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CABA » Plazademayo
Fecha: 05/07/2025 15:21
La Secretaría de Cultura recuerda al destacado compositor argentino, a 33 años de su fallecimiento. En esta nota, repasamos parte de su herencia artística en el que se incluyen obras en colaboración con Lalo Schifrin, otro de los grandes músicos de nuestro país. Oriundo de Mar del Plata, Astor Piazzolla fue uno de los músicos argentinos más importantes de todos los tiempos. Nació el 11 de marzo de 1921 y dejó este mundo el 4 de julio de 1992, a sus 71 años, en Buenos Aires. En París sufrió un accidente cerebrovascular del que no pudo recuperarse y fue el desenlace de una vida dedicada a una revolución artística. Se trata de toda una producción que desafió el conservadurismo cultural argentino y cambió para siempre la forma en que se escucha, se interpreta y se concibe el tango en el mundo. Una obra de más de mil composiciones, entre tangos, conciertos, obras sinfónicas, música para cine y ballet, fue y es el legado musical que Piazzolla no solo dejó para los amantes de la música, sino también para toda la cultura argentina. Entre esas numerosas composiciones, existió una colaboración de gran calidad junto a otro artista notable que, como Piazzolla, triunfaba fuera de la Argentina: Lalo Schifrin. Schifrin, quien murió el pasado 25 de junio, a los 93 años, era un músico y compositor conocido internacionalmente por ser el autor de la banda sonora de la serie Misión Imposible, entre tantas otras obras. Comenzó a tocar el piano a los seis años, impulsado por su padre Luis Schifrin, primer violinista de la Orquesta del Teatro Colón de Buenos Aires. fue uno de sus primeros maestros, junto a Enrique Barenboim, padre de Daniel Barenboim. A los 18, se lanzó a recorrer el mundo y a formarse por varios países donde osciló entre el cine, el jazz y la música clásica. En su extenso recorrido, su vinculación con el cine fue la que lo llevó a ser reconocido internacionalmente: compuso la banda sonora de más de cien películas, como Harry el sucio, The Cincinnati Kid, Cool Hand Luke y Bullitt, y de series como Mannix, Starsky y Hutch, entre las más reconocidas. Lalo Schifrin Dos fuerzas creativas Astor Piazzolla y Lalo Schifrin trascendieron las fronteras creativas y rechazaron las formas rígidas de los géneros, compartían su formación inicial en música clásica y una pasión desmesurada por el jazz. Entre ambos lograron un puente para conectar el tango con el jazz y la música sinfónica. En una entrevista publicada en diario La Nación, en 1996, Lalo Schifrin comentó: “Con Astor hablábamos mucho de jazz. Del jazz de sus amores que eran, entre otros, Ellington, Gillespie, Gershwin. Recuerdo que colaboré con él en el primer disco que grabó en el extranjero, cuando yo estaba estudiando Composición con Olivier Messiaen y René Leibowits, con una beca en el Conservatorio de París (…). Grabamos ‘Prepárense’, ‘Marrón y azul’, entre otros, y los grabamos con una orquesta de cámara francesa. Recuerdo que Astor no quería enemistarme con el pianista de esa orquesta, pero insistió: ‘Yo necesito un pianista que tenga swing, porque mis tangos tienen swing’. Astor me había dado sus partituras. Eran dificilísimas de leer a primera vista. Las estudié tres días seguidos en casa. Y la cosa salió muy bien”. Durante los años 50, ambos músicos habían sido becados para formarse en París. Por entonces, compartían sus desafíos artísticos, se consultaban. El disco Two argentinians in Paris reúne colaboraciones de ambos grabadas en la capital francesa: la mitad de las canciones, interpretadas por Lalo Schifrin; y la otra, por Astor Piazzolla. Concierto para Bandoneón / Tres Tangos fue un disco que grabaron en 1988 con la Orchestra of St. Luke’s, dirigida por Lalo Schifrin, en Princeton, Nueva Jersey. Es una obra en tres movimientos tradicionalmente estructurados: «Allegro Marcato», «Moderato» y «Presto». Desde el “Allegro marcato” hasta el “Presto”, combina el rigor formal del concierto clásico con la expresividad dramática del tango. Tres tangos para bandoneón y orquesta también se ordena en tres partes y cada movimiento explora diferentes climas: desde pasajes contemplativos hasta ritmos marcados y dramáticos: «Allegro tranquilo», «Moderato místico» y «Allegretto molto marcato». “Cuando Astor estaba en Nueva York me llamó para hacer uno de sus últimos discos: el Concierto para bandoneón y orquesta y los Tres tangos…, para la misma formación. Pero además de estos encuentros nos vimos en Alemania, Los Ángeles, Buenos Aires. No sólo hablábamos de música. También nos interesaba la cultura culinaria. Él era un auténtico hedonista”, recordó Schifrin en aquella misma entrevista. Schifrin Meets Piazzolla – Jazz Meets Tango (1996) Si bien Piazzolla había fallecido hacía cuatro años, el 11 de septiembre de 1996, la Fundación Astor Piazzolla —en colaboración con la Secretaría de Cultura de la Nación y patrocinado por la UNESCO— organizó un concierto en el Teatro Gran Rex. Allí, Lalo Schifrin dirigió la Orquesta Sinfónica Nacional, para ofrecer al público interpretaciones de las grandes obras de Piazzolla y otras propias. «Será como si nos hubiéramos dado una cita con Astor en el Gran Rex. Mirá que yo no soy espiritista (ni estoy en contra de esas religiones), pero Astor va a estar en el Teatro ese miércoles. Será un recuerdo vivo de su presencia, como cuando nos encontrábamos por ahí, en cualquier lugar del mundo”, dijo Schifrin en aquella oportunidad sobre su gran amigo. Su gran compañero de música y composición, de quien hoy se cumplen 33 años de su partida. Fuente: La Nación / Página 12 /Secretaría de Cultura
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