibilidad de que sus hijos —y los chicos que entrena— lleguen a ser campeones mundiales. Por qué no soñar en grande y que este objetivo se pueda cumplir pronto. Esa es la principal aspiración de la familia Verón.

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