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Buenos Aires » Infobae
Fecha: 06/07/2025 04:08
El Papa Francisco “…al rezar el oficio,… sentí en mí un gran dolor por no haberme convertido de veras a Dios y por no haber empleado bien ni un día ni una hora. Ojalá y de nuevo ojalá que de aquí en adelante se hallen en mí días llenos de buenas obras y ojalá desaparezcan de mi vida los ocios y las acciones vanas. Amén". (Pedro Fabro, S.I., Fabri monumenta: Beati Petri Fabri, primi sacerdotis,…Societatis Iesu, Romae, 1972, -240b-, cit. por Fernando M. Gil, Anexo III,, pág.419, La teología argentina y el Papa Francisco). “No debo catalogar a los demás para decidir quién es mi prójimo y quién no lo es. Depende de mí ser o no ser prójimo, la decisión es mía…ser o no ser prójimo de la persona que encuentro y que tiene necesidad de ayuda” (Papa Francisco, Ángelus del 10/7/2016) La presente nota tiene por finalidad agradecer la invitación del grupo Unidos por Francisco al conversatorio que se llevará a cabo el próximo jueves en la UNLA y contribuir a la inquietud de ese grupo de dirigentes universitarios y otros que con el loable propósito de conocer el pensamiento del papa Francisco se reunirían virtualmente para ver y oír a Bergoglio responder a algunos periodistas de nuestro país que le hicieron reportajes en Roma. Este cronista que trató, dialogó y apreció en acto a Francisco a lo largo de su pontificado quiere felicitar a los autores de esa iniciativa y decir dos cosas. Esas entrevistas tienen un gran valor documental y pedagógico junto al monumental legado de su obra cotidiana al frente de Iglesia universal, su obra, sus escritos, discursos y mensajes. Decir que el propósito de esta nota no es otro que hacer una pequeña contribución especialmente dirigida a los jóvenes universitarios de tal forma que al mismo tiempo de captar la imagen, el dinamismo y el diálogo con Francisco, se sientan invitados a profundizar en las guías filosóficas con las cuales Bergoglio construyó su pensamiento en los inicios de su vida sacerdotal. En los inicios, sin perjuicio que después los completara y los consignara en muchos de sus homilías y otros documentos. Francisco y Hernán Bernasconi En esa dirección los epígrafes que encabezan la nota: el primero, un texto de uno de sus grandes maestros, cofundador con San Ignacio de Loyola de la Orden de los Jesuitas, santificado por el papa Francisco el 17 de diciembre de 2013; y el segundo de propias palabras del pontífice argentino que marcan más allá de la instrucción teórica el permanente propósito de la acción, sirven de umbral a esta breve nota. Conversión o reconversión espiritual A nuestro juicio, quien quiera arrojarse a las aguas profundas de su pensamiento y al ejemplo de su vida debería comenzar por asumir su llamado. A los creyentes a una reconversión espiritual y a los no creyentes a una conversión, a creer en Dios, a encontrarse con Él, a dejarse encontrar por el Señor (Laudato sí, pags. 12 y 14). Convocatoria que Francisco extiende a todos en los comienzos de su apostolado. En la exhortación Apostólica Evagelii Gaudium y en la primera encíclica ya citada. Llamado que reiterará a lo largo de su papado. Obras y no palabras De ahí que además de las múltiples expresiones con las que lo caracterizaron “el papa de la ternura”, “el papa de la fraternidad”, “el gran reformador” y muchas más, este cronista prefiere recordarlo con uno de sus lemas preferidos del cual fue maestro fiel: “Obras y no palabras”. Donde las obras son las del bien a quienes nos interpelan desde su necesidad y no a las palabras vanas, no a las meras especulaciones y no a los discursos mentirosos o hipócritas. Ojalá la citada reunión sea el disparador de un estudio serio y responsable que llame a los más jóvenes a vivir su carisma de fe, talento, honestidad, austeridad, incorruptibilidad, amor a la patria y donación al prójimo. Valga anticipar que en nuestra opinión y sin perjuicio de que en las entrevistas a las que se alude son muy vastos los temas analizados, una aproximación a su pensamiento debería partir de los principios que a modo de adagio-sentencia enunció Bergoglio siendo profesor y rector del Colegio Máximo de San Miguel y que, como adelantamos sirven de guía a su pensamiento. Si aprender a discernir en términos católicos y bergoglianos se trata. Los cuatro puntos de partida del papa Bergoglio Los cuatro principios filosóficos que mantiene en sus homilías y conferencias siendo Provincial de los Jesuitas, obispo y Arzobispo de Buenos Aires y más tarde en sus documentos pontificios. En estos últimos en la primera Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, Capítulo cuarto, Dimensión social de la Evangelización, acápite III. Son: 1.- El tiempo es superior al espacio; 2.- La unidad prevalece sobre el conflicto; 3.- La realidad es más importante que la idea, 4.- El todo es superior a la parte y es más que la mera suma de las partes. “El tiempo es superior al espacio” Bergoglio, al esbozar estas cuatro guías parte de la teoría de los contrastes expuesta por el filósofo ítalo-alemán Romano Guardini. El pensamiento polar de este se plantea como la teoría de los opuestos que pueden ser contrarios o complementarios. La teoría polar de Guardini es expuesta como una filosofía de lo “concreto-viviente”. Lo concreto-viviente se manifiesta esencialmente en la capacidad del hombre de revelar oposiciones, las cuales tienen lugar en especial en el seno de la vida humana en sus diversas esferas. En estas hay oposiciones subordinadas como por ejemplo acto y estructura, forma y plenitud, todo y parte, etcétera. Luego, el transcurrir del tiempo puede ser considerado en un espacio sin límite (horizonte-utopía) donde es plenitud o con límite (momento, coyuntura). En ese cuadro de oposiciones la vida se desarrolla en tensión y contraste entre la plenitud y el momento. Desde la perspectiva social hay épocas de mayor equilibrio y otras de desequilibrio. Estas ponen al mundo en peligro de disociación. El equilibrio armónico completo se halla solamente en Dios. Nosotros considerando la complejidad de entrecruzamientos podemos buscar acercarnos a la armonía de las oposiciones polares. En ese marco Bergoglio analiza la relación tiempo y espacio. En esta la tensión se da entre plenitud y límite. La plenitud provoca la voluntad de poseerlo todo, y el límite es la pared que se nos pone delante. Dicho más claramente, el “tiempo” ampliamente considerado, hace referencia a la plenitud como expresión del horizonte que se nos abre, y el momento es expresión del límite que se vive en un espacio acotado. Y agrega Francisco que “el ciudadano vive en la tensión entre la coyuntura del momento y la luz del tiempo, del horizonte mayor…”. Y con una clara referencia a los dirigentes se pregunta: “quiénes son los que en el mundo actual se preocupan realmente por generar procesos que construyan pueblo, más que por obtener resultados inmediatos que producen un rédito político fácil, rápido y efímero, pero que no construyen la plenitud humana. La historia los juzgará…” (E.G. N.224) La finalidad es el horizonte de esperanza que contrasta con la finitud del momento; para la construcción de un pueblo (proceso) tenemos que tener primero un horizonte, lo que indica la plenitud, la promesa y esperanza. Esto se lleva a cabo por medio de acciones que generan dinamismos nuevos en la sociedad e involucran a otras personas y grupos que las desarrollarán hasta que fructifiquen en importantes acontecimientos históricos (EG 223). La unidad prevalece sobre el conflicto Dice el papa Francisco que hay tres actitudes ante el conflicto: 1) la de quienes miran para otro lado; 2) quienes “se meten en el y quedan prisioneros del conflicto, pierden horizonte, proyectan en las institucione las propias confusiones e insatisfacciones y así la unidad se vuelve imposible” y 3) aceptar el conflicto, resolverlo y transformarlo en el eslabón de un nuevo proceso.”(E.G. 227). El papa Francisco en la Exhortación que citamos nos habla de una unidad en la diversidad y para ello es preciso que todo proceso de reconciliación haga emerger una “diversidad reconciliada” e inmediatamente transcribe un Mensaje del Comité Permanente de la Conferencia Episcopal Nacional del Congo que dice: “La diversidad de nuestras etnias es una riqueza (…).Sólo con la unidad, con la conversión de los corazones y con la reconciliación podremos hacer avanzar nuestro país” (5 de diciembre 2012). “La realidad es más importante que la idea” “La realidad simplemente es, la idea se elabora” dice el papa Francisco en el 231 de E.G. lo que lo conduce a decir que la realidad es superior a la idea. La idea. Los argentinos tenemos una gran experiencia judicial y en el mundo de la prensa donde las ideas suelen modificar la realidad. Decía Platón a quien el papa Francisco sigue que de ese modo se manipula la verdad, así como se suplanta la gimnasia por la cosmética (E.G. pag. 205, nota 185, Gorgias, 465) y en el mismo acápite agrega el Santo Padre que “Hay políticos -incluso dirigentes religiosos -que se preguntan por qué el pueblo no los comprende y no los sigue, si sus propuestas son lógicas y claras. Posiblemente sea porque se instalaron en el reino de la pura idea y redujeron la política o la fe a la retórica. Otros olvidaron la sencillez e importaron desde afuera una racionalidad ajena a la gente.” El filósofo y teólogo Maurice Blondel afirmaba que “la palabra tiene que surgir de la realidad y volver a la realidad” (Làction, 1893). Blondel es otra de las fuentes en las que se nutrió Bergoglio. Recuerdo que en sus Meditaciones metafísicas otro filósofo francés Gabriel Marcel reflexiona sobre la cristalización de las ideologías. Ideas que se articulan en un sistema que tiene un fin prefijado sobre la observación de una realidad que pronto cambia y luego se yerra cuando se pretende adaptar la nueva realidad a las viejas ideas. “El todo es superior a la parte y a la suma de las partes” ¿Qué es el todo? ¿Qué son las partes que lo componen? ¿Qué relación hay entre el todo y la parte y entre las partes entre sí? ¿Qué tiene que ver con nosotros, con la realidad de la globalización en la que estamos inmersos, que exaltamos o demonizamos, con estas preguntas que se formularon los filósofos más de tres siglos antes de Jesucristo? Aristóteles llama todo, en primer lugar, a aquello en lo cual no falta ninguna de sus partes constitutivas y, en segundo término, a lo que contiene sus partes componentes de manera que formen una unidad. Y él formuló en su Metafísica la expresión “el todo es más que la suma de sus partes”. El todo es un conjunto de contenidos envueltos en una fundamentación unitaria con otro contenido; el todo se compone de partes y las partes se distinguen entre sí por su función y también pueden a su vez constituir otros todos. “Los términos de fundamentación unitaria significan que todo contenido está, por fundamentación, en conexión directa o indirecta con todo otro contenido”. Bergoglio-filósofo se inclina por una visión organicista del todo que mantiene el primado de éste sobre la parte y al mismo tiempo afirma que el todo es superior a la mera suma de las partes. Claro que en este concepto del todo se orienta por una mirada teológica donde aquel es concebido como una “trama” cuya arquitectura tiene a Dios en su cima y es el todo el que funda y explica nuestra existencia. Claro que el lector podrá preguntarse: ¿por qué asociar lo que es la globalización de los mercados, una cuestión económica que depende de decisiones políticas, a la cuestión filosófica y religiosa del todo y las partes? Es cierto que la intervención o no y la regulación de los mercados depende de aquellos que tienen poder de decisión y en especial de los jefes de Estado, pero justamente es que entendemos que la política no es sino la realización concreta de una convicción filosófica y a veces también religiosa, y por eso mismo entendemos que no se puede delegar el poder político a los mercaderes. Como se ha dicho, “el mercado puede ser un buen siervo, pero es un mal amo” (“The market makes a good servant but a bad master”, cit. en Compass, junio 1994). Por eso mismo el tema de la globalización no puede ser manejado por la mera conveniencia del mercado sino que tiene que ser objeto del diálogo social. La esfera, ¿representación de la globalización? El globo o la esfera es un modelo de mundo actual resultante de la globalización de los mercados. Bergoglio en sus homilías como Arzobispo de Buenos Aires (Conf. en las XIII Jornadas de Pastoral Social, 16-10-2010, titulada por un Bicentenario en paz 2010-2016 y otras) y como pontífice entre otros documentos en la Exhortación apostólica Evangelii Gaudium (Número 236, pag. 208) critica una concepción mercantilista que no sea más que el resultado del afán de los capitales por obtener más ganancias y soportar menos costos conduciendo a la humanidad a un universo de consumidores, una enorme y creciente brecha abismal entre minorías muy ricas y mayorías pobres y extremadamente pobres. Dicha globalización, representada con la figura geométrica de la esfera, es muy diferente a la integración de los pueblos y el diálogo entre las diversas culturas y religiones que propugna la Iglesia con la figura del poliedro. Cada cara es una identidad, una nación, una cultura. “Ni la esfera global que anula, ni la parcialidad aislada que castra”(Bergoglio).
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